La deficiencia de subclases de inmunoglobulina se refiere a la disminución de los niveles de al menos una de las subclases de inmunoglobulina G (IgG) en el organismo. IgG es una de las principales clases de anticuerpos que se encuentran en el suero y en los líquidos extracelulares, y juega un papel crucial en la protección del organismo contra infecciones, al neutralizar patógenos y activar otras partes del sistema inmunitario. Existen cuatro subclases de IgG, que son IgG1, IgG2, IgG3 e IgG4, y cada una de ellas tiene funciones específicas dentro de la respuesta inmunitaria.
Se ha observado que una disminución en los niveles de al menos una de estas subclases de IgG puede encontrarse incidentalmente en aproximadamente el 2% de la población general. Sin embargo, es fundamental destacar que una disminución o ausencia de alguna subclase de IgG por sí sola no es suficiente para realizar un diagnóstico de inmunodeficiencia. Esto se debe a que el sistema inmunitario es altamente complejo y la deficiencia de una subclase de IgG no siempre se traduce en una respuesta inmunitaria comprometida o en una mayor susceptibilidad a infecciones.
El diagnóstico de inmunodeficiencia, como es el caso de la deficiencia común variable de inmunodeficiencia (CVID), no debe basarse únicamente en la medición de los niveles de las subclases de IgG. En el caso de la CVID, se requiere la identificación de otros defectos funcionales del sistema inmunitario, que pueden implicar una disminución en la capacidad de producir anticuerpos en respuesta a infecciones o la incapacidad de generar una memoria inmunitaria adecuada. La presencia de otras anomalías en la función inmune, como una respuesta inadecuada a las vacunas o infecciones recurrentes, son aspectos clave para considerar el diagnóstico de inmunodeficiencia.
Por lo tanto, los niveles bajos o ausentes de subclases de IgG no necesariamente implican un trastorno inmunológico grave, y el tratamiento con inmunoglobulina intravenosa (IgG-RT) generalmente no está indicado en estos casos a menos que se identifiquen otros defectos funcionales en el sistema inmunitario. Esto resalta la importancia de un enfoque diagnóstico integral que considere tanto la cantidad como la funcionalidad de las inmunoglobulinas y otras componentes del sistema inmunitario para poder determinar si existe una inmunodeficiencia real que requiera intervención terapéutica.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.