Tumores de las glándulas salivales

Tumores de las glándulas salivales
Tumores de las glándulas salivales

Los tumores de glándulas salivales son neoplasias que pueden presentarse en las glándulas parótidas, submandibulares y glándulas salivales menores. La prevalencia de malignidad en estos tumores varía según la ubicación de la glándula afectada.

En primer lugar, la glándula parótida es el sitio más común de tumores de glándulas salivales, representando aproximadamente el 80% de los casos. En adultos, la mayoría de estos tumores parotídeos (aproximadamente el 80%) son benignos. Sin embargo, es importante destacar que la posibilidad de malignidad aumenta con el tamaño de la masa presente en la glándula. Esto significa que los tumores mayores en la glándula parótida tienen una mayor probabilidad de ser malignos en comparación con los más pequeños.

En el caso de los tumores localizados en el triángulo submandibular, existe una complicación diagnóstica adicional. Aquí, a veces es difícil distinguir un tumor primario de la glándula submandibular de un ganglio metastásico en el espacio submandibular. Esta dificultad se debe a la cercanía anatómica de los ganglios linfáticos y la glándula submandibular misma. Solo alrededor del 50-60% de los tumores primarios de la glándula submandibular son benignos, lo que subraya la necesidad de evaluaciones precisas y completas para establecer un diagnóstico adecuado.

Por otro lado, los tumores de las glándulas salivales menores, aunque menos frecuentes que los de la parótida y submandibulares, presentan un perfil diferente. Estos tumores tienen una mayor probabilidad de ser malignos en comparación con los de la glándula parótida. El carcinoma adenoidocístico es el tipo predominante en este grupo y puede encontrarse en diversas ubicaciones dentro de la cavidad oral y la orofaringe.

 

Manifestaciones Clínicas

Los tumores parotídeos suelen manifestarse inicialmente como una masa indolora y generalmente asintomática en la región superficial de la glándula parótida. La detección de esta masa a menudo ocurre después de que el paciente ha notado su presencia durante varios meses o incluso años, debido a su crecimiento lento y gradual.

Un aspecto crítico en la evaluación de estos tumores es la afectación del nervio facial, ya que puede ser indicativo de malignidad. La presencia de síntomas relacionados con el nervio facial, como debilidad facial o parálisis, es una señal de alarma que sugiere la posibilidad de un tumor maligno. Los tumores parotídeos pueden involucrar el nervio facial de varias maneras: algunos se extienden profundamente hacia el plano del nervio facial, mientras que otros pueden originarse en el espacio parafaríngeo, afectando el nervio de manera directa o indirecta.

Cuando un tumor parotídeo crece hacia el espacio parafaríngeo, puede causar síntomas visibles durante el examen intraoral. Un hallazgo característico en estos casos es la desviación medial del paladar blando. Esta desviación se debe a la presión ejercida por el tumor sobre las estructuras vecinas, incluyendo el paladar blando, lo cual es detectable durante la evaluación clínica.

 

Exámenes complementarios

Cuando se enfrenta a un paciente con una masa en la glándula salival, especialmente si es asintomática, es crucial obtener un diagnóstico preciso para guiar el tratamiento adecuado. Las resonancias magnéticas (MRI) y las tomografías computarizadas (CT) han reemplazado ampliamente a métodos más invasivos como la sialografía para evaluar la extensión de los tumores de glándulas salivales. La MRI mejorada ha demostrado ser particularmente útil para distinguir entre diferentes tipos de tumores salivales, como los tumores de Warthin, adenomas pleomórficos y tumores malignos.

Cuando se debate si proceder directamente con una parotidectomía o una extirpación de la glándula submandibular, o realizar una biopsia por aspiración con aguja fina (FNA), se deben considerar varios factores. La precisión de la FNA para detectar malignidad es alta en general, pero los resultados pueden variar entre instituciones y operadores. Una FNA negativa podría sugerir una menor probabilidad de malignidad y puede influir en la decisión de evitar una cirugía mayor, especialmente en pacientes con condiciones médicas subyacentes que puedan complicar la intervención quirúrgica.

La salud general del paciente juega un papel crucial en la elección del enfoque inicial. En casos donde la masa podría ser el resultado de una enfermedad inflamatoria como la sialadenitis crónica, la FNA puede proporcionar información valiosa para diferenciar entre causas benignas e inflamatorias frente a neoplásicas.

 

Tratamiento

En el manejo de los tumores de glándulas salivales, la decisión sobre el tratamiento se basa en varios factores clave, como el tipo de tumor, su tamaño, grado de malignidad, ubicación y la presencia o ausencia de recurrencia. Aquí se explica detalladamente por qué se toman ciertas decisiones terapéuticas en diferentes escenarios:

  • Extirpación en casos no recurrentes y directos:
    • Cuando se diagnostica un tumor de glándula salival que es no recurrente y que se puede abordar directamente mediante cirugía, generalmente se indica la extirpación quirúrgica. Esto se debe a que la cirugía ofrece la mejor oportunidad de eliminar completamente el tumor y proporciona material para un diagnóstico patológico definitivo.
    • La extirpación quirúrgica es particularmente importante en tumores benignos y pequeños de bajo grado maligno, donde la eliminación completa del tumor puede ser curativa y no se necesita tratamiento adicional.
  • Tratamiento adicional para cánceres mayores y de alto grado:
    • En casos de cánceres mayores y de alto grado, donde existe un mayor riesgo de recurrencia o metástasis, la extirpación quirúrgica puede ser seguida de radioterapia postoperatoria. La irradiación postoperatoria tiene como objetivo eliminar células tumorales residuales que podrían haber quedado después de la cirugía, reduciendo así el riesgo de recurrencia local.
    • La decisión de administrar radioterapia depende del tamaño del tumor, la extensión local, la implicación de estructuras vecinas y otros factores de riesgo que sugieran un mayor potencial de propagación o recurrencia.
  • Consideraciones sobre tumores benignos y pequeños:
    • En los tumores benignos y pequeños de bajo grado maligno, la cirugía puede ser suficiente como tratamiento definitivo si se logra una resección completa. Estos tumores tienen una baja probabilidad de recurrencia y no suelen requerir tratamientos adicionales como la radioterapia.

 

 

 

 

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