La manifestación clínica usual de un cáncer de tiroides es la presencia de un nódulo tiroideo, que es casi siempre asintomático; además, puede estar o no acompañado de ganglios en niveles centrales o laterales del cuello del mismo lado donde se halla el nódulo tiroideo.
Es de gran importancia establecer un diagnóstico objetivo de todo nódulo tiroideo por medio de estudios paraclínicos, como la citología por aspiración con aguja fina.
El orden de frecuencia de estos diversos cánceres de la tiroides es el siguiente:
- papilar y folicular (80 a 90%)
- medular (3 a 5%)
- anaplásico (1 a 2.5%)
- linfoma
- sarcoma
- metastásico
De acuerdo con la célula de origen, el cáncer de tiroides se subdivide como sigue:
Bien diferenciado: su origen son las células foliculares tiroideas; representa > 80% de todos los casos de cáncer y de forma característica tiene capacidad de segregar tiroglobulina y en muchos casos es capaz de concentrar yodo. Se subdivide en:
- papilar
- folicular
Carcinoma anaplásico de tiroides: es un carcinoma indiferenciado y se origina a partir de elementos que no son el epitelio de células foliculares; por lo general es letal.
Cáncer medular: es gestado en las células parafoliculares (células C) que producen calcitonina; es de origen neuroectodérmico y por tanto no captayodo. Por lo regular muestra una evolución biológica más maligna en comparación con la de los tumores bien diferenciados procedentes de célulasfoliculares.
Sarcoma: se origina en el estroma de sostén.
Linfoma: se origina en el del tejido linfático.
Metastásico: se origina en algunas ocasiones un cáncer en la glándula tiroides como consecuencia de una metástasis a distancia de un cáncer proveniente de otro órgano.
El tratamiento depende del tipo de cáncer que se diagnostique, con base en el conocimiento de su comportamiento biológico y por tanto cada tipo de cáncer evoluciona de modo diferente y exige medidas terapéuticas específicas.