Las complicaciones óseas y articulares en pacientes diabéticos son un conjunto de trastornos que afectan tanto la movilidad como la salud ósea. La diabetes mellitus, especialmente en sus formas de larga duración, puede inducir alteraciones progresivas en los tejidos conectivos, lo que a su vez afecta las articulaciones y los huesos. Estas complicaciones se desarrollan a través de diversos mecanismos, como la glucosilación del colágeno y otros componentes de la matriz extracelular en los tejidos conectivos, lo que provoca rigidez y pérdida de flexibilidad en las articulaciones.
Una de las complicaciones articulares más comunes en pacientes diabéticos es la queroartropatía diabética, que se caracteriza por un endurecimiento progresivo de las manos debido a contracturas y al estrechamiento de la piel sobre las articulaciones. Esta condición resulta en rigidez en las articulaciones de las manos, lo que limita la movilidad de los dedos y puede dificultar las actividades cotidianas. También es frecuente la capsulitis adhesiva, o hombro congelado, que involucra la inflamación y posterior rigidez de la cápsula articular del hombro, lo que reduce su rango de movimiento. Otras afecciones articulares comunes en personas con diabetes incluyen el síndrome del túnel carpiano, que se produce por la compresión del nervio mediano en la muñeca, y las contracturas de Dupuytren, que afectan los tendones de la mano, provocando una flexión involuntaria de los dedos.
Se cree que estas complicaciones articulares son el resultado de la glicosilación de las proteínas, especialmente del colágeno, en los tejidos conectivos. La glicosilación es un proceso mediante el cual los azúcares se adhieren a las proteínas, lo que modifica su estructura y función, provocando rigidez en los tejidos. Además, existe la posibilidad de que haya un componente inflamatorio en estas afecciones articulares, lo que agrava la degeneración de los tejidos articulares y la movilidad de las articulaciones afectadas.
En cuanto a las complicaciones óseas, los datos sobre la densidad mineral ósea y el riesgo de fracturas en personas con diabetes son contradictorios. Sin embargo, se ha observado que los pacientes con diabetes tipo 2 parecen tener un mayor riesgo de fracturas no vertebrales, lo que incluye fracturas en las extremidades, en comparación con la población general. Las mujeres con diabetes tipo 1 también tienen un mayor riesgo de fracturas cuando se les compara con mujeres sin diabetes, lo que indica que el control metabólico y la duración de la diabetes son factores importantes en la salud ósea.
El riesgo de fracturas no solo está relacionado con la diabetes en sí misma, sino también con las complicaciones asociadas a la diabetes, como la neuropatía y las enfermedades renales. Estas complicaciones pueden afectar tanto la densidad mineral ósea como la capacidad del cuerpo para regenerar y mantener los huesos fuertes. En particular, la neuropatía diabética puede alterar la propiocepción y el equilibrio, lo que aumenta la probabilidad de caídas y fracturas.
Una afección ósea adicional que se observa con mayor frecuencia en pacientes diabéticos es la osteosclerosis difusa idiopática, caracterizada por la osificación de los ligamentos longitudinales anteriores de la columna vertebral y otros ligamentos extraspinales. Esta condición provoca rigidez en la columna y disminuye el rango de movimiento de la misma, afectando negativamente la postura y la movilidad. Los articulaciones periféricas más comúnmente afectadas por esta condición son las articulaciones metacarpofalángicas, los codos y los hombros.
Además de los problemas articulares y óseos mencionados, los pacientes diabéticos también tienen un mayor riesgo de desarrollar bursitis, especialmente en los hombros y caderas, lo que puede causar dolor y limitación en la movilidad. Las personas con diabetes tipo 2 también tienen un mayor riesgo de padecer hiperuricemia y gota aguda y tofacea, una afección que implica la acumulación de cristales de ácido úrico en las articulaciones, causando inflamación y dolor intenso.
Factores como la obesidad, la hipertensión y la dislipidemia son factores de riesgo adicionales que contribuyen al desarrollo de complicaciones musculoesqueléticas en pacientes diabéticos. Estos factores metabólicos y cardiovasculares están estrechamente relacionados con la inflamación crónica, lo que puede agravar las afecciones articulares y óseas.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.