Contraindicaciones de férulas y escayolas
Las contraindicaciones para la inmovilización con escayola (perimetral) son situaciones en las que se debe evitar el uso de este dispositivo debido a potenciales riesgos o complicaciones que podrían surgir. Las razones para evitar la inmovilización con escayola se presenta en las siguientes circunstancias:
- Fase aguda de la lesión con edema agudo: Durante los primeros días posteriores a una lesión, como una fractura o esguince, es común que se desarrolle un edema agudo en la extremidad afectada. El edema es la acumulación de líquido en los tejidos debido a la inflamación y el aumento del flujo sanguíneo en la zona lesionada. Si se aplica una escayola perimetral durante esta fase aguda, el edema no tendría espacio para expandirse, lo que podría generar un aumento de la presión en el interior de la escayola. Esto podría comprimir los tejidos, afectar la circulación sanguínea y empeorar la inflamación, causando mayor dolor y molestias al paciente.
En lugar de una escayola, es preferible utilizar una férula que permita cierta expansión de la extremidad edematosa. La férula, al ser más flexible y menos restrictiva que una escayola, puede adaptarse al edema y proporcionar alivio al paciente, evitando la excesiva presión sobre los tejidos afectados.
- Escayola que cubra u oculte una infección conocida en la piel o partes blandas: La escayola perimetral que cubre o oculta una infección conocida en la piel o partes blandas representa un riesgo significativo de empeorar la condición del paciente. El ambiente húmedo y oscuro dentro de la escayola proporciona condiciones ideales para el crecimiento y propagación de bacterias, lo que puede agravar la infección existente. Además, al ocultar la infección, se dificulta el monitoreo y el tratamiento adecuado de la misma, lo que puede retrasar su curación y aumentar el riesgo de complicaciones más graves.
En estos casos, la férula es una opción más segura ya que permite un mejor acceso visual a la zona afectada, facilitando la observación de la infección y permitiendo la aplicación de tratamientos tópicos o medicamentos sin tener que retirar completamente el dispositivo.
- Escayola que cubra u oculte una herida abierta: Si la escayola se aplica sobre una herida abierta, existe el riesgo de que los materiales de la escayola entren en contacto con la herida, aumentando la probabilidad de infección y dificultando el proceso de curación. Además, la presión ejercida por la escayola sobre la herida podría ser dolorosa y perjudicial para la cicatrización.
En este escenario, la férula es preferible ya que permite mantener la herida abierta al aire y proporciona un mayor acceso para el tratamiento y la limpieza adecuada. La férula también evita la compresión directa sobre la herida, lo que reduce la molestia y favorece la curación sin interferencias.
Anatomía del hígado
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