El nervio accesorio, conocido científicamente como el undécimo par craneal, es un tronco nervioso que se caracteriza por su peculiar composición y funcionalidad. Este nervio se distingue por reunir fibras de orígenes distintos en una corta extensión. En su estructura, se pueden identificar dos componentes principales: la raíz craneal y la raíz espinal, cada una de las cuales tiene funciones motoras específicas en el organismo.
La raíz craneal del nervio accesorio se origina en el núcleo ambiguo del tronco encefálico. Esta raíz se encarga de proporcionar inervación motora a los músculos de la laringe, que son fundamentales para la fonación y la protección de las vías respiratorias durante la deglución. La laringe, al ser un órgano implicado en la producción de sonidos y en la regulación del paso del aire hacia los pulmones, depende en gran medida de la acción coordinada de estos músculos. La adecuada función de esta raíz es crucial para mantener la capacidad de comunicación y la integridad del proceso respiratorio.
Por otro lado, la raíz espinal del nervio accesorio se origina en la médula espinal, específicamente en los segmentos cervicales superiores, entre los niveles C1 y C5. Esta raíz espinal se encarga de inervar los músculos esternocleidomastoideo y trapecio. El músculo esternocleidomastoideo juega un papel esencial en la rotación y flexión de la cabeza, permitiendo movimientos que son vitales para la orientación del individuo en el espacio. Por su parte, el músculo trapecio es responsable de diversos movimientos del hombro y de la escápula, así como de la extensión del cuello, lo que contribuye a la movilidad y estabilidad de la parte superior del cuerpo.
Es importante destacar que el nervio accesorio es un nervio exclusivamente motor. Esto significa que su función se limita a la inervación de los músculos mencionados, sin involucrar componentes sensoriales o autónomos. Esta característica lo diferencia de otros nervios craneales que tienen funciones tanto motoras como sensoriales. La singularidad del nervio accesorio radica en su capacidad para integrar fibras de origen craneal y espinal, permitiendo así una coordinación eficiente en la ejecución de movimientos musculares que son esenciales para actividades como la respiración, la comunicación y la postura.
Orígenes reales
Los orígenes reales de ciertos nervios craneales, en particular el nervio accesorio, se localizan en estructuras específicas del sistema nervioso central, como la médula oblongada y la médula espinal. En el contexto de la neuroanatomía, el nervio accesorio se origina a partir de dos núcleos principales: el núcleo medular, también conocido como núcleo bulbar, y el núcleo espinal.
El núcleo medular, situado en la médula oblongada, se localiza específicamente en una región que se encuentra inmediatamente debajo del núcleo ambiguo. Esta área es medial y anterior al núcleo gelatinoso del nervio trigémino, y también se encuentra lateral y anterior al núcleo del nervio hipogloso. Este núcleo bulbar es de particular relevancia porque de él emergen las fibras nerviosas que inervan la laringe. Estas fibras se consideran la raíz craneal del nervio accesorio, lo que indica que su función está relacionada con el control de ciertos músculos del cuello y la faringe.
Por otro lado, el núcleo espinal del nervio accesorio está ubicado en la parte lateral del asta anterior de la médula espinal. Este núcleo se extiende verticalmente desde la médula oblongada hasta el quinto mielómero cervical. Las fibras que se originan en este núcleo presentan un trayecto característico en forma de Z, lo que significa que emergen de la médula espinal por encima del segmento donde se originan. Estas fibras son responsables de la inervación de los músculos esternocleidomastoideo y trapecio, dos músculos importantes en la movilidad y la estabilidad de la cabeza y el cuello. Esta parte del nervio accesorio constituye lo que se conoce como la raíz espinal.
En conjunto, estas dos raíces, la craneal y la espinal, se unen para formar el nervio accesorio. Esta complejidad en la organización y la localización de los núcleos refleja la importancia del nervio en la coordinación de movimientos y la función motora en la región cervical.
Origen aparente
El origen aparente del nervio accesorio se caracteriza por la formación de dos raíces diferenciadas: la raíz medular, también conocida como raíz bulbar, y la raíz espinal. Estas raíces tienen trayectos y orígenes distintos, lo que contribuye a la complejidad funcional del nervio.
La raíz craneal del nervio accesorio se compone de múltiples filetes nerviosos que emergen del surco retroolivar, una estructura que se sitúa en la cara posterior de la médula oblongada, justo por debajo del nervio vago. En esta región, los filetes nerviosos se fusionan, formando un tronco delgado que se dirige hacia adelante y lateralmente. Este tronco es el que constituirá el ramo interno del nervio accesorio, que posteriormente se une al nervio vago, participando en funciones motoras y sensitivas que implican la laringe y otros músculos relacionados.
Por otro lado, la raíz espinal del nervio accesorio tiene un origen diferente. Esta raíz emerge del surco lateral posterior de la médula espinal, y al igual que la raíz craneal, está formada por numerosos filetes nerviosos. Estos filetes se encuentran situados entre las raíces posteriores de los nervios espinales y los ligamentos dentados. La raíz espinal se extiende desde la parte más baja, situada por encima de la cuarta raíz cervical, hasta la parte más alta, que se localiza por encima de la primera raíz cervical. A medida que estos filetes se agrupan, forman un tronco que sigue un trayecto ascendente a través del conducto vertebral. Finalmente, este tronco ingresa al cráneo a través del foramen magno, una apertura en la base del cráneo, a nivel de la fosa cerebelosa.
Dentro del cráneo, las fibras que componen la raíz espinal se convierten en el ramo externo del nervio accesorio. Este ramo se encarga de inervar los músculos esternocleidomastoideo y trapecio, que son cruciales para la movilidad del cuello y la cabeza. La unión de ambas raíces, la craneal y la espinal, ocurre en la proximidad del foramen yugular, donde el nervio accesorio se organiza antes de su salida del cráneo.
Trayecto
El trayecto del nervio accesorio es un proceso anatómico crucial que permite la distribución de sus fibras motoras hacia los músculos del cuello. Este nervio emerge del cráneo a través del foramen yugular, una estructura ósea que actúa como un punto de salida para varios nervios y vasos sanguíneos importantes.
Una vez que el nervio accesorio ha salido del cráneo, se divide en dos ramos diferenciados: el ramo interno y el ramo externo.
El ramo interno se dirige hacia el ganglio inferior del nervio vago y está constituido por las fibras que provienen del núcleo medular, que, como se mencionó anteriormente, se localiza en la médula oblongada. Esta conexión entre el nervio accesorio y el nervio vago se conoce como comunicación vagoaccesoria. La integración de estas dos estructuras nerviosas permite la coordinación de funciones motoras en la laringe y la faringe, facilitando actividades como la deglución y la fonación.
Por otro lado, el ramo externo del nervio accesorio está formado por las fibras que se originan en el núcleo espinal. Este ramo emprende un trayecto que lo lleva a recorrer el espacio retroestíleo, moviéndose de medial a lateral. Al avanzar, este ramo llega a la cara profunda del músculo esternocleidomastoideo, un músculo clave en la rotación y la inclinación de la cabeza.
Una vez alcanzada la cara profunda del esternocleidomastoideo, el ramo externo continúa su trayecto hacia atrás, en la parte superior del cuello, y se desplaza por la cara profunda del músculo trapecio. Este músculo es esencial para la elevación y rotación del hombro, así como para la estabilidad del cuello. El nervio accesorio termina su recorrido al inervar el músculo trapecio, completando así su función motora en esta región.
Relaciones
Las relaciones anatómicas del nervio accesorio en sus diferentes trayectos son fundamentales para entender su función y la interacción con estructuras adyacentes en el sistema nervioso. Estas relaciones se pueden analizar en tres regiones clave: la porción intravertebral, el foramen magno y la fosa cerebelosa, así como en el foramen yugular.
En la porción intravertebral, las raíces de origen espinal del nervio accesorio se encuentran posicionadas entre el ligamento dentado, que se sitúa en la parte anterior, y las raíces posteriores de los primeros nervios cervicales, que se encuentran en la parte posterior. Esta disposición permite que las fibras del nervio accesorio crucen casi en ángulo recto las raíces posteriores de los nervios cervicales, lo que facilita una interacción eficiente entre estas estructuras. Esta relación es crucial para la correcta inervación de los músculos del cuello, ya que permite la coordinación de señales motoras.
En el foramen magno, el nervio accesorio mantiene una relación particular con otras estructuras importantes. Se encuentra en la parte lateral de este foramen, detrás del nervio hipogloso y de la arteria vertebral, y por delante y debajo del hemisferio cerebeloso. Esta disposición permite que el nervio accesorio transite de manera segura hacia el cráneo, integrándose con otras vías nerviosas que se distribuyen hacia la cabeza y el cuello.
En la fosa cerebelosa, el nervio accesorio se sitúa detrás del nervio vago, entre la base del cráneo y el cerebelo. En esta región, el nervio accesorio comparte una vaina aracnoidea común con el nervio glosofaríngeo y el nervio vago, lo que indica una estrecha relación funcional y anatómica entre estos nervios. Esta proximidad facilita la transmisión de información sensitiva y motora entre ellos, especialmente en procesos como la deglución y la fonación, que requieren la coordinación de múltiples músculos.
Al atravesar el foramen yugular, el nervio accesorio es el más lateral de los tres nervios craneales que pasan por esta apertura. Se sitúa lateralmente al nervio vago, detrás del nervio glosofaríngeo y medial al bulbo superior de la vena yugular interna. La separación del nervio accesorio y la vena yugular interna es mantenida por el ligamento yugular, que actúa como una barrera entre estas estructuras. Esta disposición es relevante desde el punto de vista clínico, ya que cualquier alteración en esta región puede afectar tanto la función nerviosa como la vascular.
En el espacio retroestíleo, el nervio accesorio presenta una anatomía notable al dividirse en dos ramos terminales, cada uno de los cuales tiene funciones específicas y trayectos bien definidos. Esta segmentación es crucial para su rol en la inervación de estructuras en el cuello y la cabeza.
El ramo interno es un componente más corto y menos grueso en comparación con el ramo externo. Su trayecto lo lleva a unirse a la cara lateral y superior del ganglio inferior del nervio vago. Este ganglio es una estructura fundamental que integra múltiples funciones, y el ramo interno, formado principalmente por fibras provenientes de la raíz craneal, desempeña un papel esencial en la inervación de la faringe y la laringe. Esta conexión permite que el nervio accesorio participe en actividades vitales como la deglución y la producción de sonido, resaltando su importancia en la coordinación de funciones motoras en estas áreas.
El ramo externo, por su parte, está constituido principalmente por fibras que tienen su origen en la médula espinal cervical. Este ramo se dirige hacia abajo y lateralmente, separándose del nervio vago y de la arteria carótida interna, que se localizan en una posición medial respecto al nervio glosofaríngeo, el cual se encuentra más hacia adelante. Esta disposición permite que el ramo externo mantenga un trayecto eficiente hacia sus músculos diana sin interferencias significativas de las estructuras vasculares cercanas.
A medida que avanza, el ramo externo se relaciona por detrás con el ganglio cervical superior del tronco simpático y con el nervio hipogloso. Esta proximidad a estructuras del sistema nervioso autónomo y de la inervación de la lengua subraya la complejidad de las interacciones nerviosas en esta región del cuerpo. Lateralmente, el nervio accesorio establece relaciones con la vena yugular interna y los nodos linfáticos yugulodigástricos, lo que puede ser relevante en términos clínicos para el diagnóstico de patologías que afecten estas estructuras.
El trayecto del nervio accesorio incluye un cruce sobre la vena yugular interna, lo cual puede ocurrir por delante, por detrás o en un patrón que forma un asa venosa. Esta capacidad de adaptación en su recorrido es importante, ya que permite que las fibras nerviosas eviten compresiones o daños mientras alcanzan su destino final. Posteriormente, el nervio cruza por detrás del vientre posterior del músculo digástrico y de la arteria occipital, lo que lo conduce a la cara profunda del músculo esternocleidomastoideo. En este punto, penetra en el músculo a nivel de la tercera vértebra cervical, un hecho significativo en su camino hacia la inervación muscular.
En el cuello, el nervio accesorio sigue un trayecto hacia abajo y hacia atrás, cruzando o perforando el esternocleidomastoideo. Al hacerlo, se hace superficial entre el borde posterior de este músculo y el borde anterior del trapecio, aproximadamente a unos cuatro centímetros por debajo del lóbulo de la oreja. En esta región, el nervio descansa sobre el músculo elevador de la escápula y está cubierto por la lámina superficial de la fascia cervical y la piel, lo que le proporciona cierta protección y facilita su funcionamiento.
Además, el nervio accesorio establece relaciones con los ramos del plexo cervical superficial, así como con los nodos linfáticos de la región. A medida que avanza, cruza el borde anterosuperior del músculo trapecio y sigue su cara profunda, donde finalmente penetra en él. Este trayecto resalta la importancia del nervio en la inervación de músculos cruciales para la movilidad y estabilidad del cuello y los hombros, lo que a su vez implica su papel en actividades cotidianas como la rotación de la cabeza y la elevación de los hombros.
Distribución
La distribución nerviosa del músculo esternocleidomastoideo es un aspecto fundamental en la anatomía y fisiología del cuello, ya que este músculo desempeña un papel crucial en los movimientos de la cabeza y el cuello. La inervación de este músculo se origina a partir de un complejo sistema nervioso que incluye el nervio accesorio y ramos de los nervios cervicales.
El nervio accesorio, también conocido como nervio espinal accesorio, es el principal responsable de la inervación motora del músculo esternocleidomastoideo. Este nervio se origina del bulbo raquídeo y de las primeras porciones de la médula espinal cervical, formando un asa nerviosa que se conecta con las raíces de los segundos y terceros nervios cervicales. Esta comunicación permite que el nervio accesorio no actúe de forma aislada, sino que interactúe con la inervación proveniente de los nervios cervicales, lo que contribuye a un control motor más refinado y coordinado del músculo.
El músculo trapecio, que también recibe inervación del nervio accesorio, comparte una distribución similar. La rama terminal del nervio accesorio desciende hacia el borde inferior del músculo trapecio, acompañada por la rama descendente de la arteria cervical transversa, que se origina de la arteria subclavia. Esta relación vascular y nerviosa es crucial para asegurar un adecuado aporte sanguíneo y funcionalidad del músculo.
Además, el nervio accesorio se ubica profundamente al músculo elevador de la escápula y posteriormente al músculo romboides, lo que facilita su trayecto hacia el músculo trapecio. Esta posición anatómica permite que el nervio mantenga un recorrido eficiente y protegido durante sus trayectos hacia los músculos que inerva.
Es importante mencionar que existen ramos comunicantes entre el nervio accesorio y el nervio vago, formando lo que se conoce como la comunicación vagoaccesoria. Esta conexión puede tener implicaciones en la coordinación de funciones motrices y sensitivas en la región cervical, permitiendo una integración más completa de las actividades musculares.
Asimismo, el nervio accesorio también establece comunicaciones con el plexo cervical, lo que contribuye a la formación de redes nerviosas que facilitan la inervación de los músculos cervicales y de la piel de la región. Estas interacciones son esenciales para el funcionamiento coordinado de los músculos del cuello y la cabeza, así como para mantener la estabilidad y la movilidad de la región cervical.
Anatomía funcional
La anatomía funcional del nervio accesorio es fundamental para entender su papel en el control motor de los músculos del cuello y la laringe, y su implicación en diversas actividades, como la ventilación y la fonación. Para comprender plenamente su función, es necesario considerar la diferenciación entre las fibras que se originan en la porción craneal y la porción espinal del nervio.
La porción craneal del nervio accesorio está constituida por fibras motoras que tienen un papel vital en la inervación de la laringe. Estas fibras alcanzan los músculos efectores a través de su comunicación con el nervio vago, específicamente mediante sus ramos laríngeos recurrentes. La conexión entre el nervio accesorio y el nervio vago es crucial para el control de la glotis, lo que a su vez influye en procesos esenciales como la ventilación pulmonar y la producción de sonidos durante la fonación. La correcta función de estos músculos laringeos es indispensable para mantener la apertura y el cierre de la glotis, asegurando que el aire pueda pasar a través de la tráquea y los pulmones, y permitiendo así la modulación de la voz.
Por otro lado, la porción espinal del nervio accesorio se encarga de inervar los músculos que permiten la movilidad de la cabeza y el cuello en diferentes planos de movimiento. Las fibras motoras de esta porción están asociadas a los músculos esternocleidomastoideo y trapecio. El músculo esternocleidomastoideo facilita la flexión del cuello y también contribuye a la inclinación lateral en su acción homolateral. Además, su contracción en el lado opuesto permite realizar movimientos de rotación de la cabeza. El músculo trapecio, por su parte, es fundamental para la extensión del cuello y juega un papel crucial en los movimientos de la escápula y el hombro. Esto se traduce en la capacidad de elevar y rotar el hombro, así como en la estabilización de la escápula durante diversos movimientos.
La importancia de estas funciones se ve amenazada en situaciones clínicas, como en los vaciamientos de nódulos linfáticos en el cuello, donde el ramo externo del nervio accesorio puede resultar dañado. La sección de este nervio a nivel del cuello puede provocar una parálisis del músculo trapecio, lo que genera dificultades significativas en los movimientos de elevación del hombro. Esta parálisis se acompaña de una atrofia muscular que puede alterar la forma y el aspecto de la región cervical y escapular, resultando en una asimetría visible que puede impactar tanto en la funcionalidad como en la estética del individuo.

Fuente y lecturas recomendadas:
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Latarjet, M., Ruiz Liard, A. (2019). Anatomía Humana. Tomo 1. (5a. ed.).Buenos Aires: Médica Panamericana. (consulte la sección, XII, pg., 633-665)
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Testut., Ed. Latarjet, M. (1988). Anatomía Humana. Tomo 1. (9a. ed.). EditorialSalvat. (cp., 5, pg., 354-447)
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Moore Keith L. (2010) Anatomía con Orientación Clínica. (6a. ed.). España.Editorial Medica Panamericana, Williams & Wilkins.
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Rouviére H., Delmas A. (2006). Anatomía Humana Descriptiva, Topográfica yFuncional. Tomo 3 Miembros. (11a. ed.). Barcelona España. EditorialMasson Elsevier. (pg., 319-360).
Originally posted on 14 de octubre de 2024 @ 5:27 PM