¿Cuáles son causas comunes de exceso de hormonas tiroideas?

En la mayoría de los pacientes con hipertiroidismo se observa un aumento de tamaño de la glándula tiroides, que llega a duplicarse o triplicarse, con una hiperplasia considerable y un plegamiento del revestimiento de las células foliculares en los folículos, por lo que el número de células también aumenta de forma notable.
La secreción de las células tiroideas se multiplica varias veces; los estudios sobre la captación de yodo radiactivo indican que estas glándulas hiperplásicas secretan en ocasiones cantidades de hormona tiroidea superiores en 5 a 15 veces su valor normal.
La enfermedad de Graves, la forma más común de hipertiroidismo, es una enfermedad autoinmunitaria en la que se forman unos anticuerpos denominados inmunoglobulinas tiroestimulantes (TSI) contra el receptor de TSH. Estos anticuerpos se unen a los mismos receptores de membrana que la tirotropina (TSH) e inducen una activación continua del sistema AMPc de las células que se traduce en la aparición de hipertiroidismo. Los anticuerpos TSI inducen un efecto estimulante prolongado sobre la glándula tiroides que dura hasta 12 horas y contrasta con la brevedad de la acción de la TSH, que es solo de 1 hora.
La elevada secreción de hormona tiroidea causada por las inmunoglobulinas tiroestimulantes suprime, a su vez, la formación adenohipofisaria de tirotropina (TSH). Por tanto, las concentraciones de TSH son menores de lo normal.
Los anticuerpos causantes del hipertiroidismo aparecen como resultado de la autoinmunidad desarrollada frente al tejido tiroideo. Parece probable que en algún momento de la vida de la persona, las células tiroideas hayan liberado una cantidad excesiva de antígenos y que este efecto se haya traducido en la formación de anticuerpos contra la glándula.
El hipertiroidismo se debe en ocasiones a un adenoma localizado (un tumor) que se desarrolla en el tejido tiroideo y que secreta una gran cantidad de hormonas tiroideas. No suele asociarse con signos de enfermedad autoinmunitaria. Mientras el adenoma secreta grandes cantidades de hormona tiroidea, la función secretora del resto de la glándula queda prácticamente inhibida porque la hormona elaborada por el adenoma deprime la producción de tirotropina (TSH) por la hipófisis.