Problemas psiquiátricos asociados con la hospitalización y la enfermedad

Problemas psiquiátricos asociados con la hospitalización y la enfermedad
Problemas psiquiátricos asociados con la hospitalización y la enfermedad

Los problemas psiquiátricos asociados con la hospitalización y la enfermedad son un tema de gran importancia en la salud mental y la atención médica en general. La relación entre la enfermedad física y los trastornos psiquiátricos es compleja y multifacética, y entenderla es crucial para proporcionar una atención integral y efectiva a los pacientes.

Es importante reconocer que la enfermedad física y los trastornos psiquiátricos pueden influenciarse mutuamente de diversas maneras. Por ejemplo, la presencia de una enfermedad médica grave puede aumentar el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos, como la depresión o la ansiedad. Esto puede deberse a factores como el estrés asociado con la enfermedad, el dolor crónico, los cambios en la función cerebral debido a la enfermedad o los efectos secundarios de los medicamentos utilizados en el tratamiento.

Por otro lado, los trastornos psiquiátricos también pueden afectar la salud física de una persona y su capacidad para hacer frente a una enfermedad. Por ejemplo, la depresión puede disminuir la motivación para participar en el tratamiento médico, llevar a hábitos de vida poco saludables como el abuso de sustancias o interferir con la adherencia al tratamiento. Del mismo modo, la ansiedad puede exacerbar los síntomas físicos de una enfermedad o dificultar la comunicación efectiva con los proveedores de atención médica.

La hospitalización añade otra capa de complejidad a esta relación. La hospitalización puede ser estresante y disruptiva, especialmente para aquellos que ya están lidiando con una enfermedad médica grave. El entorno hospitalario, con su rutina estructurada, cambios en la autonomía y la intimidad, y la exposición a procedimientos médicos invasivos, puede desencadenar o exacerbar problemas psiquiátricos existentes.

Además, la hospitalización puede implicar la administración de medicamentos nuevos o ajustes en la medicación existente, lo que puede tener implicaciones para la salud mental. Algunos medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades médicas pueden tener efectos secundarios psiquiátricos, como la depresión, la ansiedad o la confusión. También puede haber interacciones entre los medicamentos psiquiátricos y los utilizados para tratar la enfermedad física, lo que requiere una supervisión cuidadosa por parte del equipo médico.

La falta de apoyo social y la sensación de aislamiento durante la hospitalización también pueden contribuir a problemas psiquiátricos. La separación de familiares y amigos, la pérdida de roles sociales y la incertidumbre sobre el futuro pueden aumentar la angustia emocional y el riesgo de desarrollar trastornos psiquiátricos.

Categorias diagnósticas
Categoría Problemas
Problemas agudos 1. Delirio con características psicóticas secundarias al problema médico o quirúrgico o agravado por el efecto del tratamiento.

2. Ansiedad aguda, a menudo relacionada con la ignorancia y el miedo al problema inmediato, así como con la incertidumbre sobre el futuro.

3. La ansiedad como aspecto intrínseco del problema médico (por ejemplo, hipertiroidismo).

4. Negación de la enfermedad, que puede presentarse durante las fases agudas o intermedias de la enfermedad.

Problemas intermedios 1. La depresión en función de la enfermedad o la aceptación de la enfermedad, a menudo asociada con una desesperanza realista o fantaseada sobre el futuro.

2. Problemas de comportamiento, a menudo relacionados con la negación de la enfermedad y, en casos extremos, que hacen que el paciente salga del hospital en contra del consejo médico.

Problemas de recuperación 1. Disminuir la cooperación a medida que el paciente ve que la mejora y el cumplimiento no son obligados.

2. Problemas de reajuste con la familia, el trabajo y la sociedad.

  • Delirio con características psicóticas secundarias al problema médico o quirúrgico o agravado por el efecto del tratamiento:
    • Factores médicos y quirúrgicos: El delirio agudo puede ser desencadenado por condiciones médicas subyacentes, como infecciones, desequilibrios metabólicos, intoxicaciones, traumatismos cerebrales o enfermedades neurológicas. Las intervenciones quirúrgicas también pueden contribuir al desarrollo del delirio.
    • Factores farmacológicos: Algunos medicamentos utilizados en el tratamiento de enfermedades médicas pueden causar delirio como efecto secundario. Esto puede incluir medicamentos sedantes, analgésicos potentes, anticolinérgicos y corticosteroides.
    • Estrés del entorno hospitalario: El estrés asociado con la hospitalización, incluidos los ruidos, las interrupciones en el sueño y la pérdida de familiaridad, puede desencadenar o agravar el delirio en pacientes vulnerables.
  • Ansiedad aguda, a menudo relacionada con la ignorancia y el miedo al problema inmediato, así como con la incertidumbre sobre el futuro:
    • Incertidumbre y desconocimiento: La falta de información sobre el diagnóstico, el pronóstico y los procedimientos médicos puede generar ansiedad en los pacientes hospitalizados. La incertidumbre sobre lo que les espera y cómo afectará su vida futura puede aumentar esta ansiedad.
    • Miedo a lo desconocido: Los pacientes pueden experimentar ansiedad debido al temor a los procedimientos médicos, al dolor, a las posibles complicaciones o a la pérdida de control sobre su propia salud.
    • Aislamiento y separación: La separación de sus seres queridos y el aislamiento social en el entorno hospitalario pueden aumentar la sensación de ansiedad en los pacientes.
  • La ansiedad como aspecto intrínseco del problema médico:
    • Hipertiroidismo: Algunas enfermedades médicas, como el hipertiroidismo, pueden causar directamente síntomas de ansiedad debido a los efectos fisiológicos de la enfermedad en el cuerpo. El exceso de hormonas tiroideas puede aumentar la frecuencia cardíaca, causar temblores, sudoración y sensación de nerviosismo.
  • Negación de la enfermedad, que puede presentarse durante las fases agudas o intermedias de la enfermedad:
    • Mecanismos de defensa: La negación puede ser un mecanismo de defensa psicológica utilizado por los pacientes para protegerse del impacto emocional de la enfermedad. Pueden tener dificultades para aceptar la gravedad de su situación o para enfrentar la realidad de su diagnóstico.
    • Miedo a la enfermedad y al tratamiento: La negación puede surgir como resultado del miedo a la enfermedad y a los tratamientos asociados. Los pacientes pueden tener dificultades para aceptar la necesidad de intervenciones médicas invasivas o prolongadas.
    • Impacto en el cumplimiento del tratamiento: La negación puede afectar el cumplimiento del tratamiento y la participación en la rehabilitación, lo que puede complicar la recuperación del paciente.
  • Depresión en función de la enfermedad o la aceptación de la enfermedad:
    • Impacto de la enfermedad: La presencia de una enfermedad grave o crónica puede desencadenar sentimientos de tristeza, desesperanza y desesperación en los pacientes. Esto puede deberse a la alteración en la calidad de vida, la pérdida de autonomía y la incertidumbre sobre el futuro.
    • Aceptación de la enfermedad: Los pacientes pueden experimentar dificultades para aceptar su condición médica, especialmente si implica cambios significativos en su vida cotidiana, pérdida de funciones o limitaciones físicas. La aceptación puede llevar tiempo y esfuerzo, y algunos pacientes pueden luchar con sentimientos de negación o resistencia.
    • Desesperanza realista o fantaseada sobre el futuro: La depresión en pacientes hospitalizados puede estar asociada con una sensación de desesperanza sobre su situación actual y el futuro. Esto puede ser una respuesta realista a los desafíos que enfrentan o puede ser una percepción distorsionada basada en temores o preocupaciones infundadas.
  • Problemas de comportamiento relacionados con la negación de la enfermedad:
    • Negación de la enfermedad: Al igual que en los problemas agudos, la negación de la enfermedad puede persistir en etapas intermedias de la hospitalización. Los pacientes pueden resistirse a aceptar su diagnóstico o las recomendaciones de tratamiento, lo que puede interferir con su capacidad para recibir atención médica adecuada.
    • Estrategias de afrontamiento inadecuadas: Algunos pacientes pueden recurrir a comportamientos maladaptativos, como la negación activa, la evasión de la realidad o la búsqueda de formas poco saludables de afrontar el estrés asociado con la enfermedad. Esto puede manifestarse en comportamientos desafiantes o de búsqueda de atención.
    • Abandono del tratamiento o del hospital: En casos extremos, los pacientes pueden decidir abandonar el tratamiento o incluso el hospital en contra del consejo médico. Esto puede ser impulsado por la negación de la gravedad de su enfermedad, el deseo de evitar procedimientos médicos invasivos o la búsqueda de un entorno más familiar y confortable.
  • Disminuir la cooperación a medida que el paciente ve que la mejora y el cumplimiento no son obligados:
    • Percepción de mejora insuficiente: A medida que los pacientes avanzan en su recuperación, es posible que no perciban mejoras significativas en su estado de salud o funcionalidad. Esto puede llevar a la desmotivación y la pérdida de interés en seguir con el tratamiento o las recomendaciones médicas.
    • Falta de incentivos o refuerzos positivos: Si los pacientes no reciben retroalimentación positiva o reconocimiento por sus esfuerzos en el tratamiento, pueden sentir que no hay una razón real para seguir cooperando.
    • Sensación de falta de control: Los pacientes pueden sentirse desanimados si perciben que no tienen control sobre su recuperación o si sienten que las decisiones médicas se toman sin considerar sus preferencias o necesidades.
  • Problemas de reajuste con la familia, el trabajo y la sociedad:
    • Cambios en las relaciones familiares: La enfermedad y la hospitalización pueden afectar las dinámicas familiares, causando estrés, conflicto o cambios en los roles y responsabilidades. La reintegración en la familia puede requerir tiempo y esfuerzo para restablecer la comunicación, la confianza y el apoyo mutuo.
    • Impacto en el empleo y la carrera: La hospitalización y la enfermedad pueden interrumpir la vida laboral de los pacientes, lo que puede resultar en pérdida de empleo, ausencias prolongadas o cambios en las responsabilidades laborales. La reintegración en el trabajo puede requerir adaptaciones razonables, apoyo de los empleadores y rehabilitación vocacional.
    • Reintegración social: Después de la hospitalización, los pacientes pueden enfrentar desafíos para reintegrarse en la sociedad, incluyendo estigmatización, limitaciones físicas o emocionales y dificultades para retomar actividades sociales o recreativas.

 

 

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