¿Cómo se mide la salud cardiovascular?
En el año 2010, la American Heart Association (AHA) definió un nuevo constructo de salud cardiovascular basado en vínculos probados con la longevidad, la prevención de enfermedades, la longevidad saludable y una buena calidad de vida. Esta nueva definición fue creada para abordar de manera integral la salud del corazón y los vasos sanguíneos, considerando tanto los comportamientos saludables como los factores de salud que influyen en la salud cardiovascular.
¿Cómo se mide la salud cardiovascular?
La definición de salud cardiovascular propuesta por la AHA se basa en siete comportamientos y factores de salud específicos, que incluyen:
- Costumbres alimentarias saludables: Se refiere a seguir una dieta equilibrada y nutritiva que incluya una variedad de alimentos saludables como frutas, verduras, granos enteros, proteínas magras y grasas saludables, mientras se limita el consumo de alimentos altos en grasas saturadas, grasas trans, colesterol, sodio y azúcares añadidos.
- Actividad física regular: Implica participar en actividad física de forma regular, lo que puede incluir ejercicios aeróbicos, entrenamiento de fuerza y flexibilidad. Se recomienda al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad aeróbica vigorosa por semana, junto con ejercicios de fortalecimiento muscular dos veces por semana.
- Masa corporal saludable: Se refiere a mantener un índice de masa corporal (IMC) dentro del rango normal (18.5-24.9 kg/m²). El IMC es una medida que relaciona el peso y la estatura de una persona y puede indicar si una persona tiene un peso saludable en relación con su altura.
- No fumar: Evitar el consumo de tabaco en todas sus formas, ya sea fumar cigarrillos, utilizar productos de tabaco sin humo o estar expuesto al humo de segunda mano.
- Niveles óptimos de presión arterial: Mantener la presión arterial en niveles saludables, lo que se considera una lectura de presión arterial de menos de 120/80 mmHg. La hipertensión arterial, o presión arterial alta, es un factor de riesgo significativo para enfermedades cardiovasculares.
- Niveles óptimos de colesterol: Mantener niveles saludables de colesterol, con un enfoque en niveles de colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad) bajos. Se recomienda un nivel de colesterol LDL por debajo de 100 mg/dL, aunque las personas con un mayor riesgo cardiovascular pueden tener objetivos más estrictos.
- Niveles óptimos de glucosa en sangre: Mantener niveles de glucosa en sangre dentro del rango normal y prevenir o controlar la diabetes. Se considera un nivel de glucosa en ayunas por debajo de 100 mg/dL y un nivel de hemoglobina A1c por debajo del 5.7% como óptimos.
La salud cardiovascular ideal se define cuando una persona cumple simultáneamente con los siete comportamientos y factores de salud mencionados anteriormente. Se considera que las personas que alcanzan niveles óptimos en todas las normas tienen una salud cardiovascular ideal.
La AHA ha establecido una forma de evaluar el estado de la salud cardiovascular de una persona o población utilizando una puntuación compuesta. Esta puntuación se calcula asignando puntos según el cumplimiento de cada norma de salud cardiovascular. Por ejemplo, se puede asignar 2 puntos por cada norma ideal, 1 punto por cada norma intermedia y 0 puntos por cada norma deficiente. De esta manera, la puntuación compuesta de salud cardiovascular puede variar de 0 a 14 puntos.
Las puntuaciones altas en salud cardiovascular, tanto en la juventud como en la etapa media de la vida, se han relacionado con beneficios significativos para la salud a largo plazo. Estos beneficios incluyen una mayor longevidad, una menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas relacionadas con el envejecimiento, como la demencia senil y el cáncer. Además, tener una buena salud cardiovascular se ha asociado con una reducción en la carga de enfermedad y una mejor calidad de vida.
¿Cómo se mide la salud cardiovascular?
Un alto puntaje en la evaluación de salud cardiovascular se ha relacionado con una mayor esperanza de vida, ya que las personas que mantienen hábitos saludables y tienen niveles óptimos en los factores de salud tienen menos probabilidades de desarrollar enfermedades crónicas y, en consecuencia, viven más tiempo. Además, se ha observado que aquellos con una buena salud cardiovascular experimentan una compresión de la morbilidad, lo que significa que retrasan la aparición de enfermedades y discapacidades relacionadas con la edad, lo que resulta en una mayor proporción de años de vida en buen estado de salud.
La promoción de la salud cardiovascular y el logro de puntuaciones altas en la evaluación compuesta no solo tienen beneficios individuales, sino que también benefician a la sociedad en general. Al mantener una buena salud cardiovascular, se reduce la carga económica y asistencial asociada con el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades crónicas. Esto lleva a menores costos de atención médica y recursos más eficientemente utilizados.
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