Gingivitis ulcerosa necrotizante
La gingivitis ulcerosa necrotizante, conocida coloquialmente como boca de trinca o angina de Vincent, es una enfermedad inflamatoria de las encías caracterizada por la ulceración, necrosis y sangrado gingival. Se atribuye principalmente a una infección bacteriana dual causada por espiroquetas (especialmente Treponema vincentii) y bacilos fusiformes (principalmente Fusobacterium nucleatum).
Este trastorno gingival suele afectar a adultos jóvenes, especialmente aquellos sometidos a estrés significativo, como estudiantes durante períodos de exámenes intensivos. El estrés puede comprometer el sistema inmunológico del individuo, predisponiéndolo a una mayor susceptibilidad a infecciones bacterianas. Además del estrés, existen condiciones sistémicas subyacentes que pueden favorecer el desarrollo de esta enfermedad, como la malnutrición severa, la inmunosupresión y otras enfermedades debilitantes.
Manifestaciones clínicas
Clínicamente, la gingivitis ulcerosa necrotizante se manifiesta como una inflamación aguda de las encías con necrosis tisular, caracterizada por un dolor intenso en la zona afectada. La presencia de necrosis gingival es evidente y se acompaña frecuentemente de sangrado espontáneo o al mínimo contacto, exacerbando el malestar del paciente. La halitosis, o mal aliento, es notable debido a la descomposición de tejido necrótico y la proliferación bacteriana en la cavidad oral.
Además de estos síntomas locales, los pacientes pueden experimentar síntomas sistémicos como fiebre, que refleja la respuesta inflamatoria generalizada frente a la infección bacteriana. La presencia de linfadenopatía cervical indica la participación del sistema linfático en la respuesta inmunitaria del organismo contra la infección localizada en las encías.
La combinación de estos signos clínicos —inflamación y necrosis gingival aguda, dolor, sangrado, halitosis, fiebre y linfadenopatía cervical— subraya la gravedad y la severidad de la enfermedad gingival ulcerosa necrotizante.
Tratamiento
En el tratamiento de la gingivitis ulcerosa necrotizante, se han identificado varias intervenciones terapéuticas efectivas. El enjuague bucal con peróxido de media resistencia, administrado en forma caliente, ha demostrado ser beneficioso. Este enjuague no solo ayuda a reducir la carga bacteriana en la cavidad oral, sino que también puede contribuir a la desbridación de los tejidos necróticos y a la reducción de la halitosis, mejorando así el confort del paciente.
Además del enjuague con peróxido, el tratamiento con penicilina oral a dosis de 250 mg administrados tres veces al día durante un período de 10 días ha mostrado eficacia en el control de la infección bacteriana asociada. La penicilina actúa como un agente antimicrobiano efectivo contra las especies bacterianas típicamente implicadas en la gingivitis ulcerosa necrotizante, ayudando a reducir la carga bacteriana y a promover la resolución de la inflamación y la necrosis gingival.
En casos más severos de la enfermedad, puede ser necesario realizar curetajes dentales de las encías. Este procedimiento consiste en la eliminación mecánica de los tejidos necróticos y de las superficies dentales infectadas, facilitando así la regeneración de tejido sano y la restauración de la salud gingival. El curetaje dental no solo contribuye a la eliminación física de las causas bacterianas de la enfermedad, sino que también prepara el terreno para una mejor respuesta al tratamiento antimicrobiano y al manejo continuo de la salud oral del paciente.
Anatomía del hígado
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