Los medicamentos pueden inducir una amplia variedad de movimientos anormales, que van desde temblores hasta síndromes complejos como el parkinsonismo, la acatisia, la distonía aguda, la corea, el mioclono y las discinesias o distonías tardías. Estos trastornos del movimiento inducidos por medicamentos surgen debido a los efectos de los fármacos sobre el sistema nervioso central (SNC), donde interactúan con los sistemas de neurotransmisores, particularmente aquellos involucrados en la dopamina, serotonina y otras moléculas clave de señalización. La fisiopatología subyacente de estas condiciones es compleja y varía según el tipo de medicamento involucrado, los receptores específicos afectados y la duración de la exposición.
Una de las formas más comunes de trastorno del movimiento inducido por medicamentos es el temblor, que generalmente tiene una naturaleza postural. Se caracteriza por una baja amplitud pero una alta frecuencia de sacudidas rítmicas, que suelen observarse cuando una persona mantiene una posición contra la gravedad, como cuando extiende los brazos. Los medicamentos que pueden inducir temblores incluyen agonistas beta-2-adrenérgicos, simpatomiméticos, agentes serotonérgicos, glucocorticoides, hormona tiroidea, medicamentos anticonvulsivos, antiarrítmicos, antipsicóticos, quimioterapéuticos, inmunosupresores y agentes hipoglucemiantes. Otras sustancias, como litio, cafeína y teofilina, también pueden causar temblores. El temblor inducido por estos agentes generalmente desaparece con la suspensión del medicamento ofensivo.
El parkinsonismo inducido por medicamentos es otro trastorno del movimiento que se asemeja a la enfermedad de Parkinson idiopática, pero con características distintas. Esta condición típicamente se presenta de manera bilateral al inicio y, a menudo, se caracteriza por la ausencia de temblor, o por un temblor muy leve, a diferencia del prominente temblor observado en la enfermedad de Parkinson. Además, el parkinsonismo inducido por medicamentos responde mal a la levodopa, un medicamento comúnmente utilizado para tratar la enfermedad de Parkinson. Los agentes causantes de esta condición suelen ser los medicamentos antidopaminérgicos, como los antipsicóticos típicos y atípicos, antieméticos y agentes que depletan los monoaminas en el sistema nervioso central. Otros medicamentos, como los agentes serotonérgicos, bloqueadores de los canales de calcio y el litio, también pueden contribuir al parkinsonismo. A diferencia de la enfermedad de Parkinson idiopática, el parkinsonismo inducido por medicamentos generalmente desaparece lentamente tras la discontinuación del medicamento ofensivo, y la recuperación completa puede tardar varios meses.
La corea, que se caracteriza por movimientos involuntarios, irregulares y rápidos, puede desarrollarse en pacientes que reciben medicamentos antidopaminérgicos (incluidos los antipsicóticos típicos y atípicos y los antieméticos), levodopa, agonistas dopaminérgicos, medicamentos anticolinérgicos, ciertos medicamentos anticonvulsivos, litio, anfetaminaso anticonceptivos orales. El mecanismo subyacente a menudo involucra la alteración de las vías dopaminérgicas y colinérgicas en el cerebro, lo que resulta en los característicos movimientos irregulares y rápidos.
La distonía aguda, marcada por contracciones musculares sostenidas que conducen a posturas anormales, es otro trastorno del movimiento inducido por medicamentos. Puede ser provocada por medicamentos antidopaminérgicos, como fenotiazinas, butirofenonas y metoclopramida, así como por medicamentos dopaminérgicos, como levodopa y bromocriptina. Además, los agentes serotonérgicos, fenitoína, carbamazepina y litio también pueden inducir reacciones distónicas. La distonía aguda a menudo ocurre rápidamente, dentro de horas de tomar el medicamento ofensivo, y puede causar molestias significativas.
El manejo de los trastornos del movimiento inducidos por medicamentos generalmente implica la suspensión del medicamento ofensivo. En la mayoría de los casos, esto conduce a la resolución de los síntomas, aunque el parkinsonismo puede persistir durante meses. Se dispone de tratamientos específicos para los casos graves de distonía aguda y acatisia (inquietud motora). Para la distonía aguda y la acatisia, el tratamiento habitual incluye benztropina intravenosa o intramuscular o difenhidramina como tratamiento eficaz. El parkinsonismo inducido por medicamentos puede manejarse con benztropina oral, que actúa como un agente anticolinérgico, ayudando a equilibrar la actividad dopaminérgica y colinérgica en el SNC. En casos de discinesia tardía, una condición más crónica asociada con el uso prolongado de medicamentos antipsicóticos, las opciones de tratamiento incluyen deutetrabenazina o valbenazina, que son inhibidores del transportador vesicular de monoamina 2 que ayudan a reducir los movimientos anormales modulando la transmisión dopaminérgica.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.