El control de la infección permitió el desarrollo de la cirugia
El control de la infección permitió el desarrollo de la cirugia

El control de la infección permitió el desarrollo de la cirugia

El control de la infección desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la cirugía moderna, marcando un hito crucial en la historia de la medicina. Durante siglos, la cirugía estuvo limitada por las altas tasas de morbilidad y mortalidad asociadas a infecciones postoperatorias. Antes del descubrimiento de las causas microbianas de estas infecciones, los cirujanos carecían de métodos eficaces para evitar que las heridas quirúrgicas se infectaran. Esto hacía que las intervenciones quirúrgicas, aunque técnicamente avanzadas, conllevaran un alto riesgo para los pacientes, lo que restringía el alcance y la seguridad de los procedimientos quirúrgicos.

A mediados del siglo XIX, la cirugía se encontraba en una etapa de evolución, pero el éxito quirúrgico seguía siendo limitado por la incapacidad de prevenir infecciones. La antisepsia, entendida como el conjunto de prácticas para prevenir la contaminación y las infecciones, emergió como un factor determinante para la expansión de las posibilidades quirúrgicas. El punto de inflexión en la historia de la cirugía se produjo gracias al trabajo del cirujano inglés Joseph Lister, quien se basó en los descubrimientos de Louis Pasteur sobre la naturaleza microbiana de las enfermedades y las infecciones.

Louis Pasteur, un químico francés, había demostrado que el proceso de fermentación y la putrefacción de los alimentos eran causados por la acción de microorganismos vivos, a los que él denominó gérmenes. A través de su investigación, Pasteur proporcionó una base científica sólida para comprender que los microbios eran responsables no solo de la descomposición de la materia orgánica, sino también de las enfermedades infecciosas. Esta teoría de los gérmenes como agentes causales de enfermedades fue fundamental para que Joseph Lister pudiera aplicar la antisepsia a la práctica quirúrgica.

Lister, influenciado por las investigaciones de Pasteur, postuló que los mismos gérmenes invisibles responsables de la descomposición de los tejidos y de las infecciones podrían ser los causantes de las complicaciones que sufrían los pacientes después de las cirugías. En ese momento, se observaba que, a pesar de que los cirujanos eran hábiles en la realización de procedimientos quirúrgicos, las heridas quirúrgicas a menudo se infectaban, resultando en supuración(secreción de pus), fiebre y en algunos casos la muerte de los pacientes. El concepto de infectarse durante o después de la cirugía era muy conocido, pero no se entendía completamente la causa de este fenómeno ni cómo prevenirlo.

Lister teorizó que si los gérmenes estaban presentes en el aire, en los instrumentos quirúrgicos o en las manos del cirujano, podían contaminar las heridas y causar infecciones. Su propuesta fue revolucionaria y se centró en la idea de que era posible prevenir la supuración y las infecciones postoperatorias aplicando sustancias que pudieran eliminar o inhibir el crecimiento de estos microorganismos en las heridas. Para ello, Lister adoptó el uso de una solución de ácido carbólico (fenol), un germicida conocido en ese momento por sus propiedades antibacterianas.

A partir de mediados de la década de 1860, Lister comenzó a aplicar este ácido carbólico sobre las heridas quirúrgicas y a utilizar vendajes empapados con la misma sustancia para cubrir las incisiones. La idea era crear un ambiente libre de gérmenes en el que la herida pudiera sanar sin la interferencia de la contaminación microbiana. Lister también introdujo una serie de medidas adicionales, como la esterilización de los instrumentos quirúrgicos y el uso de soluciones antisepticas para desinfectar el aire en el entorno quirúrgico. Estas prácticas de asepsia revolucionaron la cirugía, ya que el control de la infección permitió que los procedimientos quirúrgicos fueran mucho más seguros, con menos complicaciones y menores tasas de mortalidad.

La adopción de la antisepsia por parte de Lister tuvo efectos profundos y duraderos en la cirugía moderna. La práctica de mantener un entorno quirúrgico limpio y libre de gérmenes permitió realizar procedimientos más complejos y más prolongados, algo que antes era impensable debido al riesgo de infecciones. Por ejemplo, cirugías mayores como las cirugías abdominales o las cirugías ortopédicas ahora podían realizarse con mayor seguridad. La capacidad para controlar la infección también permitió que los cirujanos pudieran ampliar sus horizontes y realizar intervenciones que antes no se consideraban viables debido a los riesgos asociados con las infecciones postoperatorias.

El método antiséptico de Lister no solo redujo drásticamente las tasas de infección postquirúrgica, sino que también sentó las bases para la evolución de la cirugía en varias áreas clave. A medida que las técnicas de asepsia se difundieron y se perfeccionaron, los avances en cirugía ortopédica, cirugía abdominal y otras especialidades se hicieron posibles, lo que culminó en una gran expansión de las capacidades quirúrgicas a lo largo del siglo XX. Los cirujanos comenzaron a considerar la cirugía como una opción terapéutica viable para una mayor variedad de enfermedades y condiciones, lo que antes había sido un campo muy limitado por las complicaciones infecciosas.

Además, el trabajo de Lister sentó las bases para el desarrollo de la esterilización moderna en la cirugía, que más tarde se vería reflejada en el uso de técnicas como la esterilización por vapor y el uso de guantes quirúrgicos, lo que sigue siendo estándar en la práctica quirúrgica actual. La asepsia también abrió el camino para la investigación y el desarrollo de otros aspectos fundamentales de la cirugía moderna, como el control del dolor y la mejoría en las técnicas quirúrgicas.

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Townsend, C. M., Beauchamp, R. D., Evers, B. M., & Mattox, K. L. (2022). Sabiston. Tratado de cirugía. Fundamentos biológicos de la práctica quirúrgica moderna (21.ª ed.). Elsevier España.
  2. Brunicardi F, & Andersen D.K., & Billiar T.R., & Dunn D.L., & Kao L.S., & Hunter J.G., & Matthews J.B., & Pollock R.E.(2020), Schwartz. Principios de Cirugía, (11e.). McGraw-Hill Education.

 

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Originally posted on 3 de diciembre de 2024 @ 1:19 AM

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