Los nevos melanocíticos es un nevo benigno, regularmente es una mácula o pápula pequeña menor de 6 mm, bien circunscrita, con un borde bien definido y una coloración que varía entre beige, rosa a pardo oscuro. Los nevos normales deben estar bien delimitados, ser simétricos y tener un contorno y color uniformes.
Los nevos atípicos son grandes (>6 mm de diámetro) con un borde irregular, mal definido y con pigmentación heterogénea; sólo deben extirparse si se sospecha que son melanomas.
Los nevos azules son lesiones pequeñas, un poco elevadas, de color negro azuloso que aparecen casi siempre en el dorso de las manos; estas lesiones pueden considerarse benignas.
Las pápulas y nódulos de color azuloso-negruzco nuevos o que aumentan de tamaño, deben valorarse para descartar un melanoma nodular.
Las pecas o efélides y los lentigos son manchas pardas planas por lo general de 3 a 5 mm de diámetro. Las pecas aparecen por primera vez en preescolares, se oscurecen con la exposición a la luz ultravioleta y palidecen cuando cesa la exposición al sol. Su aparición depende de factores genéticos.
Los lentigos aparecen en adultos de forma gradual en áreas expuestas a la luz solar, particularmente el dorso de manos, mitad superior del dorso y del tórax, comienzan entre el cuarto y el quinto decenio de la vida, y su aparición se vincula con el fotoenvejecimiento y el uso de estrógeno y progesterona.
En las pecas se debe valorar la pigmentación, si es homogénea; la simetría; y si son planas, se trata de lesiones benignas.
La queratosis seborreica son pápulas y placas benignas, de color beige a pardo o incluso negras, de 3 a 20 mm de diámetro, con una superficie aterciopelada o verrugosa. Son frecuentes en ancianos.