¿Qué es la Tuberculosis pleural?

¿Qué es la Tuberculosis pleural?
¿Qué es la Tuberculosis pleural?

La tuberculosis pleural es una manifestación de la tuberculosis extrapulmonar, donde la infección por Mycobacterium tuberculosis afecta la pleura, que es la membrana que recubre los pulmones y reviste la cavidad torácica. Esta afección representa aproximadamente el 20% de los casos extrapulmonares de tuberculosis.

Cuando se produce tuberculosis pleural, a menudo se observa la acumulación de líquido en el espacio pleural, lo que da lugar a un derrame pleural. Este derrame pleural aislado generalmente refleja una infección primaria reciente. La presencia de líquido en la pleura se considera una respuesta de hipersensibilidad a los antígenos micobacterianos, lo que significa que el sistema inmunológico reacciona de manera exagerada a la presencia de la bacteria.

La enfermedad pleural también puede surgir como resultado de la propagación de la infección desde el parénquima pulmonar circundante. Esto se observa en casos de pleuritis que acompaña a la enfermedad posprimaria, donde la bacteria se propaga desde el pulmón a la pleura adyacente.

 

Manifestaciones clinicas de la tuberculosis pleural

La tuberculosis pleural como una manifestación extrapulmonar de la infección por Mycobacterium tuberculosis, presenta una variabilidad en la respuesta inmunológica que incide directamente en la magnitud del derrame pleural resultante. En casos de reactividad limitada, el derrame puede manifestarse en dimensiones reducidas, pasando desapercibido y resolviéndose espontáneamente. En contraste, cuando la respuesta inmunológica es más intensa o la infección se extiende, el derrame puede alcanzar dimensiones significativas, induciendo síntomas notables como fiebre, dolor pleurítico y disnea.

La evaluación clínica revela características distintivas en la exploración física de pacientes afectados por tuberculosis pleural. La matidez a la percusión, indicativa de la presencia de líquido en el espacio pleural, se manifiesta como un sonido apagado al golpear la región afectada. Además, la ausencia de ruidos respiratorios señala la compresión del pulmón subyacente debido al derrame pleural.

 

Exámenes complementarios

La radiografía torácica, una herramienta diagnóstica fundamental, revela la presencia de derrame pleural y, en un notable 33% de los casos, exhibe lesiones parenquimatosas pulmonares, sugiriendo la posible propagación de la infección por Mycobacterium tuberculosis más allá de la pleura.

¿Qué es la Tuberculosis pleural?

 Tuberculosis pleural

La toracocentesis emerge como una necesidad ineludible para esclarecer la naturaleza del derrame y distinguirlo de otras patologías. El líquido pleural, caracterizado por un tono pajizo y, en ocasiones, hemorrágico, se clasifica como un exudado, presentando concentraciones de proteínas elevadas (superiores al 50% en comparación con el suero, típicamente alrededor de 4 a 6 g/100 mL), una concentración de glucosa normal o baja, un pH cercano a 7.3 (ocasionalmente inferior a 7.2) y la presencia detectable de leucocitos (generalmente en el rango de 500 a 6,000/μL).

El análisis del líquido pleural revela que, en las etapas iniciales, los neutrófilos pueden ser predominantes, mientras que en etapas tardías, las células mononucleares adquieren protagonismo. Las células mesoteliales, en general, se encuentran ausentes o presentes en cifras reducidas.

La identificación de bacilos ácido-alcohol resistentes (AFB) en el frotis directo es poco común, aunque los cultivos pueden arrojar resultados falsos negativos para M. tuberculosis, siendo más propensos en casos de enfermedad posprimaria.

La determinación de las concentraciones pleurales de adenosina desaminasa (ADA) se erige como una prueba de detección esencial, excluyendo prácticamente el diagnóstico de tuberculosis si las concentraciones son significativamente bajas. La lisozima también se manifiesta en el derrame pleural asociado con la enfermedad.

La medición directa o la estimulación de linfocitos T sensibilizados con antígenos micobacterianos para detectar interferón-γ (IFN-γ) se posiciona como un método útil en el diagnóstico.

La biopsia pleural, a menudo imperativa para la confirmación diagnóstica, revela la presencia de granulomas o cultivos positivos en hasta el 80% de los casos. La aplicación de la amplificación de ácido nucleico automática en tiempo real (prueba MTB/RIF) exhibe resultados positivos en alrededor del 75% de los casos, aunque se desaconseja el uso de líquido pleural en esta prueba debido a su baja sensibilidad. Estos procedimientos y pruebas, al integrarse, proporcionan una evaluación exhaustiva para diagnosticar la tuberculosis pleural con precisión.

 

Tratamiento

La tuberculosis pleural en su variante mencionada exhibe una notable respuesta favorable a la quimioterapia, evidenciando la eficacia de los agentes antimicrobianos en el control de la infección. Además, cabe destacar la posibilidad de resolución espontánea del derrame pleural asociado con esta presentación particular. La coadministración de glucocorticoides se ha considerado en la gestión de esta forma de tuberculosis pleural, mostrando capacidad para reducir la duración de la fiebre y del dolor torácico, aunque su beneficio carece de respaldo sustancial basado en evidencia corroborada.

En lo que respecta al empiema tuberculoso, una complicación menos común en la tuberculosis pulmonar, su origen se vincula comúnmente con la ruptura de una cavitación pulmonar, ocasionando la entrada de una cantidad significativa de microorganismos hacia la cavidad pleural. Este proceso puede dar lugar a la formación de una fístula broncopleural, manifestada por la presencia de aire en la cavidad pleural, observable radiográficamente mediante la presencia de hidroneumotórax con un nivel hidroaéreo. El líquido pleural asociado, purulento y viscoso, se caracteriza por la abundancia de linfocitos.

Los métodos diagnósticos, como la tinción para bacilos acidorresistentes y los cultivos para micobacterias, tienden a arrojar resultados positivos con frecuencia en este contexto clínico. El enfoque terapéutico aborda tanto la quimioterapia antibiótica como la necesidad de drenaje quirúrgico, dada la naturaleza purulenta del líquido y la imperante necesidad de controlar la infección.

Es importante señalar que el empiema tuberculoso puede llevar consigo implicaciones a largo plazo, induciendo fibrosis pleural severa y neumopatía restrictiva. En circunstancias más graves, la decorticación, la eliminación de la pleura visceral engrosada, puede ser requerida para mejorar la función pulmonar y mitigar las secuelas derivadas de esta complicación específica. Estos datos subrayan la complejidad clínica de la tuberculosis pleural y la necesidad de enfoques terapéuticos específicos para abordar las distintas facetas de esta enfermedad.

 

 

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