Enteropatía por pérdida de proteínas

Enteropatía por pérdida de proteínas
Enteropatía por pérdida de proteínas

La enteropatía por pérdida de proteínas enteropatía por pérdida de proteínas es un síndrome caracterizado por la pérdida anormal de proteínas desde el tracto gastrointestinal hacia el lumen intestinal, lo que conduce a una disminución de los niveles séricos de proteínas, particularmente la albúmina, pero también otras proteínas plasmáticas, como la alfa-1-antitripsina. Esta condición, además de ser una manifestación clínica significativa de diversas patologías subyacentes, puede generar complicaciones sistémicas debido a la insuficiencia proteica y alteraciones en la homeostasis de los fluidos corporales.

Aunque la enteropatía por pérdida de proteínas puede ocurrir como una complicación secundaria de diversas enfermedades gastrointestinales conocidas, en muchos pacientes la causa subyacente no está claramente identificada, lo que obliga a una evaluación diagnóstica detallada. En tales casos, la estrategia diagnóstica debe basarse en la sospecha clínica, la historia del paciente y una serie de pruebas especializadas para identificar la etiología precisa de la pérdida proteica.

 

Manifestaciones clínicas

La principal manifestación clínica de la enteropatía por pérdida de proteínas es la hipoalbuminemia, debido a la fuga de albúmina desde el intestino hacia el espacio extracelular, lo que produce un descenso en los niveles de esta proteína en sangre. Sin embargo, la pérdida no se limita únicamente a la albúmina. Otras proteínas, como la alfa-1-antitripsina, también se pierden en cantidades significativas, lo que contribuye a un estado de hipoproteinemia generalizada. En algunos casos, la pérdida de proteínas puede incluir factores de coagulación, inmunoglobulinas y otras proteínas plasmáticas esenciales.

Además de la hipoalbuminemia, una característica distintiva de la enteropatía por pérdida de proteínas, especialmente en casos relacionados con la obstrucción linfática, es la alteración en el contenido y composición del fluido linfático. La linfocitosis o la linfocitopenia pueden observarse en el análisis de sangre, con un recuento de linfocitos inferior a 1000 células por microlitro, mientras que las concentraciones de lipoproteínas pueden ser anormalmente bajas, lo que conduce a hipocolesterolemia e hipoglobulinemia. Esto es un reflejo de la obstrucción o disfunción del sistema linfático, que es fundamental para la reabsorción de líquidos y la absorción de grasas en el intestino.

 

Exámenes diagnósticos

Para confirmar el diagnóstico de enteropatía por pérdida de proteínas, se realizan varias pruebas de laboratorio. Un indicador clave es el aclaramiento fecal de alfa-1-antitripsina, un marcador sensible para detectar pérdida proteica en el intestino. El aclaramiento de alfa-1-antitripsina se calcula evaluando la cantidad de esta proteína en las heces durante un periodo de 24 horas y comparándola con los niveles séricos. Un aclaramiento superior a 27 mL por 24 horas indica una pérdida anormal de proteínas a través del tracto intestinal.

La evaluación clínica también incluye pruebas adicionales para investigar posibles causas subyacentes. Entre ellas se encuentran la electroforesis de proteínas séricas, que permite identificar alteraciones en la distribución de proteínas, el recuento de linfocitos y los niveles de colesterol sérico, que pueden sugerir obstrucción linfática. Además, los anticuerpos antinucleares (ANA) y la concentración del complemento C3 son útiles para detectar trastornos autoinmunes, como la enteropatía autoinmune asociada a enfermedades como el lupus eritematoso sistémico o la artritis reumatoide.

La evaluación de la presencia de parásitos intestinales mediante análisis de heces es fundamental, dado que infecciones parasitarias pueden causar una pérdida proteica significativa. Además, la malabsorción de nutrientes debe ser evaluada mediante la determinación cualitativa de grasa fecal, que ayuda a identificar trastornos de absorción intestinal. La imagenología intestinal, como la enteroscopia del intestino delgado, la enterografía por tomografía computarizada (TC) o la endoscopia por cápsula inalámbrica, son técnicas útiles para evaluar el tracto gastrointestinal y detectar posibles lesiones o anomalías en la mucosa intestinal.

En algunos casos, es necesario realizar un estudio más invasivo, como una tomografía computarizada del abdomen, para investigar posibles neoplasias, procesos inflamatorios crónicos o anomalías en la circulación linfática, que pueden estar contribuyendo a la pérdida proteica. En situaciones excepcionales, cuando los diagnósticos no se resuelven con técnicas no invasivas, puede ser necesaria una laparotomía con biopsia intestinal de espesor total para obtener una evaluación definitiva del diagnóstico.

 

Diagnóstico diferencial

El diagnóstico diferencial de la enteropatía por pérdida de proteínas incluye otras condiciones que pueden causar hipoalbuminemia, como enfermedades hepáticas crónicas, donde la síntesis de proteínas plasmáticas se ve comprometida, el síndrome nefrótico, que implica una pérdida renal de proteínas, y la insuficiencia cardíaca congestiva, que puede provocar edemas y alteraciones en la distribución de los líquidos corporales. De este modo, es crucial diferenciar la enteropatía por pérdida de proteínas de estos otros trastornos, ya que las estrategias de tratamiento varían considerablemente.

 

Tratamiento

El tratamiento de la enteropatía por pérdida de proteínas depende de la identificación y manejo de la causa subyacente. En aquellos casos en los que la enteropatía es secundaria a una patología gastrointestinal específica, como la enfermedad celíaca, la enteropatía por radiación o la enteritis inflamatoria, el tratamiento se enfoca en controlar el trastorno primario. Además, se pueden emplear intervenciones para corregir la hipoalbuminemia, como la administración de albúmina intravenosa o el uso de terapias que mejoren la absorción intestinal de nutrientes. En casos de obstrucción linfática, pueden ser necesarios procedimientos quirúrgicos para restaurar el flujo linfático o el uso de medicamentos inmunosupresores si la causa es autoinmune.

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Elli L et al. Protein-losing enteropathy. Curr Opin Gastroenterol. 2020;36:238. [PMID: 32073507]
  2. Tseng YJ et al. Protein-losing enteropathy and primary intestinal lymphangiectasia. QJM. 2020;113:224. [PMID: 31309229]

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