Los Dispositivos Intrauterinos (DIU) son métodos anticonceptivos altamente efectivos que se colocan dentro del útero con el fin de prevenir el embarazo. Estos dispositivos se dividen principalmente en dos tipos: los que liberan hormona, como Mirena, Liletta, Kyleena y Skyla, y los de cobre, como el TCu380A (Paragard). Ambos tipos actúan a través de diferentes mecanismos, lo que hace que su efectividad sea notablemente alta, comparable incluso a la esterilización quirúrgica.
Mecanismo de acción
El mecanismo de acción del DIU de cobre se basa principalmente en sus propiedades espermicidas. El cobre liberado por el dispositivo tiene un efecto tóxico sobre los espermatozoides, lo que inhibe su capacidad para fertilizar el óvulo. Además, se cree que el cobre altera el ambiente del útero, afectando tanto la capacitación como el transporte de los espermatozoides. La capacitación se refiere al proceso mediante el cual los espermatozoides adquieren la capacidad de fertilizar un óvulo. Asimismo, el cobre puede inducir una inflamación local en el útero, lo cual contribuye a un ambiente hostil para el esperma, reduciendo así las probabilidades de embarazo.
Por otro lado, los DIU hormonales, como los que contienen levonorgestrel (Mirena, Liletta, Kyleena y Skyla), actúan principalmente a través de la liberación continua de hormonas en el útero. El levonorgestrel es una progestina sintética que tiene varios efectos sobre el sistema reproductivo. Uno de los principales mecanismos de acción es el espesamiento del moco cervical, lo cual dificulta el paso de los espermatozoides hacia el útero y las trompas de Falopio. Además, los DIU hormonales actúan sobre el endometrio, el revestimiento interno del útero, suprimiéndolo y haciéndolo más inhóspito para la implantación de un óvulo fertilizado. Aunque algunos DIU hormonales pueden suprimir la ovulación en ciertas mujeres, este efecto no es confiable de manera uniforme, por lo que no se considera su principal mecanismo anticonceptivo.
Los DIU son extremadamente eficaces en la prevención del embarazo, con tasas de fallo que se asemejan a las de la esterilización quirúrgica. La tasa de fracaso de estos dispositivos es muy baja, lo que los convierte en una opción confiable a largo plazo para el control de la natalidad. La duración de su efectividad varía dependiendo del tipo de DIU utilizado. El DIU de levonorgestrel de 52 mg (Mirena, Liletta) tiene una duración aprobada por la FDA de hasta 8 años, mientras que el DIU de levonorgestrel de 13,5 mg (Skyla) es efectivo durante 3 años, y el DIU de 19,5 mg (Kyleena) durante 5 años. Por otro lado, el DIU de cobre TCu380A (Paragard) tiene una duración de hasta 10 años.
Una de las principales ventajas de los DIU hormonales, además de su efectividad anticonceptiva, es que pueden reducir los cólicos menstruales y disminuir el flujo menstrual en muchas mujeres. Esto se debe a los efectos de la progestina sobre el endometrio, que también puede contribuir a la disminución de la cantidad de sangrado durante la menstruación. En particular, el DIU de levonorgestrel de 52 mg ha sido aprobado por la FDA no solo como anticonceptivo, sino también para el tratamiento de sangrados menstruales abundantes, ofreciendo una solución eficaz para mujeres que padecen este problema.
Un aspecto notable de los DIU es que pueden ser utilizados de manera segura por mujeres nulíparas (aquellas que no han tenido hijos) y adolescentes. A pesar de los mitos que alguna vez existieron sobre la contraindicación de los DIU en estas poblaciones, investigaciones actuales han demostrado que los DIU, tanto hormonales como de cobre, pueden ser utilizados de manera segura en mujeres jóvenes y nulíparas, siempre bajo la supervisión de un profesional de salud capacitado.
Los DIU hormonales también pueden tener un efecto protector contra infecciones del tracto superior, similar al que proporcionan los anticonceptivos orales. Se ha observado que las mujeres que usan DIU hormonales tienen un riesgo menor de desarrollar infecciones del tracto reproductivo superior, como la enfermedad inflamatoria pélvica, en comparación con las mujeres que no usan anticonceptivos o que utilizan otros métodos.
Colocación
La colocación de un Dispositivo Intrauterino (DIU) es un procedimiento relativamente sencillo, pero debe realizarse con precauciones adecuadas para garantizar tanto la efectividad del dispositivo como la seguridad de la paciente. En cuanto al momento más adecuado para realizar este procedimiento, puede llevarse a cabo en cualquier fase del ciclo menstrual, siempre que se pueda excluir razonablemente un embarazo. Esto se logra mediante una evaluación adecuada que puede incluir la realización de pruebas para detectar la presencia de gonorrea y clamidia, infecciones que podrían complicar la inserción o aumentar el riesgo de infecciones pélvicas. Sin embargo, es importante señalar que la colocación del DIU no debe retrasarse a la espera de los resultados de estas pruebas, ya que el procedimiento puede llevarse a cabo de forma segura incluso antes de recibir dichos resultados.
La colocación del DIU se puede realizar de manera segura en el periodo inmediato posparto (es decir, dentro de los primeros diez minutos después del parto) o después de un aborto. Esta opción es válida tanto para los DIU hormonales como para los de cobre. De hecho, es posible insertar el DIU inmediatamente después de un parto vaginal o en el momento de la cesárea, antes de proceder al cierre del útero. Esta intervención permite que las mujeres que lo deseen puedan acceder a una opción anticonceptiva de largo plazo sin tener que esperar un periodo posterior, lo que puede ser especialmente beneficioso para aquellas que buscan evitar un embarazo rápido. Sin embargo, también es posible realizar la colocación posparto retardada, es decir, más tarde de forma segura, lo cual se ajusta a las preferencias y necesidades de cada paciente.
En el caso de un aborto, la colocación inmediata del DIU es generalmente aceptable, siempre que no exista una infección como la sepsis, ya que la presencia de esta condición podría complicar el procedimiento y aumentar el riesgo de complicaciones. En caso de que no sea posible un seguimiento adecuado un mes después de la colocación, se puede proceder con la inserción del DIU de forma inmediata. No obstante, en situaciones donde se anticipa que no se podrá realizar un seguimiento adecuado dentro de las semanas posteriores al aborto, se recomienda esperar hasta aproximadamente cuatro semanas después de la intervención para proceder con la inserción del DIU. Esto se debe a que, en este lapso, el útero ha tenido tiempo suficiente para sanar y el riesgo de complicaciones disminuye.
Es importante tener en cuenta que la colocación del DIU, especialmente en mujeres nulíparas (aquellas que no han tenido hijos), puede generar más incomodidad o dolor que en mujeres que ya han tenido partos. Para manejar esta molestia, se recomienda el uso de técnicas que ayuden a minimizar el dolor durante el procedimiento. El bloqueo paracervical, que implica la administración de anestesia local en el cuello del útero, es una opción eficaz para aliviar el dolor. Además, la administración de antiinflamatorios no esteroides (AINEs) antes del procedimiento puede ayudar a reducir tanto el dolor como la inflamación, mejorando la experiencia del procedimiento en las pacientes.
Contraindicaciones y complicaciones
El uso de los Dispositivos Intrauterinos (DIU) es generalmente seguro y efectivo, pero existen ciertas contraindicaciones y situaciones clínicas que requieren especial atención. Estas contraindicaciones pueden estar relacionadas con el estado de salud de la paciente o con complicaciones que pueden surgir durante el uso del DIU. A continuación, se describen detalladamente las principales contraindicaciones para el uso de este dispositivo anticonceptivo.
1. Embarazo
Una de las principales contraindicaciones para la colocación de un DIU es el embarazo. El DIU no debe ser insertado en un útero que ya esté embarazado. Si una mujer que utiliza un DIU queda embarazada, existe un riesgo significativo de complicaciones. En este caso, si el dispositivo sigue en su lugar, la probabilidad de un aborto espontáneo aumenta considerablemente. Se ha observado que si el DIU se deja en el útero durante un embarazo, el riesgo de aborto espontáneo es del 50%. En cambio, si el dispositivo es retirado, este riesgo disminuye a aproximadamente el 25%.
Si una mujer embarazada desea continuar con el embarazo, y el hilo del DIU es visible, se recomienda retirar el dispositivo lo antes posible. En el caso de que el hilo no sea visible, y la paciente decida seguir con el embarazo, es importante que esté informada de los riesgos elevados de aborto espontáneo, infecciones, parto prematuro y desprendimiento de la placenta. Además, se le debe advertir que cualquier síntoma similar a la gripe, como fiebre, dolor muscular, dolor de cabeza o náuseas, requiere atención médica inmediata, ya que podría estar relacionado con un aborto séptico, una complicación grave que puede poner en riesgo la vida.
Además, las mujeres embarazadas con un DIU en su lugar tienen un mayor riesgo de embarazo ectópico, es decir, un embarazo que se desarrolla fuera del útero, generalmente en una de las trompas de Falopio. Este riesgo debe ser considerado y evaluado a través de una revisión clínica y ecográfica temprana para identificar cualquier anomalía. En cualquier caso de aborto, se debe realizar una evaluación cuidadosa de los productos de la concepción para garantizar que no haya restos del DIU en el útero o en el tracto reproductivo.
2. Infección pélvica
El riesgo de desarrollar una infección pélvica como consecuencia de la colocación de un DIU es bajo, pero no inexistente. Las infecciones pelvicas se asocian principalmente con la presencia de infecciones de transmisión sexual (ITS). En este sentido, el riesgo de infección aumenta si la paciente tiene una ITS no tratada al momento de la inserción del dispositivo, ya que estas infecciones pueden ascender al útero y provocar una enfermedad inflamatoria pélvica. Para minimizar este riesgo, es esencial que la paciente sea evaluada para detectar ITS antes de la colocación del DIU y reciba tratamiento adecuado si es necesario.
3. Sangrado menstrual abundante o dismenorrea severa
El DIU de cobre puede no ser adecuado para todas las mujeres, especialmente aquellas que ya experimentan menstruaciones muy abundantes o dismenorrea severa (dolores menstruales intensos). Esto se debe a que el DIU de cobre puede aumentar la cantidad de sangrado durante el ciclo menstrual, además de provocar sangrados entre periodos y mayor intensidad en los cólicos menstruales. Por lo tanto, este tipo de DIU generalmente no se recomienda en mujeres que ya padecen estos problemas.
Sin embargo, el DIU de levonorgestrel de 52 mg puede ser una opción útil en estas situaciones, ya que está aprobado para el tratamiento del sangrado menstrual abundante. Además, los antiinflamatorios no esteroides (AINEs) pueden ser empleados como premedicación para ayudar a reducir tanto el sangrado como el dolor en las mujeres que usan un DIU, proporcionando así un alivio adicional.
4. Expulsión completa o parcial
La expulsión del DIU, que puede ser completa o parcial, ocurre en aproximadamente el 10% de las mujeres durante el primer año de uso. Esto puede ocurrir de manera espontánea, sin que la paciente lo note, y es más probable que suceda durante los primeros meses después de la colocación del dispositivo. Si un DIU se expulsa parcialmente o su cuerpo es visible o palpable en el orificio cervical, debe ser retirado de inmediato. En este caso, la paciente podría necesitar un nuevo dispositivo o una opción anticonceptiva alternativa.
5. Hilos del DIU ausentes
Los hilos del DIU sirven para verificar la correcta colocación del dispositivo y facilitar su extracción cuando sea necesario. Si los hilos no son visibles al examen transvaginal, esto puede indicar varias posibles situaciones. Podría tratarse de una expulsión no detectada del DIU, una perforación del útero con migración del dispositivo hacia la cavidad abdominal, o simplemente una retracción del hilo hacia el canal cervical o dentro del útero.
En casos donde no se pueden visualizar los hilos y se descarta un embarazo, el clínico puede intentar localizar el DIU mediante el uso de instrumentos estériles, como un sonido o fórceps diseñados específicamente para extraer el dispositivo. Si no se logra localizar el DIU de manera manual, se pueden realizar estudios de imagen como una ecografía pélvica para determinar si el DIU sigue en el útero. Si el dispositivo se encuentra fuera del útero, se pueden utilizar radiografías anteroposteriores y laterales de la pelvis para evaluar su localización. Si el DIU se encuentra en la cavidad abdominal, generalmente se debe retirar mediante cirugía laparoscópica o laparotomía, según sea el caso.

Fuente y lecturas recomendadas:
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