Los riñones son órganos esenciales para el mantenimiento de la homeostasis en el cuerpo humano, desempeñando funciones clave como la filtración de desechos metabólicos, el equilibrio hídrico y electrolítico, la regulación de la presión arterial, la producción de hormonas y la eliminación de toxinas. Debido a estas funciones vitales, los riñones son susceptibles a diversas formas de daño que pueden comprometer su capacidad para realizar estas tareas fundamentales. Las lesiones renales pueden ser causadas por una variedad de factores, que incluyen condiciones metabólicas, infecciones, enfermedades autoinmunitarias, trastornos genéticos, efectos tóxicos, hipertensión crónica, diabetes mellitus y otros trastornos sistémicos. Estas afecciones pueden dañar estructuras clave del riñón, como los glomérulos, los túbulos renales y los vasos sanguíneos, provocando disfunción renal.
En muchos casos, los pacientes con enfermedad renal no presentan síntomas evidentes hasta que la enfermedad está avanzada. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar signos y síntomas como hipertensión (presión arterial elevada), edema (retención de líquidos), hematuria (sangre en la orina) o uremia (acumulación de productos de desecho en la sangre), los cuales pueden ser indicativos de un compromiso renal y llevar a su diagnóstico. No obstante, la enfermedad renal a menudo se descubre de manera incidental, es decir, en el contexto de un examen médico de rutina o durante un cribado dirigido a individuos con un alto riesgo de desarrollar problemas renales. Estos pacientes de alto riesgo incluyen aquellos con antecedentes de diabetes, hipertensión, antecedentes familiares de enfermedades renales o ciertas enfermedades autoinmunitarias. El cribado en estos grupos puede detectar de manera temprana alteraciones renales, incluso antes de que los síntomas sean evidentes.
El diagnóstico y manejo adecuados de la enfermedad renal requieren una evaluación exhaustiva para determinar tanto la causa como la gravedad de la afección. El primer paso en esta evaluación es realizar una historia clínica detallada que incluya la identificación de factores de riesgo y la aparición de síntomas, seguida de un examen físico completo. Además, se debe llevar a cabo una serie de pruebas diagnósticas para obtener una visión más precisa del estado renal del paciente.
Uno de los componentes clave de esta evaluación es la medición de la tasa de filtración glomerular estimada, un parámetro crucial para caracterizar la gravedad de la enfermedad renal. Esta medición se basa en los niveles de creatinina en sangre y otros factores, y permite estimar la capacidad del riñón para filtrar los desechos. Cuando están disponibles valores anteriores de la tasa de filtración glomerular, es posible determinar la duración de la enfermedad renal y la tasa de progresión, lo que puede ser útil para pronosticar la evolución de la enfermedad y guiar las decisiones terapéuticas.
La evaluación también incluye estudios de orina, que pueden revelar signos de daño renal, como proteínas o sangre en la orina, lo que puede ser indicativo de un proceso inflamatorio o glomerular. Además, las imágenes renales, como la ecografía, son esenciales para observar la estructura de los riñones y detectar anomalías como cálculos renales, quistes o tumores. En algunos casos, cuando se sospecha de una enfermedad glomerular u otras afecciones más complejas, puede ser necesario realizar una biopsia renal para obtener una muestra de tejido renal y analizarla en el laboratorio, lo que ayuda a confirmar el diagnóstico y a orientar el tratamiento adecuado.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.