La caja torácica, una estructura crucial en el cuerpo humano, se designa como tal debido a su función principal de albergar y proteger órganos vitales como los pulmones, el corazón y otros órganos del mediastino. Compuesta por una combinación de huesos y cartílagos, la caja torácica es un componente esencial del sistema esquelético que se encuentra en la región superior del tronco.
Para comprender completamente la complejidad y la importancia de la caja torácica, es fundamental analizar su estructura anatómica en detalle:
- Vértebras torácicas: En la parte posterior de la caja torácica se encuentran las doce vértebras torácicas. Estas vértebras forman la columna vertebral en la región torácica, proporcionando soporte estructural y protegiendo la médula espinal, una parte fundamental del sistema nervioso central.
- Esternón: En la línea media anterior de la caja torácica, encontramos el esternón, un hueso plano y alargado que se encuentra en la parte frontal del tórax. El esternón desempeña un papel esencial al proporcionar puntos de unión para las costillas y los músculos del tórax, lo que contribuye a la estabilidad y la movilidad de la región torácica.
- Costillas y cartílagos costales: Lateralmente, la caja torácica está formada por doce pares de costillas y sus respectivos cartílagos costales. Estas costillas se articulan con las vértebras torácicas en la parte posterior y se unen al esternón en la parte anterior mediante cartílagos costales o mediante la conexión directa en el caso de las primeras siete costillas, conocidas como costillas verdaderas. Las costillas restantes se unen al esternón de manera indirecta o no lo hacen en absoluto, lo que les otorga el nombre de costillas falsas y flotantes, respectivamente.
La caja torácica desempeña varios roles fundamentales en el cuerpo humano:
- Protección de órganos vitales: Su estructura robusta y su disposición ósea protegen órganos internos vitales como los pulmones y el corazón de lesiones externas.
- Soporte y movimiento: Proporciona un armazón sólido para los músculos del tórax, que participan en la respiración y otros movimientos relacionados con la función pulmonar.
- Regulación de la presión interna: Durante la respiración, la caja torácica se expande y contrae, lo que contribuye al proceso de inhalación y exhalación. Este movimiento de expansión y contracción ayuda a regular la presión interna necesaria para el intercambio de gases en los pulmones.
- Anclaje para músculos y tejidos: Los músculos del tórax, los tejidos conectivos y los órganos internos se anclan en la caja torácica, lo que proporciona estabilidad y facilita la función de estos elementos en el cuerpo humano.



Originally posted on 20 de marzo de 2024 @ 8:54 PM