¿Qué es el síndrome cardiorrenal?
¿Qué es el síndrome cardiorrenal?

¿Qué es el síndrome cardiorrenal?

El síndrome cardiorrenal es un trastorno patofisiológico complejo que involucra tanto al corazón como a los riñones. Este síndrome se caracteriza por una interacción disfuncional entre ambos órganos, en la que el deterioro agudo o crónico de uno de estos órganos desencadena un deterioro paralelo en el otro. Esta interrelación patológica resalta la dependencia mutua entre las funciones cardíaca y renal, lo que convierte al síndrome cardiorrenal en una condición clínica desafiante que requiere un enfoque terapéutico integral.

La fisiopatología subyacente del síndrome cardiorrenal se basa en una serie de mecanismos interconectados, entre los que se incluyen la alteración de la perfusión renal debido a la insuficiencia cardíaca, la activación del sistema nervioso simpático y el sistema renina-angiotensina-aldosterona, así como el aumento de la presión venosa central. Estos mecanismos contribuyen a la sobrecarga de volumen, la retención de sodio y agua, y el mal funcionamiento tanto del corazón como de los riñones. En este contexto, el objetivo terapéutico primordial, independientemente del tipo específico del síndrome cardiorrenal, es lograr la euvolemia, es decir, un equilibrio adecuado entre la cantidad de líquidos en el cuerpo, lo cual es esencial para mejorar la función de ambos órganos afectados.

El síndrome cardiorrenal se clasifica en cinco tipos, una categorización convencional que facilita el diagnóstico y tratamiento. El tipo 1 se define por la aparición de insuficiencia renal aguda (IRA) como resultado de una enfermedad cardíaca aguda. Este tipo está vinculado a situaciones como el infarto agudo de miocardio o insuficiencia cardíaca descompensada, donde la función renal se ve comprometida rápidamente debido a la disminución de la perfusión renal por un fallo en el corazón. El tipo 2, por otro lado, está asociado con enfermedad renal crónica (ERC) derivada de una enfermedad cardíaca crónica, como la insuficiencia cardíaca crónica, que provoca una progresiva disfunción renal debido a la disminución crónica de la perfusión renal.

El tipo 3 describe una enfermedad cardíaca aguda causada por insuficiencia renal aguda, lo cual puede ocurrir cuando la acumulación de productos de desecho y la retención de líquidos debido a la disfunción renal afectan negativamente la función cardíaca. En este tipo, la alteración en la función renal desencadena un ciclo patológico que agrava la insuficiencia cardíaca. El tipo 4 corresponde a una descompensación cardíaca crónica secundaria a una enfermedad renal crónica. En estos casos, la progresión de la ERC, que puede estar relacionada con hipertensión crónica, diabetes o enfermedades glomerulares, lleva a una sobrecarga de volumen y a la alteración de la hemodinámica que compromete aún más la función cardíaca. Finalmente, el tipo 5 incluye el síndrome cardiorrenal debido a otras enfermedades sistémicas agudas o crónicas, como la sepsis, que afectan tanto al corazón como a los riñones, a menudo a través de mecanismos inflamatorios y hemodinámicos.

Aunque tratar la causa primaria subyacente, ya sea cardíaca o renal, es crucial, el tratamiento del síndrome cardiorrenal generalmente se enfoca en la corrección de la sobrecarga de volumen, lo cual puede ser una intervención urgente, especialmente en situaciones agudas. La decongestión y la diuresis son estrategias fundamentales, y en este sentido, la diuresis médica dirigida puede lograr una decongestión eficaz, con tasas de eventos adversos potencialmente más bajas que las terapias extracorpóreas, como la ultrafiltración. La diuresis permite la eliminación controlada de líquidos, lo que mejora la función de ambos órganos sin los riesgos adicionales de los procedimientos invasivos.

Además de las estrategias de decongestión, el tratamiento dirigido con fármacos que modulan los mecanismos patofisiológicos, como los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT-2), ha mostrado ser prometedor. Estos fármacos no solo reducen la carga de trabajo del corazón y protegen la función renal, sino que también han demostrado disminuir el riesgo de recurrencia del síndrome cardiorrenal. Los SGLT-2 inhibidores actúan reduciendo la sobrecarga de volumen y mejorando el control de la glucosa, lo que a su vez favorece tanto la función renal como cardíaca.

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. McCallum W et al. Updates in cardiorenal syndrome. Med Clin North Am. 2023;107:763. [PMID: 37258013]
  2. Wang Y et al. SGLT2 inhibitors in the treatment of type 2 cardiorenal syndrome: focus on renal tubules. Front Nephrol. 2023;2:1109321. [PMID: 37674989]
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