Vigilancia de la colitis ulcerosa en remisión

Vigilancia de la colitis ulcerosa en remisión

En la colitis ulcerosa aguda, un trastorno inflamatorio crónico del intestino grueso, el principal objetivo terapéutico es alcanzar la remisión completa de los síntomas clínicos y la curación mucosal total, siempre que sea posible. Esta estrategia busca no solo aliviar los signos clínicos inmediatos de la enfermedad, como la diarrea y el sangrado rectal, sino también promover la cicatrización de la mucosa intestinal, lo que a largo plazo reduce el riesgo de complicaciones, mejora la calidad de vida del paciente y disminuye las probabilidades de recurrencias.

Para evaluar la actividad de la enfermedad en pacientes con colitis ulcerosa, se emplea una variedad de herramientas diagnósticas que incluyen tanto síntomas clínicos como pruebas de laboratorio. Los parámetros clínicos más relevantes incluyen la frecuencia de las deposiciones, la consistencia de las heces y la presencia de sangrado rectal. Además, se utilizan marcadores inflamatorios, como la proteína C reactiva (CRP), que refleja la inflamación sistémica, y la calprotectina fecal, que es un indicador sensible de inflamación intestinal. Los análisis de sangre, como los niveles de hemoglobina y albúmina, también son útiles para evaluar el grado de malnutrición y la anemia que pueden acompañar a la enfermedad inflamatoria intestinal. Por último, la proctoscopia, un procedimiento endoscópico que permite observar directamente la mucosa del recto y el colon inferior, es fundamental para examinar el grado de daño y cicatrización de la mucosa intestinal.

Cuando los pacientes experimentan una recurrencia de síntomas leves, el monitoreo de los marcadores inflamatorios como la CRP (cuando supera los 5 mg/L) o la calprotectina fecal (cuando excede los 150 microgramos por gramo) sugiere la posibilidad de una recaída de la enfermedad. En estos casos, se recomienda realizar una evaluación endoscópica para confirmar la existencia de actividad inflamatoria en la mucosa. Sin embargo, en situaciones donde los síntomas son moderados o graves, y los marcadores inflamatorios están notablemente elevados, se puede preferir un ajuste empírico del tratamiento sin la necesidad inmediata de una evaluación endoscópica. Este enfoque se debe a que los síntomas más severos y los marcadores elevados indican de manera más directa una exacerbación clínica que justifica la modificación del tratamiento.

Una de las consideraciones importantes en el manejo de los pacientes con colitis ulcerosa es la necesidad de excluir infecciones entéricas intercurrentes, como las causadas por Clostridium difficile, que pueden presentarse con síntomas similares y complicar el manejo de la enfermedad inflamatoria intestinal. La identificación y tratamiento adecuado de estas infecciones es esencial para evitar diagnósticos erróneos y el uso innecesario de inmunosupresores.

En los pacientes que experimentan una recaída de la enfermedad, a pesar de adherirse a la terapia prescrita, es común que sea necesario ajustar el tratamiento. Este ajuste puede implicar un aumento en la dosis de los medicamentos utilizados o un cambio en la clase de fármacos. En aquellos pacientes que están siendo tratados con agentes anti-TNF (factores de necrosis tumoral), la monitorización terapéutica se vuelve crucial. Medir los niveles mínimos del fármaco (trough levels) y los anticuerpos contra el fármaco permite determinar si el tratamiento debe intensificarse o si sería más efectivo cambiar a otro agente anti-TNF, en caso de que se detecten anticuerpos contra el medicamento. En algunos casos, se puede optar por cambiar a otro tipo de agente biológico o incluso a una clase terapéutica distinta si se considera que los anti-TNF no son adecuados.

La monitorización terapéutica de otros agentes biológicos, como los inhibidores de la integrina o las interleucinas, aún no ha demostrado ser tan crucial o bien establecida como en los tratamientos con anti-TNF. Sin embargo, se reconoce que estos tratamientos pueden no ser igualmente efectivos en todos los pacientes, lo que hace necesario un enfoque personalizado y basado en el seguimiento clínico y de laboratorio para optimizar los resultados terapéuticos.

 

 

Homo medicus

 


 

¡Gracias por visitarnos!

 

Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
  2. Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
  3. Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.

Síguenos en X: @el_homomedicus  y @enarm_intensivo    

🟥     🟪     🟨     🟧     🟩     🟦

APRENDER CIRUGÍA

¿De cuánta utilidad te ha parecido este contenido?

¡Haz clic en una estrella para puntuarlo!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Hasta ahora, ¡no hay votos!. Sé el primero en puntuar este contenido.

Ya que has encontrado útil este contenido...

¡Sígueme en los medios sociales!

Homo medicus

Conocimiento médico en evolución...

También te podría gustar...