Enfermedad por Legionella
Enfermedad por Legionella

Enfermedad por Legionella

Para abordar por qué la Legionella es una causa importante de neumonía adquirida en la comunidad, es crucial comprender la naturaleza de la bacteria y su impacto en la salud pública. La Legionella pneumophila es una bacteria gramnegativa que puede provocar una forma grave de neumonía conocida como enfermedad de los Legionarios. Esta bacteria se encuentra comúnmente en ambientes acuáticos, especialmente en sistemas de agua artificial como torres de enfriamiento, duchas y grifos. Las personas contraen la infección al inhalar aerosoles contaminados con Legionella.

La razón por la cual la Legionella se considera una causa importante de neumonía adquirida en la comunidad radica en varios factores. Aunque la Legionella no es la causa más común de neumonía, su capacidad para inducir formas graves y a veces mortales de neumonía hace que su diagnóstico sea crucial, especialmente cuando se cuestiona la etiología de una neumonía. Las características de la infección incluyen síntomas graves como fiebre alta, tos, dificultad para respirar y confusión, lo que puede complicar el cuadro clínico y hacer que el diagnóstico sea un desafío.

Además, los factores de riesgo juegan un papel significativo. La enfermedad de los Legionarios es más prevalente en personas con condiciones predisponentes, como fumadores, individuos con enfermedades pulmonares crónicas o aquellos inmunocomprometidos. Esto se debe a que el sistema inmunológico debilitado o comprometido tiene menos capacidad para combatir la infección, permitiendo que la bacteria prospere y cause enfermedad severa.

Los brotes de Legionella se han asociado con fuentes de agua contaminada, que actúan como reservorios de la bacteria. En entornos hospitalarios o instalaciones con sistemas de agua complejos, como torres de enfriamiento de aire acondicionado, la propagación de Legionella puede ser más prevalente. Estas fuentes pueden liberar aerosoles contaminados en el aire, facilitando la inhalación de la bacteria por parte de personas susceptibles.


Hallazgos Clínicos

La enfermedad de los Legionarios, o neumonía por Legionella pneumophila, se clasifica como una neumonía atípica debido a la dificultad para detectar el agente patógeno con técnicas convencionales. A diferencia de las neumonías típicas, donde las bacterias se visualizan fácilmente en un frotis de esputo teñido con Gram, la Legionella no aparece en estos análisis. Esto se debe a que su pared celular tiene una estructura que no se tiñe bien con el método de Gram, lo que hace que la bacteria sea invisible bajo el microscopio usando esta técnica.

Sin embargo, a pesar de su clasificación como atípica, la enfermedad de los Legionarios presenta muchas características clínicas que la asemejan a las neumonías típicas. Los pacientes suelen experimentar fiebre alta y un aspecto tóxico, con dolor en el pecho causado por pleuritis, que es una inflamación de las membranas que recubren los pulmones. El esputo de estos pacientes a menudo es visiblemente purulento, similar al de otras neumonías graves.

Además, los síntomas sistémicos como náuseas, vómitos y diarrea pueden ser prominentes en la enfermedad de los Legionarios, lo que añade complejidad al cuadro clínico. Otro signo distintivo es la bradicardia relativa, es decir, una frecuencia cardíaca más baja de lo esperado en relación con la fiebre, algo que no es común en otras formas de neumonía.

Aunque Legionella pneumophila es la especie más frecuentemente asociada con la enfermedad de los Legionarios, otras especies del mismo género también pueden causar neumonías con características clínicas similares. Esto incluye especies como Legionella micdadei y Legionella longbeachae.

 

Exámenes complementarios

En la enfermedad de los Legionarios, es común observar alteraciones en varios parámetros bioquímicos y hematológicos. La hiponatremia, o niveles bajos de sodio en la sangre, puede ocurrir debido a la liberación de hormonas antidiuréticas inadecuadas en respuesta a la infección. La hipofosfatemia, que se refiere a niveles bajos de fósforo, puede resultar de la redistribución de fosfatos en el cuerpo durante la respuesta inflamatoria aguda. La elevación de enzimas hepáticas y de la creatina quinasa se relaciona con la disfunción hepática y muscular, respectivamente, que pueden ser secundarios a la inflamación sistémica y el daño tisular inducidos por la infección.

Para el diagnóstico de Legionella pneumophila, la prueba de PCR en muestras de esputo es altamente sensible, permitiendo la detección del material genético del patógeno con gran precisión. Los cultivos de especies de Legionellatambién son útiles, con una sensibilidad que puede alcanzar hasta el 80%, aunque la sensibilidad puede variar dependiendo de la calidad de la muestra y el tiempo de incubación. La tinción con plata de Dieterle, utilizada en tejido, líquido pleural u otros materiales infectados, es un método confiable para visualizar las especies de Legionella debido a su afinidad por la pared celular de la bacteria.

Además, las tinciones de esputo con anticuerpos fluorescentes directos pueden identificar Legionella en muestras respiratorias, aunque esta técnica puede tener una sensibilidad menor comparada con la PCR. La serología para Legionella, que detecta anticuerpos específicos, y las pruebas de antígenos en orina son métodos diagnósticos útiles, pero con limitaciones; la serología puede no ser sensible en las etapas tempranas de la enfermedad, y la prueba de antígenos en orina detecta principalmente el serotipo 1 de L. pneumophila, lo que puede pasar por alto infecciones causadas por otros serotipos o especies del género Legionella.


Tratamiento

La azitromicina y las fluoroquinolonas, como la levofloxacina, son los tratamientos de elección para la legionelosis debido a sus características específicas que las hacen especialmente efectivas contra Legionella pneumophila, el patógeno causante de la enfermedad de los Legionarios.

La azitromicina es un macrólido que actúa inhibiendo la síntesis de proteínas en la bacteria. Se une a la subunidad ribosómica 50S, lo que impide la producción de proteínas esenciales para el crecimiento bacteriano. Su capacidad para penetrar bien en los tejidos pulmonares y su eficacia en ambientes ácidos, como los que se encuentran en las células donde Legionella puede estar presente, la hacen especialmente adecuada para tratar esta infección. La dosis recomendada es de 500 mg, administrada una vez al día ya sea por vía oral o intravenosa, lo que asegura una concentración efectiva del medicamento en el organismo.

Por otro lado, las fluoroquinolonas, como la levofloxacina, actúan de manera diferente. Estos antibióticos interfieren con las enzimas necesarias para la replicación del ADN bacteriano, específicamente la ADN girasa y la topoisomerasa IV. Esta acción es particularmente efectiva contra Legionella, que es una bacteria intracelular. La levofloxacina, con una dosis de 750 mg una vez al día por vía oral o intravenosa, ofrece una potente acción bactericida y logra una excelente penetración en los pulmones, lo que contribuye a una erradicación efectiva de la infección.

El tratamiento general con azitromicina o levofloxacina suele durar entre 7 y 10 días. Sin embargo, en pacientes inmunocomprometidos o aquellos con una enfermedad particularmente severa, se recomienda extender el tratamiento a 14 o 21 días. Esta extensión asegura una eliminación completa de la bacteria y disminuye el riesgo de recaídas o complicaciones adicionales, dado que estos pacientes tienen una mayor vulnerabilidad a infecciones persistentes.

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
    1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). (2021, March 25). Legionella: Diagnosis, treatment, and prevention. https://www.cdc.gov/legionella/clinicians/diagnostic-testing.html
    2. Metlay, J. P., Waterer, G. W., Long, A. C., Anzueto, A., Brozek, J. L., Crothers, K., … & Bauld, T. J. (2019). Diagnosis and treatment of adults with community-acquired pneumonia: An official clinical practice guideline of the American Thoracic Society and Infectious Diseases Society of America. American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine, 200(7), e45. https://doi.org/10.1164/rccm.201908-1581ST [PMID: 31573350]
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Originally posted on 18 de agosto de 2024 @ 8:06 AM

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