PERSPECTIVAS HISTÓRICAS DE LA CIRUGÍA BILIAR RECONSTRUCTIVA
PERSPECTIVAS HISTÓRICAS DE LA CIRUGÍA BILIAR RECONSTRUCTIVA

Perspectivas históricas de la cirugía biliar reconstructiva

La historia de la cirugía biliar reconstructiva se entrelaza con la evolución del conocimiento anatómico y la práctica quirúrgica a lo largo de los siglos. Para entender el desarrollo de esta especialidad, es esencial rastrear su origen desde tiempos antiguos hasta los avances más modernos.

El estudio del hígado y los conductos biliares tiene raíces profundas en la antigüedad. En Babilonia, alrededor del 2000 a.C., ya existían conocimientos sobre la anatomía del hígado, aunque de manera rudimentaria. Este conocimiento se reflejaba en las primeras observaciones sobre enfermedades de la vesícula biliar. En Egipto, las pruebas de enfermedades relacionadas con los conductos biliares se han encontrado en momias de la XXI Dinastía, demostrando que los problemas biliares eran reconocidos y documentados por los antiguos egipcios. De manera similar, los textos históricos de Mesopotamia, Grecia y Roma también evidencian la presencia de enfermedades biliares, aunque los procedimientos para tratar estos problemas eran bastante limitados y primitivos en comparación con los estándares modernos.

El avance hacia técnicas quirúrgicas más sofisticadas comenzó a tomar forma en la Edad Moderna. En 1618, el cirujano italiano Hieronymus Fabricius realizó una de las primeras intervenciones conocidas para remover cálculos biliares, un procedimiento que marcó el comienzo de una mayor comprensión y capacidad para tratar enfermedades de los conductos biliares. Sin embargo, los procedimientos en esa época seguían siendo rudimentarios y poco precisos.

El siglo XIX trajo consigo importantes innovaciones en la cirugía biliar. En 1867, el cirujano estadounidense Robert Bobbs llevó a cabo una colecistostomía, que es la creación de una abertura en la vesícula biliar para drenar su contenido, un avance significativo en el tratamiento de las enfermedades de la vesícula. Otros cirujanos como J. Marion Sims, Theodor Kocher y Joseph Tait también realizaron colecistostomías en la misma época, cada uno contribuyendo al perfeccionamiento de la técnica y la comprensión de las enfermedades biliares.

El verdadero hito en la cirugía biliar reconstructiva llegó con la introducción de la colecistectomía planificada. En 1882, el cirujano alemán Carl Langenbuch realizó la primera colecistectomía, una operación que implica la extirpación completa de la vesícula biliar. Este procedimiento fue un avance revolucionario que permitió tratar de manera más efectiva las enfermedades biliares graves y sentó las bases para el desarrollo de técnicas quirúrgicas más avanzadas en el futuro.

El procedimiento de coledocotomía, introducido por Henri Couvoissier en 1890, marcó un avance significativo en la cirugía biliar. Al realizar una apertura directa del conducto biliar común, Couvoissier permitió una exploración más detallada y un acceso más preciso a los conductos biliares. Esta técnica facilitó la identificación y el tratamiento de enfermedades biliares, ofreciendo una nueva perspectiva sobre cómo abordar los problemas en esta área crítica. Sin embargo, con la mayor sofisticación en las técnicas quirúrgicas también surgió una nueva preocupación: las lesiones iatrogénicas del conducto biliar.

En 1891, el cirujano alemán Johann Gottfried Sprengel describió la primera lesión iatrogénica del conducto biliar, destacando el riesgo asociado con los procedimientos quirúrgicos en esta región. Sprengel también realizó la primera coledocoduodenostomía, una técnica en la que se crea una anastomosis entre el conducto biliar y el duodeno para tratar los cálculos biliares, lo que demostró el esfuerzo por encontrar soluciones para complicaciones como la obstrucción por cálculos.

El año siguiente, en 1892, el cirujano francés René Doyen reportó la primera coledococholedochostomía, un procedimiento en el que se crea una comunicación entre dos segmentos del conducto biliar común para aliviar obstrucciones o tratar cálculos. Estas técnicas reflejan la evolución continua en la búsqueda de métodos más efectivos para manejar complicaciones relacionadas con los conductos biliares.

Otro avance significativo en la historia de la cirugía biliar fue la introducción de la colecistoenterostomía, realizada por el cirujano alemán Carl Winiwater en 1881. Esta fue la primera anastomosis biliar-alimentaria, en la que se crea una conexión entre la vesícula biliar y el colon, permitiendo una vía alternativa para el flujo biliar en casos de obstrucción o enfermedad grave.

A principios del siglo XX, la técnica quirúrgica continuó avanzando con la primera reconstrucción quirúrgica («end-to-side» coledocoduodenostomía) para tratar lesiones iatrogénicas del conducto biliar. Realizada por el cirujano estadounidense William J. Mayo en 1905, esta técnica permitió una reparación más efectiva de las lesiones causadas por intervenciones previas, demostrando un avance significativo en la capacidad de corregir y manejar las complicaciones iatrogénicas.

La primera hepático-yeyunostomía Roux-en-Y (HJ) fue descrita por Monprofit en 1908. Dahl observó la HJ Roux-en-Y para el tratamiento quirúrgico de IBDI en 1909. En 1969, Smith creó una anastomosis con injerto mucoso en la reparación del conducto biliar proximal dañado.

En 1954, Hepp y Couinaud describieron la placa hilar y el largo trayecto extrahepático del conducto hepático izquierdo. El conducto hepático izquierdo, tras la disección de la placa hilar, se utilizó en la reparación de estenosis altas. En 1948, Longmire y Sanford describieron una técnica para encontrar una rama del conducto hepático izquierdo para anastomosis en estenosis biliares altas. Esta técnica se basó en la resección parcial del lóbulo hepático izquierdo.

En 1957, esta técnica fue modificada por Soulpaut y Couinaud. Describieron la localización de estructuras ductales mucho mayores en el lóbulo izquierdo siguiendo el ligamento redondo hasta el origen del conducto del tercer segmento. En 1994, Hepp y Blumgart describieron una técnica de anastomosis biliar-entérica hilar e intrahepática.

Uno de los avances significativos en el manejo quirúrgico de las complicaciones biliares fue la introducción de la hepático-yeyunostomía Roux-en-Y (HJ). Esta técnica fue descrita por el cirujano francés Monprofit en 1908. La hepático-yeyunostomía Roux-en-Y es un procedimiento en el que se conecta el conducto hepático al yeyuno, una parte del intestino delgado, a través de un segmento en forma de Y. Esta técnica fue observada en 1909 por Dahl para el tratamiento de lesiones iatrogénicas del conducto biliar (IBDI), demostrando su utilidad en la creación de un nuevo trayecto para el flujo biliar en presencia de obstrucciones o daños graves.

El desarrollo de técnicas innovadoras continuó en la mitad del siglo XX. En 1948, Longmire y Sanford describieron una técnica importante para la reparación de estenosis biliares altas. Esta técnica se basaba en la identificación de una rama del conducto hepático izquierdo para realizar una anastomosis, lo que involucraba una resección parcial del lóbulo hepático izquierdo. Este enfoque permitió un acceso más adecuado para la reparación de estenosis en la parte alta del conducto biliar.

En 1954, los cirujanos Hepp y Couinaud hicieron una importante contribución al describir la placa hilar y el trayecto extrahepático del conducto hepático izquierdo. La placa hilar es una estructura anatómica clave que facilita la identificación y la reparación de estenosis altas en el conducto hepático izquierdo. La disección de la placa hilar permitió a los cirujanos utilizar el conducto hepático izquierdo en la reparación de estenosis altas, mejorando las opciones disponibles para el manejo de estas complicaciones complejas.

En 1957, Soulpaut y Couinaud modificaron la técnica descrita por Longmire y Sanford, detallando la localización de estructuras ductales en el lóbulo izquierdo del hígado. Su trabajo incluyó el seguimiento del ligamento redondo hasta el origen del conducto del tercer segmento del hígado, lo que permitió una identificación más precisa y una mejor planificación quirúrgica para las anastomosis biliares.

Finalmente, en 1994, Hepp y Blumgart introdujeron una técnica avanzada de anastomosis biliar-entérica hilar e intrahepática, que incorporó los conocimientos anatómicos y técnicas quirúrgicas desarrolladas en décadas anteriores. Esta técnica combinó la anastomosis entre el conducto biliar y el intestino con la intervención a nivel hilar e intrahepático, proporcionando una solución integral para las complicaciones complejas del sistema biliar.

Cada uno de estos avances refleja el progreso continuo en la cirugía biliar reconstructiva. Desde los primeros intentos para tratar cálculos biliares hasta la sofisticación de las técnicas modernas, la historia de esta especialidad muestra cómo la innovación y el refinamiento técnico han permitido a los cirujanos abordar de manera más efectiva las complicaciones biliares y mejorar los resultados para los pacientes.

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Jabłońska, B., & Lampe, P. (2009). Iatrogenic bile duct injuries: etiology, diagnosis and management. World journal of gastroenterology15(33), 4097–4104. https://doi.org/10.3748/wjg.15.4097
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Originally posted on 27 de agosto de 2024 @ 12:27 AM

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