Los bloqueadores de los receptores mineralocorticoides esteroides, como la espironolactona y la eplerenona, han resurgido en el tratamiento de la hipertensión, especialmente en los casos de hipertensión resistente. Esto se debe a su capacidad para antagonizar los efectos de la aldosterona, una hormona que juega un papel crucial en la regulación de la presión arterial y que está asociada con el daño a órganos diana en condiciones de hipertensión.
La aldosterona contribuye al desarrollo de hipertrofia ventricular y vascular, así como a la fibrosis renal y miocárdica, lo que puede agravar las complicaciones asociadas con la hipertensión. Al bloquear los receptores de mineralocorticoides, estos fármacos no solo ayudan a reducir la presión arterial, sino que también mitigan las consecuencias del daño a los órganos, lo cual es especialmente relevante en poblaciones con mayor predisposición a la hipertensión, como las personas de raza negra.
La eficacia de los bloqueadores de los receptores mineralocorticoides no se limita a la reducción de la presión arterial, sino que también se extiende a la mejora de la salud cardiovascular y renal. Un ejemplo destacado es el fármaco no esteroide finerenona, que ha demostrado reducir significativamente el riesgo de lesiones cardiovasculares y renales en pacientes diabéticos, aunque su efecto sobre la presión arterial es más modesto. Esto sugiere que la acción de estos medicamentos va más allá de su capacidad para controlar la presión arterial, abordando mecanismos patológicos subyacentes.
Además, la amiloide, que actúa bloqueando la activación del canal de sodio epitelial mediada por aldosterona, es útil en la prevención de la hipokalemia asociada al uso de diuréticos. Este fármaco también contribuye a la reducción de la presión arterial en casos de hiperaldosteronismo y en hipertensión resistente.
Los bloqueadores de los receptores mineralocorticoides, junto con amiloide en menor medida, también representan una alternativa a la adrenalectomía en el tratamiento de la hiperaldosteronismo primario, ofreciendo opciones terapéuticas que pueden mejorar el manejo de esta condición en los pacientes.
Efectos adversos
Los efectos secundarios asociados con el uso de espironolactona son importantes a considerar en el contexto de su aplicación clínica. Uno de los efectos adversos más relevantes es el dolor mamario y la ginecomastia en hombres. Estos fenómenos se deben a la actividad de la espironolactona en el receptor de progesterona, lo que provoca un desequilibrio hormonal que puede resultar en el desarrollo de tejido mamario. Por el contrario, la eplerenona, que es un bloqueador más específico de los receptores mineralocorticoides, no presenta este efecto secundario, lo que la convierte en una opción preferible para ciertos pacientes.
Además, la espironolactona actúa como un débil agonista del receptor de andrógenos, lo que puede ser problemático en pacientes con cáncer de próstata que están siendo tratados con inhibidores de la síntesis de andrógenos. La actividad agonista de la espironolactona en estos receptores puede interferir con el tratamiento del cáncer de próstata, por lo que se recomienda evitar su uso en esta población.
Otro efecto secundario importante es la hiperkalemia, que es un aumento en los niveles de potasio en sangre. La hiperkalemia es más probable si los niveles de potasio plasmático antes del tratamiento exceden 4.5 mmol/L o si la tasa de filtración glomerular estimada es inferior a 45 mililitros por minuto por 1.73 metros cuadrados de superficie corporal. Esta condición puede llevar a complicaciones cardíacas graves y requiere un monitoreo cuidadoso en pacientes que reciben espironolactona.
En contraste, el fármaco finerenona, un bloqueador no esteroide de los receptores mineralocorticoides, presenta un perfil de hiperkalemia menos pronunciado. Esto lo hace una opción más segura para pacientes que podrían estar en riesgo de desarrollar niveles elevados de potasio, lo cual es especialmente relevante en poblaciones con comorbilidades renales o que están recibiendo otros tratamientos que pueden afectar el equilibrio electrolítico.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Kidoguchi S et al. Antihypertensive drugs and cancer risk. Am J Hypertens. 2022;35:767. [PMID: 35595533]
Originally posted on 29 de octubre de 2024 @ 1:43 AM