La película Awakenings (titulada Despertares en Hispanoamérica), dirigida por Penny Marshall y estrenada en el año 1990, constituye una representación cinematográfica profundamente conmovedora y clínicamente relevante de un episodio singular en la historia de la medicina neurológica. Inspirada en hechos verídicos y basada en el libro homónimo del neurólogo Oliver Sacks, la obra explora las implicaciones éticas, emocionales y científicas del tratamiento experimental llevado a cabo por el doctor Malcolm Sayer, personaje inspirado en el propio Sacks.
El núcleo argumental se desarrolla en un hospital psiquiátrico del Bronx durante la década de 1960, donde el doctor Sayer, un médico investigador con escasa experiencia clínica directa pero con un enfoque sumamente empático y analítico, comienza a trabajar con un grupo de pacientes en estado de aparente catatonia. Estos pacientes, víctimas de la encefalitis letárgica (una enfermedad viral que produjo una epidemia mundial en las décadas de 1910 y 1920), habían quedado atrapados en un estado de inmovilidad casi total, sin respuestas verbales ni motrices evidentes durante décadas, aunque conservaban signos vitales estables y funciones básicas preservadas.
A través de una cuidadosa observación y de la aplicación rigurosa del método clínico, el doctor Sayer llega a la hipótesis de que estos pacientes no han perdido la conciencia en un sentido profundo, sino que se hallan en una especie de suspensión neurológica provocada por una disfunción dopaminérgica profunda en los ganglios basales, estructuras cerebrales implicadas en el control motor y en la modulación de la conducta. Apoyándose en estudios farmacológicos emergentes y extrapolando datos de tratamientos para la enfermedad de Parkinson, decide experimentar con la administración de levodopa, un precursor metabólico de la dopamina.
El resultado clínico de este ensayo es extraordinario: los pacientes, tras décadas de inmovilidad, «despiertan» súbitamente a la conciencia y a la actividad motora, recuperando facultades cognitivas, afectivas y sociales de manera aparentemente milagrosa. El caso más emblemático es el de Leonard Lowe, interpretado por Robin Williams, quien experimenta una reinserción emocional y psicológica en el mundo contemporáneo, enfrentando el paso del tiempo y los cambios socioculturales con una mezcla de asombro y vulnerabilidad.
Sin embargo, la película no se limita a la exaltación del avance terapéutico. Con honestidad científica y profundidad ética, muestra cómo los efectos de la levodopa son transitorios y variables, y cómo los pacientes, tras un breve período de lucidez, comienzan a desarrollar tolerancia, efectos adversos y recaídas progresivas. Esta evolución plantea interrogantes sobre la naturaleza de la conciencia, la dignidad humana, y los límites de la intervención médica.
Desde una perspectiva neurocientífica, Awakenings ofrece una reflexión sobre el poder de la empatía en la práctica clínica, la importancia de la observación meticulosa frente a diagnósticos automatizados, y el valor del pensamiento interdisciplinario. El doctor Sayer no solo actúa como médico, sino como científico humanista, combinando la investigación con una ética del cuidado que reconoce al paciente como sujeto biográfico, no solo como objeto clínico.
La película fue recibida con una acogida crítica notablemente positiva, tanto por su contenido humanista como por la calidad de sus interpretaciones y su dirección sobria. Su abordaje de temas complejos como la neurología, la conciencia, la ética médica y la dignidad humana, fue considerado atípico para el cine comercial de la época, lo que le otorgó un estatus especial dentro del género dramático.
La crítica especializada elogió especialmente la actuación de Robin Williams, en un rol inusualmente contenido y reflexivo como el doctor Malcolm Sayer, alejándose de su habitual estilo cómico. Asimismo, Robert De Niro recibió amplios reconocimientos por su interpretación de Leonard Lowe, un paciente que «despierta» tras décadas en un estado casi vegetativo. Su representación de los efectos neurológicos de la encefalitis letárgica y del tratamiento con levodopa fue aclamada por su realismo y sensibilidad.
También se destacó la dirección de Penny Marshall, quien mantuvo un tono sobrio y respetuoso, sin recurrir al sentimentalismo fácil, y supo articular una historia clínica real con profundidad emocional sin traicionar la veracidad científica de fondo. El guion fue elogiado por adaptar fielmente la obra de Oliver Sacks, preservando el rigor médico y al mismo tiempo haciendo accesibles los conceptos al público general.

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