Características de la dermatitis por contacto

En la dermatitis alérgica por contacto, se observan características distintivas en las diferentes fases de la enfermedad. En la fase aguda, que es la etapa inicial de la reacción alérgica, se producen lesiones características en la piel. Estas lesiones suelen manifestarse como vesículas muy pequeñas (ampollas) que contienen líquido y se rompen fácilmente, lo que provoca exudación y formación de costras en la superficie de la piel. Esta fase aguda se caracteriza por una intensa inflamación y humedad en la piel afectada.
Los síntomas asociados a esta fase aguda incluyen prurito intenso (picazón), ardor y dolor en la zona afectada. La piel puede estar caliente y tumefacta debido a la inflamación localizada. El prurito puede ser tan intenso que puede interferir con las actividades diarias y afectar la calidad de vida del individuo.
A medida que la dermatitis alérgica por contacto progresa y entra en la fase crónica o de curación, las lesiones cutáneas evolucionan. Se observa descamación de la piel afectada, lo que significa que la piel se vuelve escamosa y seca. También persiste el eritema (enrojecimiento) en la zona afectada. En algunos casos, puede haber engrosamiento de la piel debido a la respuesta inflamatoria prolongada.
El patrón y la distribución de las lesiones también pueden proporcionar información diagnóstica. En la dermatitis alérgica por contacto, las lesiones suelen aparecer en áreas expuestas de la piel o en patrones asimétricos caprichosos. Se pueden observar máculas eritematosas (manchas rojas), pápulas (lesiones elevadas) y vesículas. La zona afectada puede presentar calor, hinchazón, exudación y formación de costras, lo que puede dar la apariencia de una infección cutánea. A veces, la dermatitis alérgica por contacto puede complicarse con una infección secundaria debido a la ruptura de la piel y la presencia de humedad.
La localización de las lesiones también puede brindar pistas sobre la causa de la dermatitis. Por ejemplo, la afectación del cuero cabelludo sugiere la exposición a tintes para el cabello o champús. La afectación de la cara puede estar relacionada con el uso de cremas, cosméticos, jabones o materiales para el afeitado. La afectación del cuello puede estar asociada con el uso de joyas que contienen níquel o tintes para el cabello.