Los trastornos endocrinos son comunes en la enfermedad renal crónica, y el hipotiroidismo es uno de los más prevalentes en estos pacientes. La relación entre el hipotiroidismo y la insuficiencia renal crónica se debe a la afectación del eje hipotálamo-hipófisis-tiroides que se observa en muchos individuos con deterioro renal. La acumulación de toxinas urémicas en el cuerpo puede interferir con la producción y conversión de las hormonas tiroideas, lo que da lugar a una disminución de la actividad tiroidea. Los pacientes con insuficiencia renal crónica pueden presentar síntomas clásicos de hipotiroidismo, como fatiga, aumento de peso, piel seca y sensibilidad al frío, lo que puede complicar aún más su cuadro clínico.
En los hombres con enfermedad renal crónica avanzada, las alteraciones endocrinas también pueden manifestarse a través de una disminución de la libido y disfunción eréctil. Estas alteraciones sexuales están vinculadas no solo a la acumulación de productos urémicos, sino también a la disfunción hormonal que afecta la producción de testosterona y otros factores que regulan la función sexual. La hipogonadismo secundario y las alteraciones en los niveles de prolactina pueden contribuir a estos síntomas, lo que impacta significativamente en la calidad de vida de los pacientes.
En las mujeres con enfermedad renal crónica, las alteraciones hormonales pueden llevar a trastornos menstruales y ciclos anovulatorios. La disfunción de los ovarios y la alteración en la secreción de hormonas reproductivas, como la progesterona y los estrógenos, son factores que contribuyen a estos problemas. Las mujeres con insuficiencia renal crónica pueden experimentar ciclos menstruales irregulares, y la ovulación puede volverse infrecuente o completamente ausente, lo que afecta su fertilidad.
En el embarazo, la enfermedad renal crónica plantea riesgos adicionales tanto para la madre como para el feto. Un nivel de creatinina sérica superior a 1.4 mg/dL en mujeres embarazadas se asocia con un progresivo deterioro de la función renal y un mayor riesgo de complicaciones, como preeclampsia y parto prematuro. Estos riesgos son consecuencia de la sobrecarga renal que experimentan las mujeres con insuficiencia renal, ya que los riñones comprometidos no pueden adaptarse adecuadamente a las demandas fisiológicas del embarazo. Sin embargo, en mujeres con niveles de creatinina inferiores a 1.4 mg/dL, el riesgo de complicaciones del embarazo no está significativamente elevado. En estos casos, los resultados del embarazo, como la supervivencia fetal, no suelen verse comprometidos, a menos que la insuficiencia renal esté avanzada o empeore durante el curso del embarazo.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Mahmoud T et al. The Interplay between nutrition, metabolic, and endocrine disorders in chronic kidney disease. Semin Nephrol. 2021;41:180. [PMID: 34140096]
- Rao A et al. Pregnancy in chronic kidney disease: acute kidney injury in pregnant women and management of chronic kidney disease in the pregnant patient. Med Clin North Am. 2023;107:717. [PMID: 37258009]