Las hipersomnias, o trastornos de la somnolencia excesiva, comprenden un grupo de afecciones caracterizadas por una somnolencia anormalmente alta durante el día, lo que puede llevar a una disminución de la calidad de vida de quienes las padecen. Entre las principales causas de hipersomnia se incluyen los trastornos respiratorios relacionados con el sueño, el síndrome de narcolepsia, el síndrome de Kleine-Levin, el trastorno de movimientos periódicos de las extremidades y el trastorno del sueño por trabajo por turnos. A continuación, se exploran en detalle algunas de las principales categorías de estos trastornos y sus hallazgos clínicos.
A. Trastornos respiratorios relacionados con el sueño
Dentro de los trastornos respiratorios relacionados con el sueño, la apnea obstructiva del sueño es la más prevalente, superando a otros trastornos como la apnea central del sueño y la hipoventilación relacionada con el sueño. La apnea obstructiva del sueño y la hipopnea se caracterizan por ronquidos, jadeos o pausas en la respiración durante el sueño, así como la presencia de cinco o más apneas o hipopneas por hora, como lo demuestra la polisomnografía. La presencia de estos episodios respiratorios durante el sueño interrumpe su calidad y puede llevar a la somnolencia diurna excesiva, un síntoma característico de la hipersomnia.
B. Síndrome de Narcolepsia
El síndrome de narcolepsia se origina por una pérdida selectiva o disfunción de las neuronas productoras de orexina (también conocida como hipocretina) en el hipotálamo lateral. Aproximadamente el 85-95% de los individuos con narcolepsia, especialmente aquellos que presentan cataplexia o deficiencia de hipocretina, son positivos para el haplotipo HLA DQB1*06:02. Los síntomas suelen comenzar entre los 15 y 25 años. La narcolepsia se caracteriza por episodios recurrentes de siestas diurnas o pérdidas de conciencia que ocurren al menos tres veces por semana. Estos episodios pueden ir acompañados de al menos uno de los siguientes signos: (1) deficiencia de hipocretina; (2) cataplexia, que implica la pérdida repentina del tono muscular, afectando pequeños grupos musculares o incluso debilidad muscular generalizada, a menudo desencadenada por reacciones emocionales y que puede confundirse con un trastorno convulsivo; (3) alteraciones características en el polisomnograma nocturno o en la prueba de latencia múltiple de sueño. Los ataques de sueño suelen caracterizarse por una transición abrupta hacia el sueño REM, el cual es un fenómeno anómalo en este trastorno.
C. Síndrome de Kleine-Levin
Este síndrome, que afecta predominantemente a hombres jóvenes, se manifiesta por ataques de hipersomnia que ocurren tres o cuatro veces al año, con una duración de hasta dos días. Durante estos episodios, los pacientes experimentan hiperfagia, hipersexualidad, irritabilidad y confusión al despertar. El síndrome de Kleine-Levin a menudo se asocia con lesiones neurológicas previas, y generalmente remite después de los 40 años. Aunque el mecanismo exacto de este síndrome no se comprende completamente, se reconoce como una entidad clínica significativa dentro de las hipersomnias.
D. Trastorno de movimientos periódicos de las extremidades
El trastorno de movimientos periódicos de las extremidades se caracteriza por movimientos involuntarios de las piernas, que ocurren exclusivamente durante el sueño. Estos movimientos pueden desencadenar somnolencia excesiva durante el día, así como ansiedad, depresión e incluso alteraciones cognitivas en algunos pacientes. Este trastorno comparte algunas similitudes con el síndrome de piernas inquietas, que también involucra movimientos involuntarios, pero se presenta tanto en vigilia como en sueño.
E. Trastorno de sueño por trabajo por turnos
El trastorno de sueño por trabajo por turnos es un trastorno asociado con la fatiga excesiva debido a la realización de trabajo durante el período normal de sueño. Las personas que trabajan en turnos rotativos o nocturnos experimentan alteraciones significativas en sus ciclos de sueño-vigilia, lo que puede llevar a una somnolencia diurna excesiva, alteraciones en el estado de ánimo, disminución de la concentración y otros síntomas relacionados con la privación del sueño.
Tratamiento
El tratamiento de la narcolepsia se basa principalmente en la administración diaria de fármacos estimulantes, como el sulfato de dextroanfetamina, el cual se administra en una dosis inicial de 10 mg por vía oral en la mañana, con posibilidad de ajustar la dosis según sea necesario. Estos estimulantes son útiles para mejorar la somnolencia diurna excesiva, uno de los principales síntomas de la narcolepsia, ayudando a los pacientes a mantener la vigilia durante el día. Además de los estimulantes, existen otros medicamentos que se utilizan en el tratamiento de la narcolepsia, como el modafinil y su enantiómero, el armomodafinil, que son medicamentos clasificados como de la Programación IV y aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos para tratar la fatiga excesiva diurna asociada con la narcolepsia, la somnolencia relacionada con la apnea obstructiva del sueño y el trastorno del sueño debido al trabajo por turnos.
El tratamiento con modafinil generalmente se inicia con una dosis de 200 a 400 mg por vía oral cada mañana, mientras que la dosis de armomodafinil varía entre 150 y 250 mg en la mañana. Aunque el mecanismo exacto de acción del modafinil y el armomodafinil no está completamente esclarecido, se cree que estos fármacos tienen un menor riesgo de abuso en comparación con los estimulantes que actúan principalmente sobre el sistema dopaminérgico. Los efectos secundarios comunes de estos medicamentos incluyen dolor de cabeza y ansiedad; sin embargo, el modafinil en particular parece ser generalmente bien tolerado por la mayoría de los pacientes.
Por otro lado, la imipramina, un antidepresivo tricíclico, en dosis de 75 a 100 mg por vía oral al día, ha demostrado ser eficaz en el tratamiento de la cataplexia, que es la pérdida repentina de tono muscular que ocurre en la narcolepsia, pero no tiene efecto sobre la narcolepsia misma. En cuanto al tratamiento de otros trastornos del sueño que pueden acompañar a la narcolepsia, como el trastorno de movimientos periódicos de las extremidades o el trastorno de comportamiento en el sueño REM, se pueden utilizar medicamentos como el clonazepam, aunque los resultados varían según el paciente.
En lo que respecta al síndrome de Kleine-Levin, una condición rara que se caracteriza por episodios de hipersomnia grave, no existe un tratamiento específico aprobado. Sin embargo, algunos estudios han sugerido que el litio puede prevenir las recurrencias en algunos pacientes, aunque no está claro si este tratamiento es efectivo para todos los casos.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Maski K et al. Treatment of central disorders of hypersomnolence: an American Academy of Sleep Medicine clinical practice guideline. J Clin Sleep Med. 2021;17:1881. [PMID: 34743789]