¿Que es la infección periamigdalina?

¿Que es la infección periamigdalina?
¿Que es la infección periamigdalina?

La celulitis periamigdalina y el absceso periamigdalino son condiciones que resultan de la propagación de la infección en los tejidos cercanos a las amígdalas, y sus síntomas pueden ser significativamente debilitantes y angustiantes para el paciente. Es crucial buscar atención médica adecuada para un diagnóstico preciso y un tratamiento oportuno de estas condiciones.

Cuando una infección alcanza la cápsula que envuelve las amígdalas y afecta los tejidos que la rodean, se desencadena un proceso conocido como celulitis periamigdalina. Este término se refiere a una inflamación de los tejidos blandos cercanos a las amígdalas.

En muchos casos, la celulitis periamigdalina mejora gradualmente con el tratamiento y los síntomas disminuyen. Esto puede llevar varios días, durante los cuales el paciente puede experimentar una mejoría progresiva en el dolor de garganta, la hinchazón y otros síntomas asociados. Sin embargo, en algunos casos, a pesar del tratamiento, la infección puede progresar y conducir a la formación de un absceso periamigdalino. Un absceso es una acumulación de pus, y cuando ocurre alrededor de las amígdalas, se denomina absceso periamigdalino. Esto puede suceder si la infección no responde adecuadamente al tratamiento o si se desarrolla una acumulación de pus en el área infectada.

El absceso periamigdalino, también llamado angina de Quin, es una complicación más grave de esta infección, caracterizada por la acumulación de pus alrededor de las amígdalas. Ambas condiciones, tanto la celulitis como el absceso, presentan una serie de síntomas que pueden ser muy molestos y debilitantes para el paciente.

 

Manifestaciones clínicas

Los síntomas comunes incluyen dolor de garganta severo, que puede dificultar la deglución (odinofagia), y trismo, que es la dificultad para abrir la boca completamente debido a la inflamación y el dolor. Además, la desviación medial del paladar blando y del pliegue periamigdalino es una señal clínica característica de estas afecciones, ya que refleja la inflamación y el edema en esa área.

Un síntoma particularmente notable es la voz anormalmente amortiguada, a veces descrita como una “voz de patata caliente”. Esto se debe a la acumulación de líquido alrededor de las amígdalas, que afecta la resonancia vocal y produce un sonido apagado o “ahogado” en la voz del paciente.

Diagnóstico

La ecografía puede ser considerada como una herramienta de diagnóstico complementaria en el caso de sospecha clínica de un absceso periamigdalino, pero no es estrictamente necesaria para confirmar esta condición.

La ecografía puede proporcionar imágenes en tiempo real de las estructuras internas del cuello, lo que permite evaluar la presencia de inflamación, acumulación de líquido o abscesos en la región periamigdalina. Esto puede ayudar a complementar la evaluación clínica y a guiar el proceso de diagnóstico.

Sin embargo, la ecografía puede tener limitaciones en términos de sensibilidad y especificidad para detectar un absceso periamigdalino, especialmente en comparación con otras modalidades de imagen como la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM). Estas técnicas pueden ofrecer una mejor visualización de las estructuras anatómicas y una mayor precisión en la identificación de abscesos o complicaciones asociadas.

Por otro lado, la confirmación directa de la presencia de un absceso periamigdalino a menudo se realiza mediante la aspiración de pus desde el pliegue periamigdalino. Esta técnica es relativamente simple y rápida, y puede proporcionar un diagnóstico definitivo sin la necesidad de procedimientos de imagen más complejos. Es importante realizar esta aspiración con cuidado y utilizando una aguja de calibre adecuado para evitar complicaciones, como el daño a estructuras vasculares cercanas.

En cuanto a la técnica de aspiración, se debe tener precaución especial debido a la ubicación cercana de la arteria carótida interna. Esta arteria puede desviarse de su posición habitual y pasar más medial de lo esperado, lo que aumenta el riesgo de lesión si la aguja se inserta demasiado profundamente. Por lo tanto, se recomienda pasar la aguja Se debe pasar una aguja de calibre 19 o 21 medial al molar y no más profundo de 1 cm para minimizar este riesgo.

 

Tratamiento

En el departamento de emergencias, los médicos suelen administrar dosis de antibióticos por vía intravenosa para combatir la infección de manera rápida y efectiva. Estos antibióticos, como la amoxicilina, amoxicilina-sulbactam o clindamicina, son eficaces contra las bacterias que causan el absceso periamigdalino y ayudan a controlar la propagación de la infección.

  • amoxicilina parenteral (1 g)
  • amoxicilina-sulbactam (3 g)
  • clindamicina (600-900 mg).

En casos menos graves o en pacientes que pueden tolerar la ingesta oral, se pueden prescribir antibióticos orales para un tratamiento a largo plazo, que generalmente dura de 7 a 10 días. Estos antibióticos orales, que incluyen amoxicilina, amoxicilina-clavulanato o clindamicina, ayudan a completar el curso de tratamiento y a prevenir recurrencias de la infección.

  • amoxicilina 500 mg tres veces al día
  • amoxicilina-clavulanato, 875 mg dos veces al día
  • clindamicina, 300 mg cuatro veces al día.

Sin embargo, existe controversia sobre el manejo quirúrgico del absceso periamigdalino. Algunos médicos optan por procedimientos quirúrgicos como la aspiración con aguja o la incisión y drenaje para aliviar la acumulación de pus alrededor de las amígdalas. Otros pueden considerar la amigdalectomía, que es la extirpación quirúrgica de las amígdalas, como una medida para prevenir futuros episodios de abscesos periamigdalinos.

Para drenar el absceso y evitar recurrencias, puede ser apropiado considerar la amigdalectomía inmediata (amigdalectomía de Quin). Alrededor del 10% de los pacientes con absceso periamigdalino muestran indicaciones relativas para la amigdalectomía. Los tres enfoques son efectivos. Independientemente del método utilizado, es necesario asegurarse de que el absceso esté adecuadamente tratado, ya que pueden ocurrir complicaciones como la extensión a los espacios retrofaríngeo, cervical profundo y mediastínico posterior. También es posible que las bacterias sean aspiradas hacia los pulmones, lo que puede resultar en neumonía.

 

 

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