La lesión del nervio radial constituye una entidad neurológica con una clínica variable que depende estrechamente del nivel anatómico en el que se produce la lesión. El nervio radial es una de las ramas terminales del plexo braquial, originándose específicamente en las raíces espinales de los segmentos C5 a T1. A lo largo de su trayecto desde la axila hasta la mano, el nervio radial es susceptible a diversos mecanismos de compresión o daño traumático, lo que da lugar a patrones clínicos distintivos según el sitio de afectación.
En la región axilar, el nervio radial puede lesionarse por mecanismos de compresión directa, como ocurre con el uso inadecuado de muletas o al apoyar de manera prolongada el brazo sobre superficies duras, por ejemplo, el respaldo de una silla. Esta situación compromete todas las fibras motoras y sensitivas del nervio, resultando en debilidad o parálisis de todos los músculos que inerva, incluidos los tres vientres del músculo tríceps braquial. Esta afectación motora generalizada se acompaña de alteraciones sensitivas, que sin embargo suelen ser sorprendentemente sutiles. La pérdida sensitiva se limita comúnmente a una pequeña zona en el dorso de la mano, localizada entre el primer y el segundo dedo, debido a la distribución localizada del ramo superficial del nervio radial.
Cuando la lesión ocurre a nivel del surco del nervio radial, una depresión anatómica en el húmero donde el nervio se encuentra en contacto directo con el hueso, se preserva típicamente la función del músculo tríceps, dado que su inervación se origina en ramas proximales al sitio de la lesión. Este tipo de daño se observa frecuentemente en situaciones de pérdida de conciencia prolongada, como ocurre en personas intoxicadas o profundamente dormidas que mantienen una posición compresiva sobre el brazo durante un tiempo prolongado. La clínica se manifiesta principalmente con debilidad de los músculos extensores del antebrazo y la muñeca, sin alteración de la extensión del codo.
En niveles más distales, como en o por encima del codo, puede afectarse específicamente la rama interósea posterior, una rama puramente motora del nervio radial. Esta rama emerge justo por debajo del codo y se encarga de la inervación de los extensores de los dedos y de la muñeca. En este escenario, se observa una debilidad en la extensión de los dedos y de la muñeca; sin embargo, se preserva la función del músculo extensor radial largo del carpo, cuya inervación proviene de una porción más proximal del nervio radial. Esto permite que la muñeca aún pueda extenderse, aunque de manera limitada y desviada radialmente.
Por último, la rama superficial del nervio radial, de carácter netamente sensitivo, puede ser comprimida por elementos externos como esposas ajustadas o correas de reloj demasiado apretadas. Esta compresión da lugar a parestesias, entumecimiento o dolor localizado en el dorso de la mano y de los dedos laterales, sin compromiso motor, dado que esta rama no posee fibras musculares.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.

