¿Cuál es la función del esqueleto humano?
El esqueleto óseo está constituido por un conjunto de huesos unidos entre sí debido a su función fundamental en el cuerpo humano: proporcionar soporte estructural y protección a los órganos internos. Los huesos forman la estructura rígida del esqueleto, que actúa como un armazón en el que se apoyan los tejidos blandos y los sistemas del cuerpo.
El esqueleto humano es considerado osteocartilaginoso porque durante el desarrollo fetal, inicialmente se forma una estructura esquelética a partir de cartílago, conocida como modelo cartilaginoso. Este modelo cartilaginoso es gradualmente reemplazado por hueso de sustitución, un proceso conocido como osificación. A medida que el individuo crece y se desarrolla, la mayoría de los cartílagos se convierten en hueso, dejando solo algunas áreas con cartílago residual en la edad adulta, como los cartílagos costales, articulares y el tabique nasal.
Los huesos son piezas duras y resistentes debido a su composición mineral, principalmente de sales de calcio y fósforo. Su resistencia proporciona el soporte necesario para los músculos y tejidos que los rodean. Los huesos también tienen la capacidad de regenerarse y remodelarse a lo largo de la vida, adaptándose a las demandas mecánicas y funcionales del cuerpo.
Además de su función de soporte, los huesos también desempeñan un papel crucial en la protección de los órganos vitales. El cráneo, por ejemplo, forma una cavidad protectora alrededor del cerebro, mientras que las órbitas óseas protegen los ojos. Otros huesos, como las costillas, brindan protección a los órganos internos como el corazón y los pulmones.
En cuanto a los elementos articulares, las articulaciones móviles permiten el movimiento entre los huesos. Estas articulaciones están formadas por los extremos de los huesos, que se unen entre sí mediante cápsulas articulares, ligamentos y músculos. Los ligamentos son bandas de tejido conectivo que unen los huesos y brindan estabilidad, mientras que los músculos actúan como elementos activos que generan el movimiento. Los cartílagos, por su parte, desempeñan un papel pasivo en las articulaciones, proporcionando una superficie lisa y amortiguadora entre los huesos, reduciendo la fricción y absorbiendo impactos.
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