Bloqueadores de receptores de angiotensina II en hipertensión arterial
Bloqueadores de receptores de angiotensina II en hipertensión arterial

Bloqueadores de receptores de angiotensina II en hipertensión arterial

Los bloqueadores de receptores de angiotensina II, comúnmente conocidos como ARB, representan un grupo de medicamentos ampliamente utilizados en el tratamiento de la hipertensión arterial. Estos fármacos actúan inhibiendo los efectos de la angiotensina II, un potente vasoconstrictor que desempeña un papel crucial en la regulación de la presión arterial. La acción de los ARB se traduce en la dilatación de los vasos sanguíneos y una reducción de la resistencia vascular periférica, lo que resulta en una disminución de la presión arterial.

1. Azilsartan (Edarbi)

  • Dosis Oral Inicial: 40 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 40–80 mg una vez al día

2. Azilsartan y Chlorthalidona (Edarbychlor)

  • Dosis Oral Inicial: 40 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 40 mg/12.5–40 mg/25 mg una vez al día

3. Candesartan Cilexetil (Atacand)

  • Dosis Oral Inicial: 8 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 8–32 mg una vez al día

4. Candesartan Cilexetil y Hidroclorotiazida (Atacand HCT)

  • Dosis Oral Inicial: 16 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 32 mg/12.5 mg una vez al día

5. Eprosartan (Teveten)

  • Dosis Oral Inicial: 600 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 400–800 mg en 1–2 dosis

6. Irbesartan (Avapro)

  • Dosis Oral Inicial: 150 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 150–300 mg una vez al día

7. Irbesartan y Hidroclorotiazida (Avalide)

  • Dosis Oral Inicial: 150 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 150 mg/12.5 mg–300 mg/25 mg una vez al día

8. Losartan y Hidroclorotiazida (Hyzaar)

  • Dosis Oral Inicial: 50 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 50 mg/12.5 mg–100 mg/25 mg una vez al día

9. Olmesartan (Benicar)

  • Dosis Oral Inicial: 20 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 20–40 mg una vez al día

10. Olmesartan y Hidroclorotiazida (Benicar HCT)

  • Dosis Oral Inicial: 20 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 20 mg/12.5 mg–40 mg/25 mg una vez al día

11. Olmesartan y Amlodipina (Azor)

  • Dosis Oral Inicial: 20 mg/5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 20 mg/5 mg–40 mg/10 mg una vez al día

12. Olmesartan, Amlodipina y Hidroclorotiazida (Tribenzor)

  • Dosis Oral Inicial: 20 mg/5 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 20 mg/5 mg/12.5 mg–40 mg/10 mg/25 mg una vez al día

13. Telmisartan (Micardis)

  • Dosis Oral Inicial: 20–40 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 20–80 mg una vez al día

14. Telmisartan y Hidroclorotiazida (Micardis HCT)

  • Dosis Oral Inicial: 40 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 40 mg/12.5 mg–80 mg/25 mg una vez al día

15. Telmisartan y Amlodipina (Twynsta)

  • Dosis Oral Inicial: 40 mg/5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 40 mg/5 mg–80 mg/10 mg una vez al día

16. Valsartan (Diovan)

  • Dosis Oral Inicial: 80 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 80–320 mg una vez al día

17. Valsartan y Hidroclorotiazida (Diovan HCT)

  • Dosis Oral Inicial: 80 mg/12.5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 80 mg/12.5 mg–320 mg/25 mg una vez al día

18. Valsartan y Amlodipina (Exforge)

  • Dosis Oral Inicial: 160 mg/5 mg una vez al día
  • Rango de Dosis: 160 mg/5 mg–320 mg/10 mg una vez al día

Los beneficios de los ARB no se limitan a la reducción de la presión arterial. Varios estudios han demostrado que estos medicamentos pueden mejorar los resultados cardiovasculares en pacientes hipertensos, así como en aquellos con insuficiencia cardíaca y diabetes tipo 2, especialmente en presencia de nefropatía. El impacto positivo de los ARB en la salud cardiovascular se debe a sus propiedades beneficiosas más allá de la mera disminución de la presión arterial. Por ejemplo, la evidencia sugiere que los ARB pueden reducir la incidencia de eventos cardiovasculares adversos, tales como accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, así como la mortalidad en poblaciones de riesgo.

Dentro del grupo de los ARB, existe una heterogeneidad en la potencia antihipertensiva y en la duración de acción de los diferentes fármacos. Este fenómeno puede contribuir a la variabilidad en los resultados clínicos observados en diferentes poblaciones de pacientes. El estudio LIFE, que involucró a casi 9000 pacientes con hipertensión y evidencia electrocardiográfica de hipertrofia ventricular izquierda, es uno de los ensayos más destacados. Este estudio comparó el losartán, un ARB, con el betabloqueante atenolol como terapia inicial. Los resultados mostraron una reducción significativa en la incidencia de accidentes cerebrovasculares en los pacientes tratados con losartán. Además, en pacientes diabéticos, se observó una disminución en la mortalidad y en la incidencia de infarto de miocardio. Es particularmente relevante mencionar que el tratamiento con losartán también se asoció con una menor aparición de diabetes de nuevo diagnóstico.

Sin embargo, la eficacia de los ARB puede variar según la etnicidad. En un análisis de subgrupos del ensayo LIFE, se observó que el atenolol parecía ser más eficaz que el losartán en pacientes afroamericanos, mientras que el losartán mostró mejores resultados en poblaciones no afroamericanas. Este hallazgo es consistente con otros estudios, como el ensayo ALLHAT, donde se demostró una eficacia reducida de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y de los ARB en comparación con diuréticos y bloqueadores de los canales de calcio en pacientes afroamericanos.

Es importante mencionar que la terapia combinada que incluye un inhibidor de la ECA y un ARB no es recomendable debido al aumento del riesgo de enfermedad renal crónica e hiperpotasemia, sin que se observe un beneficio significativo en comparación con la monoterapia a la dosis máxima. En su lugar, se sugiere considerar la adición de una clase complementaria de antihipertensivos cuando sea necesario, lo que puede optimizar el control de la presión arterial sin incrementar los riesgos asociados a la combinación de dos fármacos del mismo grupo.

Los efectos secundarios de los bloqueadores de receptores de angiotensina II, conocidos como ARB, son un aspecto fundamental a considerar en su uso clínico. A diferencia de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina, estos fármacos tienen una menor incidencia de tos seca, un efecto adverso comúnmente asociado con los inhibidores de la ECA. Esta tos se produce debido a la acumulación de bradicinina, un péptido que se descompone por la enzima convertidora de angiotensina. Como los ARB no afectan la degradación de la bradicinina de la misma manera, la tos es un efecto secundario raro en esta clase de medicamentos.

Asimismo, los ARB presentan una menor probabilidad de provocar erupciones cutáneas o angioedema, reacciones adversas que, aunque poco frecuentes, pueden ocurrir con los inhibidores de la ECA. Esta diferencia en el perfil de efectos secundarios puede ser un factor determinante en la elección del tratamiento en pacientes que experimentan reacciones adversas a los inhibidores de la ECA.

Sin embargo, los ARB no están exentos de efectos secundarios. Un riesgo importante asociado con el uso de estos fármacos es la hiperpotasemia, una condición en la que los niveles de potasio en sangre se elevan a valores peligrosos. Este efecto puede ser especialmente problemático en pacientes con insuficiencia renal o aquellos que reciben otros medicamentos que aumentan el potasio. Además, en individuos con estenosis bilateral de la arteria renal, el uso de ARB puede llevar a una disminución significativa de la presión arterial y a un deterioro de la función renal, dado que la angiotensina II es crucial para la regulación del flujo sanguíneo renal en estas circunstancias.

Un efecto adverso notablemente específico del olmesartán es su asociación con un síndrome que se asemeja a la enfermedad celíaca, conocido como síndrome similar al sprue. Este síndrome se manifiesta con síntomas como dolor abdominal, pérdida de peso y náuseas, los cuales tienden a resolverse tras la interrupción del medicamento. Esta reacción adversa destaca la importancia de la vigilancia clínica en pacientes que inician tratamiento con olmesartán.

En términos de impacto en la salud mental, algunos estudios observacionales han sugerido que tanto los bloqueadores de receptores de angiotensina II como los inhibidores de la ECA tienen una menor asociación con la depresión en comparación con otros grupos de antihipertensivos, como los bloqueadores de los canales de calcio y los betabloqueantes. Esta observación es relevante, ya que la elección del tratamiento antihipertensivo puede influir no solo en el control de la presión arterial, sino también en la calidad de vida general del paciente.

 

 

 

 

 

 

 

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Fuente y lecturas recomendadas:
  1. Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
  2. Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
  3. Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2024. McGraw Hill.
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Originally posted on 24 de octubre de 2024 @ 2:36 AM

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