El problema de la hipertensión en estadounidenses

La hipertensión arterial es una condición médica caracterizada por una presión arterial persistentemente elevada en las arterias del cuerpo. Es un problema de salud significativo en todo el mundo y está asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, enfermedad renal y otros problemas de salud graves.

El período de la Encuesta Nacional de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) 2017-2020 en los Estados Unidos reveló que el 32,9% de los adultos en el país cumplen con los criterios tradicionales de hipertensión. Estos criterios suelen incluir una presión arterial sistólica (el número superior) superior a 140 mm Hg y/o una presión arterial diastólica (el número inferior) superior a 90 mm Hg, o ser tratados activamente por hipertensión. Esta estadística revela la alta prevalencia de la hipertensión en la población adulta de los Estados Unidos, lo que subraya la importancia de abordar este problema de salud pública de manera efectiva.

Además, la encuesta sugiere que el 79% de las personas que cumplen con los criterios de hipertensión son conscientes de su diagnóstico. Esta conciencia es crucial, ya que el conocimiento del diagnóstico es el primer paso para la gestión y el control adecuados de la hipertensión. Sin embargo, aunque la mayoría de las personas diagnosticadas son conscientes de su condición, puede haber una brecha entre el conocimiento del diagnóstico y el manejo adecuado de la enfermedad. Es fundamental que las personas diagnosticadas con hipertensión trabajen en colaboración con profesionales de la salud para implementar cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, recibir tratamiento farmacológico para controlar su presión arterial y reducir el riesgo de complicaciones asociadas.

Varios factores contribuyen a la alta prevalencia de la hipertensión, incluidos los hábitos dietéticos poco saludables, el sedentarismo, el estrés, la genética y otros factores de riesgo. Abordar estos factores de riesgo mediante cambios en el estilo de vida, como seguir una dieta saludable baja en sodio, hacer ejercicio regularmente, reducir el consumo de alcohol y mantener un peso saludable, puede ayudar a prevenir y controlar la hipertensión.

El bajo porcentaje de personas que reciben tratamiento antihipertensivo y la falta de control adecuado de la presión arterial son preocupaciones importantes en el manejo de la hipertensión y tienen implicaciones significativas para la salud pública. Varios factores contribuyen a esta situación.

El hecho de que solo el nueve por ciento de las personas que conocen su diagnóstico estén recibiendo tratamiento antihipertensivo indica posibles barreras para acceder a la atención médica o para seguir el tratamiento recomendado. Estas barreras pueden incluir problemas financieros, falta de acceso a atención médica, falta de conciencia sobre la importancia del tratamiento, efectos secundarios de los medicamentos, entre otros.

Además, el control subóptimo de la presión arterial entre aquellos que reciben terapia antihipertensiva (solo el 48% alcanza un nivel por debajo de 140/90 mmHg) puede atribuirse a varios factores. Estos pueden incluir la falta de adherencia al tratamiento, dosis inadecuadas de medicamentos, resistencia a los medicamentos, factores de estilo de vida no modificados, entre otros. La falta de control adecuado de la presión arterial aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares graves, como enfermedad coronaria, accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca.

Es importante destacar que la presión arterial sistólica y la presión del pulso son mejores predictores de complicaciones cardiovasculares en personas mayores de 50 años que la presión arterial diastólica. Esto subraya la importancia de no solo enfocarse en los niveles de presión arterial diastólica, sino también en la presión sistólica y el pulso, especialmente en poblaciones de mayor edad.

Además, se reconoce que la prevalencia de la hipertensión aumenta con la edad, lo que destaca la importancia de la detección temprana y el manejo efectivo de esta condición en adultos mayores.

Por último, se ha demostrado que el control adecuado de la presión arterial reduce significativamente la incidencia de eventos cardiovasculares adversos, como el síndrome coronario agudo (SCA), accidente cerebrovascular e insuficiencia cardíaca. Estas estadísticas resaltan la importancia crítica de abordar la hipertensión de manera efectiva para reducir la carga de enfermedad cardiovascular en la población.

 

 

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