La región posterior del tronco está conformada por un conjunto de músculos de gran volumen y amplia superficie que desempeñan funciones esenciales en la postura, la movilidad axial y la dinámica de la cintura escapular. Entre ellos destacan el músculo trapecio, el músculo dorsal ancho, el músculo romboides mayor, el músculo romboides menor y el músculo elevador de la escápula, también denominado angular del omóplato. Estos músculos superficiales establecen conexiones robustas entre la columna vertebral, la escápula y la caja torácica, participando tanto en movimientos amplios del miembro superior como en la estabilización global del esqueleto axial.
Los músculos de la espalda más profundos y finos cuya función está estrechamente relacionada con la modulación de la respiración, el control segmentario de la columna y la estabilidad del tronco. Así, el músculo serrato posterior superior, el músculo serrato posterior inferior y el músculo cuadrado lumbar constituyen un componente específico de los planos profundos de la espalda y actúa en coordinación con el resto de la musculatura dorsolumbar para permitir una movilidad precisa, así como para mantener la integridad biomecánica del raquis y de la caja torácica.
Músculo serrato posterior
El músculo serrato posterior superior es una lámina muscular delgada que se dispone en la región dorsocervical y cumple un papel estructural y funcional específico dentro de la arquitectura de la pared torácica. Su origen se localiza en la superficie de las apófisis espinosas de la séptima vértebra cervical y de las tres primeras vértebras torácicas, así como en el tejido conectivo denso asociado a estos segmentos de la columna vertebral. A partir de este anclaje axial, sus fibras musculares emergen y se abren en abanico, organizándose en un plano inclinado que desciende de manera oblicua hacia la periferia del tórax.
Estas fibras terminan insertándose de forma diferenciada en la cara posterolateral de la segunda, tercera, cuarta y quinta costilla. Cada costilla recibe un haz muscular independiente, lo que aporta al músculo un patrón segmentario característico. Esta distribución favorece su capacidad de traccionar selectivamente a estas costillas durante los movimientos respiratorios, especialmente en la fase inspiratoria inicial, donde contribuye a elevar la pared torácica superior y a facilitar la expansión pulmonar.
Desde el punto de vista topográfico, el músculo serrato posterior superior ocupa una posición intermedia entre planos musculares profundos y superficiales. Se encuentra por encima de los músculos que bordean los canales vertebrales, tales como los extensores profundos de la columna, pero permanece cubierto por los músculos romboides y por el músculo trapecio, cuya mayor masa y extensión lo ocultan parcialmente. Esta ubicación intermedia refleja su función más fina en comparación con los potentes músculos superficiales que movilizan la escápula y estabilizan la cintura escapular.
En cuanto a su control neuromuscular, el serrato posterior superior recibe inervación de los ramos posteriores de los nervios intercostales correspondientes a los segmentos torácicos en los que se inserta. Estos nervios aportan la información motora necesaria para la contracción coordinada de los fascículos y además vehiculan la sensibilidad propioceptiva, integrándolo en los patrones complejos de la mecánica respiratoria y en la estabilidad de la región dorsotorácica.
Músculo serrato posterior inferior
El músculo serrato posterior inferior es una lámina muscular delgada que ocupa la transición entre la región torácica inferior y la región lumbar, donde se integra en un sistema complejo de estabilización y movilidad del tronco. Su origen se establece en la superficie de las apófisis espinosas de las dos últimas vértebras torácicas y de las tres primeras vértebras lumbares, junto con el tejido conectivo fibroso que refuerza esta zona de la columna vertebral. Desde este punto de anclaje axial, sus fibras se desplazan en dirección ascendente y lateral, formando una lámina oblicua que se expande hacia la pared torácica posterolateral.
Las fibras musculares terminan insertándose en la cara posterior y lateral de las cuatro últimas costillas, así como en los espacios intercostales correspondientes. Esta disposición segmentaria permite que el músculo ejerza una tracción precisa sobre la porción inferior de la caja torácica, confiriéndole un papel funcional decisivo durante la espiración activa. Al descender las costillas inferiores, contribuye a reducir el diámetro vertical del tórax, favoreciendo la expulsión del aire y la modulación de la presión intratorácica.
En términos topográficos, el músculo serrato posterior inferior ocupa una situación intermedia entre planos musculares profundos y superficiales. Se localiza superficial al sistema de músculos erectores de la columna, conocidos por su función principal en la extensión y el control postural del raquis, pero permanece completamente cubierto por el músculo dorsal ancho, cuya amplitud y potencia ocultan por completo su presencia en la superficie corporal.
Su inervación proviene de los ramos posteriores de los nervios intercostales correspondientes, que transmiten la información motora necesaria para su funcionamiento coordinado y aportan señales sensoriales relacionadas con la propiocepción y el control segmentario toracolumbar. Una característica relevante de este músculo es su continuidad funcional y anatómica con el músculo serrato posterior superior a través de la fascia toracolumbar, también denominada aponeurosis interserrática. Esta lámina fibrosa se fija medialmente en la columna vertebral y se extiende de manera lateral hasta alcanzar las costillas, desde la segunda hasta la duodécima, proporcionando un marco de tensión y cohesión para ambos músculos.
La acción combinada de los dos músculos serratos posteriores participa de manera directa en la mecánica respiratoria. Mientras el músculo serrato posterior superior favorece la elevación de las costillas altas durante la inspiración, el músculo serrato posterior inferior actúa principalmente como músculo espirador, modulando el descenso de las costillas inferiores y contribuyendo así al equilibrio dinámico de la ventilación.
Músculo cuadrado lumbar
El músculo cuadrado lumbar es una estructura muscular maciza y profundamente situada en la región posterolateral del abdomen, donde cumple funciones esenciales de estabilización y movilidad del tronco. Se extiende entre la duodécima costilla, las apófisis costales de las vértebras lumbares y la cresta ilíaca, formando un puente dinámico entre el esqueleto axial y la cintura pélvica. Su arquitectura interna es compleja y está formada por varios grupos de fascículos que se orientan en direcciones diferentes, lo cual le permite ejercer acciones precisas sobre la columna lumbar y sobre la pelvis.
Uno de estos grupos está constituido por los fascículos costoilíacos, que se distribuyen desde el borde inferior de la duodécima costilla hacia el sector posterior de la cresta ilíaca. Este conjunto proporciona un componente vertical de tensión que contribuye al sostén de la costilla durante los movimientos respiratorios y a la estabilidad lateral del tronco. Los fascículos costotransversos, por su parte, conectan la duodécima costilla con los extremos laterales de las apófisis costales de las últimas cuatro vértebras lumbares. Esta disposición oblicua le permite intervenir tanto en la fijación de la costilla como en el control segmentario de los cuerpos vertebrales lumbares. Finalmente, el fascículo transversoilíaco establece una unión directa entre la apófisis costal de la quinta vértebra lumbar y la porción posterolateral de la cresta ilíaca, reforzando el vínculo entre la base del raquis y el anillo pélvico.
El músculo cuadrado lumbar se encuentra envuelto por una vaina fascial compleja. Su hoja anterior, que corresponde a la lámina anterior de la fascia toracolumbar, es relativamente delgada y permite la relación del músculo con el espacio pararrenal y con la celda renal, de la cual queda separado por la lámina posterior de la fascia renal, también denominada fascia de Zuckerkandl. La hoja posterior de la vaina, formada por la lámina media de la fascia toracolumbar, es más resistente y se fusiona con la aponeurosis posterior del músculo transverso del abdomen. Estas láminas fasciales se fijan medialmente en las apófisis costales lumbares y se continúan lateralmente con la aponeurosis del músculo transverso del abdomen, generando un compartimento estable que protege y delimita al cuadrado lumbar.
En su porción superior, la cara anterior del músculo es atravesada por el ligamento arqueado lateral del diafragma, lo que evidencia su relación íntima con la cúpula diafragmática y destaca su participación indirecta en la mecánica respiratoria. Por detrás, su superficie se encuentra cubierta medialmente por el músculo erector de la columna, responsable de la extensión del raquis, y lateralmente por el músculo dorsal ancho, que forma parte de los músculos superficiales del dorso.
La inervación del músculo cuadrado lumbar procede del ramo ventral del duodécimo nervio torácico, también conocido como nervio subcostal, así como de ramos posteriores provenientes de las raíces del plexo lumbar. Esta distribución nerviosa permite una activación fina y segmentaria, fundamental para su papel estabilizador.
Desde el punto de vista funcional, su contracción unilateral produce la inclinación lateral del raquis hacia el lado activo cuando el punto fijo se sitúa en la pelvis. Si, por el contrario, el músculo fija su origen en la columna lumbar y en la duodécima costilla, actúa elevando lateralmente la pelvis. Además de estas funciones, su capacidad para fijar la duodécima costilla lo convierte en un elemento auxiliar durante la respiración forzada, al proporcionar un punto estable de apoyo para la acción del diafragma.

Fuente y lecturas recomendadas:
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- Latarjet, M., Ruiz Liard, A., & Pró, E. (2019). Anatomía humana (5.ª ed., Vols. 1–2). Médica Panamericana.
ISBN: 9789500695923 - Dalley II, A. F., & Agur, A. M. R. (2022). Moore: Anatomía con orientación clínica (9.ª ed.). Wolters Kluwer (Lippincott Williams & Wilkins).
ISBN: 9781975154120 - Standring, S. (Ed.). (2020). Gray’s anatomy: The anatomical basis of clinical practice (42.ª ed.). Elsevier.
ISBN: 9780702077050 - Netter, F. H. (2023). Atlas de anatomía humana (8.ª ed.). Elsevier.
ISBN: 9780323793745
- Latarjet, M., Ruiz Liard, A., & Pró, E. (2019). Anatomía humana (5.ª ed., Vols. 1–2). Médica Panamericana.

