La descontaminación ocular es un procedimiento de emergencia crucial para prevenir daños graves en los ojos después de la exposición a sustancias químicas o tóxicas. La intervención rápida es esencial para reducir el riesgo de lesiones permanentes o complicaciones a largo plazo.
1. Actuar rápidamente para prevenir daños graves
En situaciones donde se sospecha que los ojos han sido expuestos a sustancias tóxicas, la rapidez con la que se actúe es fundamental. Cuanto más rápido se realice la descontaminación, menores serán las probabilidades de que ocurran daños permanentes en la estructura ocular.
2. Lavado ocular inmediato con solución salina o agua
El paso más importante es el lavado inmediato y abundante de los ojos con una solución salina o agua. Esto ayuda a diluir y eliminar la sustancia tóxica de la superficie ocular. Se recomienda usar al menos 1 litro de solución, ya que la cantidad adecuada depende de la cantidad de tóxico y la extensión de la exposición. En ambientes clínicos, puede usarse un sistema de irrigación para facilitar este proceso.
3. Instilación de gotas anestésicas locales (si están disponibles)
Si se dispone de gotas anestésicas locales, como la lidocaína, es aconsejable administrarlas antes de comenzar la irrigación. Esto puede reducir el dolor o la incomodidad que el paciente pueda sentir durante el proceso de lavado ocular. Sin embargo, este paso no es indispensable, aunque mejora la tolerancia del paciente al procedimiento.
4. Retirar lentes de contacto
Si la persona está usando lentes de contacto, es esencial retirarlos de inmediato. Estos lentes pueden atrapar sustancias tóxicas en el ojo, dificultando la eliminación completa de las mismas. Además, los lentes pueden agravar la lesión ocular, especialmente en el caso de sustancias químicas que pueden reaccionar con el material del lente.
5. Elevar la conjuntiva tarsal
Se debe levantar cuidadosamente la conjuntiva tarsal (la parte interior del párpado superior) para verificar si hay partículas no disueltas del agente tóxico. Esto también permite un mejor flujo de la solución irrigadora en áreas de difícil acceso, como los pliegues del párpado.
6. Continuar la irrigación durante 15 minutos o hasta que se haya utilizado al menos 1 litro de solución
La irrigación debe continuar durante 15 minutos o más, hasta asegurarse de que al menos 1 litro de solución haya sido utilizado para lavar los ojos. Este tiempo y cantidad son fundamentales para eliminar la mayor parte posible de la sustancia tóxica de los ojos. En algunos casos, si se nota que persiste una cantidad significativa de tóxico, el proceso puede prolongarse.
7. Comprobar el pH de las lágrimas después de la irrigación
Si el agente tóxico es un ácido o una base, es importante comprobar el pH de las lágrimas del paciente después de la irrigación. Esto se puede hacer usando un medidor de pH o tiras reactivas. La meta es lograr que el pH de las lágrimas se encuentre entre 7 y 7.4, lo cual indica que el equilibrio ácido-base del ojo ha sido restaurado a su nivel normal.
8. Uso de soluciones de descontaminación anfotéricas (si están disponibles)
En algunos países, se utilizan soluciones de descontaminación especializadas, como Diphoterine o Prevor, para tratar lesiones causadas por álcalis en los ojos. Estas soluciones tienen la capacidad de neutralizar tanto ácidos como bases, lo que las hace útiles en la descontaminación ocular.
9. Examen ocular posterior a la irrigación
Después de completar la irrigación, es crucial realizar un examen ocular exhaustivo para evaluar el daño. Esto se puede hacer utilizando un colorante como la fluoresceína y un lámpara de hendidura (slit lamp) o una lámpara de Wood. La fluoresceína resalta las áreas donde la córnea está lesionada o donde hay abrasiones, permitiendo una evaluación detallada de la extensión de la lesión.
10. Referir a un oftalmólogo si hay lesiones graves
Si el paciente muestra signos de lesiones graves en la conjuntiva o en la córnea, como quemaduras químicas profundas o erosiones importantes, es imperativo derivarlo inmediatamente a un oftalmólogo. Estos especialistas pueden ofrecer un tratamiento más avanzado, como el uso de colirios de corticosteroides, analgésicos o incluso procedimientos quirúrgicos si es necesario.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.