Laceraciones de la Conjuntiva, córnea y esclerótica

Las laceraciones de la conjuntiva plantean consideraciones particulares en cuanto a su manejo y tratamiento para evitar complicaciones y promover una recuperación óptima del paciente. La conjuntiva, que recubre la superficie anterior del ojo y la parte interna de los párpados, tiene la capacidad de cicatrizar espontáneamente en la mayoría de los casos de laceraciones menores. Por esta razón, generalmente no se requiere sutura para cerrar la herida.

En el caso de las laceraciones más severas que comprometen la integridad de la córnea o la esclera, conocidas como lesiones del globo ocular abierto, es imperativo que el paciente sea evaluado de manera urgente por un oftalmólogo especializado. La evaluación inicial debe ser cuidadosa y mínimamente invasiva para evitar cualquier presión que pueda llevar a la extrusión del contenido intraocular, lo cual podría agravar la lesión y comprometer la visión.

Tras la evaluación inicial, se procede a proteger el ojo afectado mediante un vendaje ligero y un escudo ocular que descansa sobre los huesos orbitales para evitar la presión directa sobre el globo ocular. Es fundamental instruir al paciente para que mantenga el ojo abierto y permanezca inmóvil, lo cual favorece un ambiente propicio para la recuperación.

En casos donde existe la sospecha de la presencia de un cuerpo extraño metálico dentro del ojo, se indica la realización de radiografías o tomografías computarizadas para localizar y determinar la posición exacta del cuerpo extraño. Esto es esencial para planificar adecuadamente el tratamiento y minimizar riesgos adicionales.

Es importante destacar que la resonancia magnética está contraindicada en casos de cuerpos extraños metálicos intraoculares debido al riesgo de desplazamiento y daño ocular adicional. Sin embargo, puede ser una herramienta útil para la evaluación de cuerpos extraños no metálicos en el contexto apropiado.

Una complicación potencialmente seria asociada con las lesiones del globo ocular abierto es la endoftalmitis, una infección intraocular severa que puede resultar en pérdida visual significativa si no se trata rápidamente y de manera adecuada. Por lo tanto, un seguimiento cercano y un tratamiento apropiado son fundamentales para minimizar este riesgo y promover la recuperación ocular.

Homo medicus

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