Carácter objetivo de la cirugía en la era precientífica
En la era precientífica, a pesar de la naturaleza aterradora de la intervención quirúrgica, la cirugía operativa se consideraba un tratamiento fundamental dentro del conjunto de la medicina, aunque de una manera que hoy puede parecer paradójica. Esta aparente contradicción, dada la falta de avances técnicos y científicos de la época, se puede entender al considerar las condiciones que regían la práctica médica de entonces, donde la cirugía, a pesar de sus limitaciones, ofrecía una solución visible y directa a trastornos específicos.
Uno de los aspectos clave que explican la relevancia de la cirugía en la medicina antigua es que los procedimientos quirúrgicos se llevaban a cabo principalmente en casos de afecciones que eran evidentes y observables en la superficie del cuerpo. A diferencia de muchas enfermedades internas o de origen invisible, que no podían ser diagnosticadas de manera tan precisa debido a la falta de conocimientos anatómicos y fisiológicos avanzados, los trastornos quirúrgicos más comunes eran aquellos que presentaban manifestaciones externas claras. Estas patologías incluían abscesos inflamados, huesos fracturados, tumores visibles, heridas graves, extremidades necróticas y dientes afectados por caries. La visibilidad de estos problemas permitía a los cirujanos, o al menos a aquellos que se encargaban de realizar las intervenciones, identificar de manera «objetiva» lo que debía ser tratado.
Este diagnóstico anatómico observable representaba una ventaja considerable para los cirujanos de la época, quienes podían ver y tocar lo que estaba mal y, en muchos casos, aplicar técnicas que se percibían como soluciones directas. Por ejemplo, un forúnculo inflamado o una fractura ósea eran afecciones cuyo tratamiento era evidente y no dependía de conocimientos teóricos complicados. La cirugía no solo se justificaba por la necesidad de corregir un problema observable, sino también por la incapacidad de la medicina de la época para ofrecer alternativas efectivas en muchos otros casos. En situaciones de heridas graves, por ejemplo, la amputación de una extremidad necrótica era la única opción para evitar una infección que pudiera poner en peligro la vida del paciente, a pesar de lo rudimentario y doloroso que resultaba el procedimiento.
El carácter visible de los problemas quirúrgicos brindaba a los hombres que realizaban las intervenciones quirúrgicas una percepción de que su trabajo estaba basado en una solución lógica y directa. Aunque los avances en el conocimiento anatómico y fisiológico eran limitados, los cirujanos actuaban con una especie de razonamiento práctico: si el problema era visible, se podía tratar mediante una intervención directa. La cirugía, entonces, no era vista como una disciplina abstracta o especulativa, sino como una acción concreta para resolver un mal que estaba claramente a la vista. Esta racionalidad aparente, derivada de la observación directa, les otorgaba un estatus dentro de la medicina, a pesar de los enormes riesgos que implicaba cada intervención.
Además, la cirugía en la era precientífica, a pesar de sus limitaciones, desempeñaba un papel esencial en la medicina porque ofrecía una solución tangible para problemas que no podían resolverse de otro modo. En muchos casos, las alternativas médicas no existían o no eran efectivas, lo que hacía que la cirugía fuera una opción inevitable para tratar afecciones graves que amenazaban la vida del paciente. El hecho de que un cirujano pudiera ver y tocar la afección a tratar le confería una sensación de control sobre el proceso, lo que también contribuía a que la cirugía se considerara una práctica médica valiosa, a pesar de los riesgos y de la falta de comprensión de las causas subyacentes de muchas enfermedades.
El tipo de cirugía practicada en este contexto, aunque a menudo rudimentario y peligroso, se llevaba a cabo de manera que se ajustaba a los conocimientos limitados de la época y a las herramientas disponibles. Los procedimientos quirúrgicos eran realizados con una relativa confianza en que al eliminar o corregir el problema observable en la superficie del cuerpo, se podría evitar la propagación de la enfermedad o incluso salvar la vida del paciente. En este sentido, la cirugía operativa no solo era importante desde una perspectiva práctica, sino también desde una visión filosófica, ya que ofrecía una forma de intervención activa y directa frente a las enfermedades que afectaban visiblemente al cuerpo humano.
Fuente y lecturas recomendadas:
- Townsend, C. M., Beauchamp, R. D., Evers, B. M., & Mattox, K. L. (2022). Sabiston. Tratado de cirugía. Fundamentos biológicos de la práctica quirúrgica moderna (21.ª ed.). Elsevier España.
- Brunicardi F, & Andersen D.K., & Billiar T.R., & Dunn D.L., & Kao L.S., & Hunter J.G., & Matthews J.B., & Pollock R.E.(2020), Schwartz. Principios de Cirugía, (11e.). McGraw-Hill Education.