Migración del testículo

Migración del testículo
Migración del testículo

La migración del testículo es el proceso mediante el cual el testículo, un órgano reproductor masculino, se desplaza desde su posición inicial durante el desarrollo embrionario hacia su ubicación final en el escroto. Este fenómeno es esencial para el funcionamiento normal del testículo, ya que la temperatura en el escroto es unos grados más baja que en la cavidad abdominal, proporcionando un entorno adecuado para la producción de espermatozoides.

Durante la migración del testículo, se producen una serie de cambios anatómicos y fisiológicos. Inicialmente, el testículo se forma a partir de la cresta gonadal en el embrión y se mueve hacia abajo a lo largo de ciertas estructuras, como el ligamento genitoinquinal. Este descenso progresivo se completa típicamente antes o poco después del nacimiento.

 

Migración del testículo

Durante la fase embrionaria, el testículo se desarrolla a partir de la cresta gonadal, una estructura ubicada en la parte medial del mesonefros, un órgano temporal relacionado con el desarrollo del sistema urinario y reproductor. Posteriormente, se prolonga hacia abajo por el ligamento genitoinquinal, el cual se encuentra fijado a la pared abdominal, desempeñando un papel crucial en la posición y estabilidad del testículo.

El esbozo primitivo del testículo inicia un descenso gradual con el crecimiento del tronco embrionario. Hacia el sexto mes de gestación, el testículo se aproxima al anillo inguinal profundo, mientras que el escroto, la bolsa que envuelve el testículo, se desarrolla hacia abajo a partir de elementos de la pared abdominal.

Durante este proceso de descenso, el testículo es “traccionado” por el ligamento genitoinquinal, que se transforma en el gubernáculo testis, guiando así al testículo desde su posición inicial hacia el escroto. La travesía de la pared abdominal a través del conducto inguinal tiene lugar alrededor del noveno mes de gestación y concluye con el nacimiento, marcando el momento en que el testículo alcanza su posición final en el escroto.

A medida que desciende, el testículo arrastra consigo una evaginación del peritoneo conocida como conducto peritoneovaginal. Aunque la parte proximal de este conducto se oblitera, su parte distal persiste, contribuyendo a la formación de la túnica vaginal, una capa que envuelve y protege al testículo en su posición final en el escroto.

La detención de esta migración puede fijar el testículo en un punto cualquiera que no se encuentre dentro del recorrido de descenso habitual: son las ectopias testiculares. Cuando el testículo no descendido se sitúa en algún punto del recorrido normal que hace para su descenso prenatal, esto se denomina criptorquidia. Esta última puede ser lumbar o ilíaca, inguinal unilateral o bilateral. Los testículos se ubican en la bolsa escrotal porque requieren una temperatura entre 3 y 4ºC menor que la temperatura central corporal fisiológica (37°C) para la producción de los espermatozoides.

Cuando un testículo no desciende al escroto, la temperatura a la que queda sometido altera, en un plazo determinado, su función de gametogénesis y produce cambios histológicos neoplásicos malignos. Es por ello que, frente a la ausencia de un testículo en el examen físico, siempre hay que buscarlo para realizar su descenso a la bolsa escrotal si es posible, extirparlo si presenta alguna alteración o bien descartar su existencia (agenesia).

A partir de los 2 años, los testículos criptorquídicos, es decir, aquellos en niños en los que no se pudo evidenciar su presencia en el examen físico desde el nacimiento, comienzan a mostrar cambios histológicos que afectan su función gametogénica. Estos cambios pueden progresar hacia la malignización si los testículos no son retirados de la cavidad abdominal.

Por esta razón, se recomienda la corrección quirúrgica de la criptorquidia antes de los 2 años. En casos de criptorquidia bilateral, es indispensable profundizar el estudio del paciente en busca de posibles alteraciones endocrinológicas o genéticas.

Migración del testículo

Migración del testículo

La criptorquidia tiene consecuencias en la fertilidad, y la intensidad de estas alteraciones depende del grado de daño que presenten los testículos. La persistencia parcial o total del conducto peritoneovaginal, la vía por la cual los testículos descienden hacia el escroto, favorece la aparición de hernias inguinales congénitas e hidrocele, complicaciones que pueden surgir debido a la posición anormal de los testículos en la cavidad abdominal. La detección y corrección temprana de la criptorquidia son cruciales para prevenir estos problemas y preservar la salud reproductiva y general del individuo.

 

 

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