El Doctor T y sus mujeres (Dr. T & the Women, 2000), dirigida por Robert Altman, es una película de comedia y drama que explora las complejas dinámicas de las relaciones humanas, especialmente en lo que respecta a las tensiones de género, la identidad personal y la presión social. En el centro de la trama se encuentra el personaje de Doctor Sullivan Travis, interpretado por Richard Gere, un exitoso ginecólogo de Dallas, Texas, conocido por su destreza profesional y su atractivo personal. A lo largo de la película, se revela que la vida de este médico está profundamente marcada por las mujeres que lo rodean, no solo en su práctica profesional, sino también en su vida personal.
El Doctor Travis, un hombre aparentemente centrado y competente, se encuentra atrapado entre las múltiples mujeres que desempeñan roles significativos en su vida: su esposa, su hija, sus pacientes, y otras mujeres cercanas. Su esposa, interpretada por Farrah Fawcett, está sufriendo de una extraña enfermedad mental que la ha sumido en un estado de despersonalización y aislamiento emocional, mientras que su hija, una joven que atraviesa una crisis personal, busca respuestas en medio de un entorno familiar que parece desmoronarse. Estas dos figuras, junto con otras mujeres en la vida de Travis, lo arrastran constantemente a situaciones complicadas, donde el médico se ve obligado a equilibrar sus roles de cuidador, consejero, amante y profesional.
A medida que se desarrolla la trama, el Doctor Travis se enfrenta a una serie de eventos perturbadores que desafían su estabilidad emocional y profesional. La enfermedad de su esposa, sumada a las crisis personales de su hija y las expectativas de su entorno, lo colocan en una posición de vulnerabilidad, donde comienza a cuestionarse su propia identidad y sus valores. La película utiliza estos conflictos para explorar el tema central de la presión que recae sobre los hombres que ocupan posiciones de poder y autoridad, mostrando cómo las expectativas sociales y personales pueden afectar profundamente su bienestar emocional.
Uno de los elementos más intrigantes de la película es la manera en que Altman presenta las relaciones entre los géneros, particularmente en lo que respecta a las expectativas impuestas sobre los hombres en una sociedad dominada por normas heteronormativas. La figura del Doctor Travis es en muchos aspectos un reflejo de esas expectativas, ya que se espera que sea un hombre exitoso tanto en su profesión como en su vida personal, sin tener la oportunidad de mostrar sus vulnerabilidades. A lo largo de la película, la cámara se enfoca en las interacciones entre el Doctor Travis y las diversas mujeres, quienes a menudo parecen requerir su atención y apoyo, pero sin reconocer completamente las tensiones internas que atraviesa él mismo.
La película se mueve entre lo cómico y lo trágico, a menudo utilizando situaciones absurdas o exageradas para destacar las dificultades emocionales del protagonista. Las interacciones del Doctor Travis con sus pacientes, quienes son en su mayoría mujeres, están cargadas de simbolismo sobre la dinámica de poder en la medicina, así como sobre las expectativas de belleza, éxito y control. A lo largo del relato, estas interacciones se entrelazan con la vida personal de Travis, en la que se ve presionado por las demandas tanto profesionales como familiares.
El estilo narrativo de Robert Altman, caracterizado por su enfoque en los diálogos y la interconexión de tramas secundarias, permite que la película se convierta en un fresco de personajes femeninos que, de una u otra forma, están vinculados por el Doctor Travis, pero cuyas historias personales y emociones no siempre se resuelven o explican completamente. Este tratamiento de las mujeres como personajes multifacéticos y complejos contrasta con la imagen del hombre que, aunque figura de autoridad y conocimiento, se encuentra completamente desbordado por las emociones y situaciones que lo rodean.
El Doctor T y sus mujeres recibió una recepción crítica mixta, con opiniones que oscilaban entre la admiración por su estilo único y el desapego hacia su tono y trama algo dispersos. Aunque la película fue apreciada por algunos por su capacidad para mezclar comedia y drama con una sátira social, también fue vista como un ejercicio algo errático y poco satisfactorio en cuanto a su ejecución narrativa.
Uno de los aspectos que recibió mayor elogio fue el estilo característico de Robert Altman, quien es conocido por su habilidad para construir tramas complejas y retratar a los personajes de manera multidimensional. En El Doctor T y sus mujeres, Altman utiliza su distintivo enfoque de diálogos entrelazados y personajes con historias individuales pero interconectadas. Muchos críticos destacaron la forma en que el director supo retratar las tensiones de género, especialmente a través de las relaciones entre el protagonista, un ginecólogo exitoso, y las diversas mujeres que lo rodean, quienes encarnan diferentes aspectos del poder, la vulnerabilidad y las expectativas sociales.
La interpretación de Richard Gere como el doctor Travis también recibió comentarios positivos. Si bien el personaje estaba claramente diseñado para ser algo ambiguo y perturbado, Gere logró transmitir con sutileza el dilema interno de su personaje, atrapado entre su rol de profesional exitoso y las demandas emocionales de las mujeres de su vida. A través de su actuación, Gere ofreció una visión humana de un hombre que, a pesar de estar rodeado de mujeres, se encontraba desconectado de ellas y de sí mismo.
Los personajes femeninos, interpretados por un elenco de renombre, entre los que destacan Helen Hunt y Farrah Fawcett, también fueron apreciados por su complejidad. La película se centra en mostrar a las mujeres como figuras multifacéticas, no solo como objetos de deseo o de frustración para el doctor, sino como individuos con sus propias crisis existenciales, lo que otorgó a la narrativa una capa de profundidad que muchos críticos valoraron positivamente.
Sin embargo, no todas las opiniones fueron favorables. Algunas críticas señalaron que, aunque El Doctor T y sus mujeresposeía una premisa interesante, su desarrollo narrativo se volvía a menudo caótico y poco satisfactorio. La trama fue vista por algunos como dispersa y desorganizada, con un enfoque que parecía flaquear a medida que la historia avanzaba. En lugar de profundizar en las dinámicas psicológicas y emocionales de los personajes, algunos críticos consideraron que la película se centraba en situaciones absurdas y escenas cómicas que no siempre encajaban bien con el tono que se había establecido al inicio. Esta mezcla de géneros, aunque innovadora en cierto sentido, no logró atraer a todos los espectadores de la misma manera, y se consideró que algunas de las situaciones cómicas resultaban forzadas.
Adicionalmente, algunos detractores consideraron que la película no ofrecía una resolución satisfactoria a los conflictos planteados. Si bien el tema de la crisis existencial del protagonista se trataba de forma interesante, el tratamiento superficial de las subtramas dejó a muchos con la sensación de que las cuestiones de identidad y los temas de género no se exploraron en toda su complejidad. El final, que puede interpretarse como una conclusión abierta o ambiguo, también generó críticas por no ofrecer respuestas claras a las preguntas emocionales que planteaba la película.
A pesar de la respuesta crítica mixta, El Doctor T y sus mujeres recibió algunos elogios en diversos festivales y competiciones, particularmente en relación con las actuaciones del elenco y la dirección de Altman. Sin embargo, la película no logró grandes premios o nominaciones importantes, como sí lo hicieron otras obras de Altman. Fue un filme que, a pesar de sus méritos en cuanto a la dirección y la actuación, no logró marcar un hito en el panorama cinematográfico de la época.
