La respuesta sistémica al traumatismo quirúrgico constituye una serie de ajustes internos desencadenados por un estímulo mayor que permiten sobrevivir al organismo, dañado de forma grave y aguda; sus objetivos son la defensa inmunológica contra la infección y la reparación tisular.
Los estímulos mayores son:
- la cirugía.
- el traumatismo.
- las quemaduras.
- la infección.
La lesión corporal terapéutica provocada por una cirugía ya sea de manera electiva o de urgencia, para efectuar un procedimiento mayor o menor, causa finalmente un estrés en el organismo, definido como el estado de amenaza a la homeostasis por la exposición a fuerzas adversas.
La gravedad de la respuesta adaptativa depende de la magnitud del agente estresante y la persistencia del factor tiempo.
Las variables que intervienen en la respuesta son la edad, el estado nutricional y el aporte nutricio perioperatorio, la anestesia y el control del dolor, la técnica quirúrgica y la termorregulación transoperatoria y posoperatoria.
La cascada de activación sistémica desencadenada puede ser fisiológica, protectora y repara dora de la integridad tisular, o bien patológica por la inducción de mala adaptación de órganos y sistemas.
El conocimiento profundo del tema es crucial para el cirujano en el reconocimiento de las alteraciones fisiológicas durante la intervención quirúrgica, las modificaciones en los requerimientos corporales, las prioridades de atención metabólica y los esfuerzos por reducir la respuesta catabólica, son claves en la recuperación rápida en un episodio quirúrgico.