Sialoadenitis

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La sialoadenitis bacteriana aguda es una inflamación de las glándulas salivales, que afecta más frecuentemente a la glándula parótida o submandibular. Esta condición suele ser causada por la obstrucción de los conductos salivales debido a cálculos salivales, sequedad bucal, deshidratación, o condiciones médicas como diabetes o infecciones virales respiratorias.

La glándula parótida se encuentra ubicada cerca de la mandíbula y se extiende hacia la mejilla, mientras que la submandibular se localiza debajo de la mandíbula. Ambas glándulas son importantes para la producción de saliva, un fluido esencial en la digestión y la protección de la cavidad bucal contra infecciones.

La sialoadenitis bacteriana aguda ocurre cuando bacterias invaden las glándulas salivales inflamadas, causando síntomas como hinchazón, dolor, enrojecimiento y aumento de la sensibilidad en la zona afectada. Además, los pacientes pueden experimentar fiebre, malestar general y dificultad para abrir la boca o tragar alimentos debido a la inflamación.

 

Manifestaciones clínicas

La sialoadenitis aguda se caracteriza típicamente por una inflamación abrupta de la glándula salival afectada, manifestándose con síntomas como hinchazón significativa, aumento del dolor y sensibilidad al comer, así como enrojecimiento en la abertura del conducto salival. En ocasiones, es posible exprimir pus del conducto afectado, indicativo de una infección bacteriana presente.

Esta condición suele estar asociada con factores predisponentes como la deshidratación, que puede disminuir el flujo salival y favorecer la formación de obstrucciones en los conductos salivales. Además, enfermedades crónicas como el síndrome de Sjögren y la periodontitis crónica pueden contribuir al desarrollo de sialoadenitis , posiblemente debido a una alteración en la composición de la saliva o a una mayor susceptibilidad a la infección bacteriana.

La obstrucción del conducto salival, frecuentemente causada por un tapón mucoso espeso, conduce a la estasis de la saliva dentro de la glándula, creando un ambiente propicio para la proliferación bacteriana y la subsiguiente infección. Esta situación puede desencadenar episodios agudos de sialoadenitis bacteriana, caracterizados por los síntomas mencionados anteriormente.

 

Exámenes complementarios

El Staphylococcus aureus es el organismo más frecuentemente encontrado en muestras de saliva purulenta de pacientes con sialoadenitis aguda. Este microorganismo es una bacteria grampositiva que puede causar una amplia gama de infecciones, incluyendo las relacionadas con las glándulas salivales cuando se produce una obstrucción y posterior infección bacteriana.

Para establecer el diagnóstico de sialoadenitis aguda, se pueden utilizar varias herramientas diagnósticas, entre las cuales la ecografía y la tomografía computarizada (TC) desempeñan un papel importante:

  1. Ecografía: Es una técnica de imagenología no invasiva que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes de las estructuras internas del cuerpo. En el contexto de la sialoadenitis , la ecografía puede ayudar a identificar la presencia de obstrucciones en los conductos salivales, evaluar la inflamación de la glándula afectada, y distinguir entre inflamación y formación de abscesos.
  2. Tomografía Computarizada (TC): La TC proporciona imágenes transversales detalladas del cuerpo utilizando rayos X. Es útil cuando se necesita una evaluación más detallada o cuando la ecografía no proporciona información suficiente. La TC puede ayudar a visualizar la anatomía de las glándulas salivales, detectar obstrucciones, evaluar la extensión de la inflamación y determinar la presencia de abscesos.

Ambas técnicas permiten al médico confirmar el diagnóstico de sialoadenitis, guiar el tratamiento adecuado y monitorizar la respuesta al tratamiento antibiótico. La elección entre ecografía y TC depende de la disponibilidad de recursos, la gravedad de los síntomas y la necesidad de obtener una imagen más detallada.

 

Tratamiento

El tratamiento de la sialoadenitis aguda comprende el uso inicial de antibióticos administrados por vía intravenosa, como la nafcillina, con dosis de 1 gramo cada 4-6 horas. Este enfoque asegura una rápida acción contra la infección bacteriana predominante, usualmente Staphylococcus aureus. Paralelamente, se implementan medidas destinadas a aumentar el flujo salival, como la hidratación adecuada, la aplicación de compresas tibias para aliviar la inflamación local, el uso de sialogogos como las gotas de limón para estimular la producción de saliva, y el masaje suave de la glándula afectada para facilitar el drenaje de la saliva estancada.

Una vez que el paciente presenta mejoría clínica y los resultados microbiológicos son favorables, se considera la transición a antibióticos orales con un espectro similar al tratamiento inicial. Este cambio permite completar un curso de tratamiento de aproximadamente 10 días para asegurar la erradicación completa de la infección. En casos menos severos, es posible iniciar directamente con antibióticos orales adecuados sin necesidad de terapia intravenosa inicial, siempre y cuando no existan complicaciones como abscesos o obstrucciones glandulares significativas.

Es crucial un seguimiento cercano durante todo el tratamiento para evaluar la respuesta del paciente. La resolución completa de los síntomas, que incluyen hinchazón y dolor en las glándulas salivales, puede tomar entre 2 y 3 semanas. La persistencia de los síntomas a pesar del tratamiento adecuado podría indicar la presencia de complicaciones subyacentes como abscesos o cálculos salivales, que requieren intervención adicional para su manejo efectivo.

 

Complicaciones

En casos de sialadenitis aguda severa, puede desarrollarse una forma grave y potencialmente mortal conocida como sialadenitis supurativa. Esta condición es frecuentemente causada por Staphylococcus aureus, aunque en ocasiones el pus no puede ser drenado desde la papila de Stensen. A pesar del tratamiento con rehidratación y antibióticos intravenosos, algunos pacientes no muestran mejoría clínica, lo que puede requerir intervención quirúrgica con incisión y drenaje para resolver la infección de manera efectiva.

Es importante destacar que la sialoadenitis parotídea bilateral puede plantear la sospecha de parotiditis, una infección viral notablemente asociada con las paperas. Esta consideración es crucial para el manejo adecuado, ya que las paperas pueden requerir medidas de apoyo sintomático y a menudo no responden a los antibióticos utilizados para tratar la sialoadenitis bacteriana.

 

 

 

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