Durante una gran parte de la prehistoria humana, en todas partes del mundo se practicaba la trepanación: un procedimiento quirúrgico que consiste en hacer un agujero en el cráneo de una persona viva, ya sea por perforación, corte o raspado de las capas de hueso con un instrumento afilado.
Algunos chamanes observaron que si un individuo sufría un golpe en la cabeza, la curación ritual era abrir el cráneo para que el “espíritu maligno” saliera y con ello curar al paciente. Dicho procedimiento probó su eficacia y se repitió desde las estepas de Taforalt (Marruecos) en el 6000 a. C. hasta los trépanos, con el instrumento denominado tumi, en el área inca de Sudamérica, así como en Tlatilco (900 a.C.) y Monte Albán (500 a. C.) en Mesoamérica; el desarrollo de callo óseo demostró que hubo casos de recuperación.