Medicina en la edad media

Durante la Edad Media, la medicina y la cirugía experimentaron un período de estancamiento y oscurantismo, en gran parte debido a las influencias religiosas y la visión teocéntrica del mundo que predominaba en esa época. La Iglesia Católica tenía un papel central en la sociedad medieval y ejercía una gran influencia en todos los aspectos de la vida, incluida la medicina.
La teología cristiana medieval consideraba que todas las cosas, incluyendo la salud y la enfermedad, eran controladas por la voluntad divina de Dios. Según esta perspectiva, las enfermedades y las curaciones eran interpretadas como manifestaciones de la voluntad de Dios y se atribuían a causas sobrenaturales o castigos divinos. Se creía que las enfermedades eran consecuencias del pecado o que Dios las enviaba como pruebas o castigos.
Esta visión teológica tuvo un impacto significativo en la forma en que se abordaba la medicina y la cirugía durante la Edad Media. Se consideraba que el tratamiento de las enfermedades y las intervenciones quirúrgicas interferían con la voluntad divina, por lo que se priorizaba la oración, la penitencia y la intervención divina a través de rituales religiosos. Los remedios naturales y las prácticas médicas se veían con escepticismo y se consideraban inferiores o incluso heréticas.
La enseñanza y el estudio de la medicina también se vieron afectados por estas creencias religiosas. La mayoría de las universidades medievales estaban bajo la influencia de la Iglesia y se enseñaba una medicina basada en los escritos de antiguos médicos como Galeno y Hipócrates, cuyas ideas no habían evolucionado significativamente. La experimentación y la observación directa del cuerpo humano eran desalentadas, y en su lugar se priorizaban los textos antiguos y las interpretaciones teológicas.
Además, la profesión médica estaba controlada por gremios y corporaciones que se aferraban a tradiciones y conocimientos establecidos, lo que dificultaba la innovación y el avance científico. El acceso a la educación médica era limitado y estaba restringido a aquellos que podían pagar los altos costos de la formación, lo que contribuía a mantener el estancamiento en el conocimiento médico.
No obstante, es importante tener en cuenta que no todo el conocimiento médico se vio completamente estancado durante este período. Algunos monasterios y centros académicos preservaron y copiaron textos antiguos, y se realizaron avances limitados en ciertos aspectos de la medicina, como la botánica y la farmacología.
No fue hasta el Renacimiento, con el resurgimiento de la ciencia y el humanismo, que la medicina comenzó a liberarse de las restricciones religiosas y se produjo una revolución en el pensamiento médico. Grandes médicos y científicos como Andreas Vesalio y Paracelso desafiaron las ideas medievales y sentaron las bases para una medicina basada en la observación, la experimentación y la búsqueda de explicaciones naturales de las enfermedades.