Anticoncepción permanente
Anticoncepción permanente

Anticoncepción permanente

La anticoncepción permanente se ha consolidado como uno de los métodos más utilizados de control de la natalidad, especialmente por aquellas parejas que ya han alcanzado el número de hijos deseado y no planean tener más. Este tipo de anticoncepción ofrece una solución definitiva para evitar embarazos no deseados, al ser un procedimiento diseñado para interrumpir permanentemente la capacidad reproductiva de uno o ambos miembros de la pareja. Si bien existen métodos de anticoncepción reversibles, la permanencia de la anticoncepción quirúrgica, especialmente en el caso de la ligadura de trompas en mujeres y la vasectomía en hombres, es una de las principales características que atrae a quienes buscan una solución duradera.

Sin embargo, aunque existen algunas situaciones en las que la reversión de estos procedimientos puede ser posible, las cirugías de reversión son complejas, costosas y no siempre garantizan el éxito. La reversión de la ligadura de trompas o de la vasectomía no siempre logra restaurar la fertilidad, lo que hace necesario que los pacientes reciban una orientación exhaustiva y detallada acerca de la permanencia del procedimiento antes de tomar una decisión. Es crucial que los pacientes comprendan completamente las implicaciones de esta intervención, ya que puede implicar la pérdida irreversible de la capacidad de concebir.

En cuanto a los procedimientos disponibles, en las mujeres la anticoncepción permanente puede llevarse a cabo mediante diversas técnicas quirúrgicas, tales como la electrocoagulación bipolar laparoscópica, la salpingectomía, la aplicación de un anillo plástico en las trompas uterinas o la minilaparotomía con resección tubárica. La salpingectomía, que consiste en la extirpación de las trompas de Falopio, se prefiere en algunos casos por el beneficio adicional de reducir el riesgo de cáncer de ovario, ya que la eliminación de las trompas disminuye la posibilidad de que las células malignas se desarrollen en esa zona. Por su parte, los procedimientos laparoscópicos presentan importantes ventajas, como la mínima invasión, lo que se traduce en incisiones más pequeñas, menor dolor postoperatorio y una recuperación más rápida en comparación con métodos quirúrgicos más invasivos.

Por otro lado, la minilaparotomía, que también se utiliza en la anticoncepción femenina permanente, tiene como ventaja que puede llevarse a cabo utilizando instrumentos quirúrgicos estándar y bajo anestesia local o general. Aunque este procedimiento es eficaz, la recuperación tiende a ser más prolongada y los pacientes experimentan un mayor dolor postoperatorio en comparación con la laparoscopia. Además, al considerar la eficacia de los diferentes métodos a largo plazo, se ha determinado que la tasa acumulada de fallos a los 10 años para todos los métodos combinados es del 1,85%. Esta tasa varía dependiendo del tipo de intervención, siendo más baja para técnicas como la salpingectomía parcial postparto y la coagulación unipolar laparoscópica (0,75%), mientras que el uso de clips de resorte presenta una tasa de fallos mayor (3,65%). Estos datos deben ser considerados y discutidos con los pacientes antes de la intervención para que estén plenamente informados sobre los riesgos y resultados posibles.

Algunos estudios han identificado la ligadura de trompas como un factor que puede aumentar el riesgo de irregularidades menstruales a largo plazo. Sin embargo, los hallazgos sobre este aspecto han sido variados y no siempre consistentes entre los distintos estudios realizados, lo que indica la necesidad de más investigación para esclarecer completamente este posible efecto secundario.

En los hombres, la anticoncepción permanente se lleva a cabo mediante la vasectomía, un procedimiento relativamente sencillo y seguro en el que se corta y se sella el conducto deferente, impidiendo que los espermatozoides lleguen a la uretra. Este procedimiento se realiza a través de una pequeña incisión en el escroto y bajo anestesia local, lo que lo convierte en una opción conveniente para muchos. A pesar de ser considerado un procedimiento menor, los estudios de seguimiento a largo plazo han mostrado que los pacientes que se someten a una vasectomía no presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar enfermedades cardiovasculares, lo que indica que la vasectomía es una opción segura desde el punto de vista de la salud a largo plazo.

 

 

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Fang NZ et al. Female permanent contraception trends and updates. Am J Obstet Gynecol. 2022;226:773. [PMID: 34973178]
  2. Velez D et al. Vasectomy: a guidelines-based approach to male surgical contraception. Fertil Steril. 2021;115:1365. [PMID: 33879342]
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