Tratamiento de la dermatitis atópica moderada a severa

Tratamiento de la dermatitis atópica moderada a severa
Tratamiento de la dermatitis atópica moderada a severa

La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel caracterizada por la aparición de placas rojas y escamosas en distintas áreas del cuerpo. La gravedad de la psoriasis puede variar, y cuando afecta a más del 30% de la superficie del cuerpo, se considera una forma grave y difícil de tratar con medicamentos tópicos, es decir, aquellos que se aplican directamente sobre la piel en forma de cremas, lociones o ungüentos. En estos casos, se requiere la intervención de un dermatólogo, un médico especializado en enfermedades de la piel, para considerar terapias sistémicas, es decir, tratamientos que afectan a todo el cuerpo, como los medicamentos orales o las terapias de luz.

Una opción de tratamiento comúnmente utilizada para la psoriasis es la terapia con luz ultravioleta B de banda estrecha (NB-UVB), que implica la exposición de la piel a una luz especial durante sesiones ambulatorias realizadas tres veces por semana. Esta terapia suele producir mejoras significativas en la piel en un promedio de siete semanas, aunque puede ser necesario mantener el tratamiento para evitar recaídas.

La psoriasis también puede afectar las articulaciones, causando una condición conocida como artritis psoriásica. El manejo de esta complicación puede requerir tratamientos diferentes y puede ser beneficioso trabajar en colaboración con un reumatólogo, especialista en enfermedades articulares, o con un dermatólogo, dependiendo de la presentación clínica.

Entre los medicamentos utilizados para tratar la psoriasis grave se encuentra el metotrexato, que se administra en dosis de hasta 25 mg una vez a la semana, según los protocolos médicos establecidos. El metotrexato es efectivo para controlar los síntomas de la psoriasis, pero su uso a largo plazo puede causar efectos secundarios graves, como la cirrosis hepática. Por esta razón, después de alcanzar una dosis acumulada específica, generalmente entre 3,5 y 4 gramos, se recomienda que el paciente sea remitido a un hepatólogo para su evaluación y seguimiento.

Para reducir los efectos secundarios gastrointestinales del metotrexato, como las náuseas, se puede administrar ácido fólico en dosis de 1 a 2 mg al día. Esto puede ayudar a mejorar la tolerancia al medicamento sin comprometer su eficacia en el tratamiento de la psoriasis.

La acitretina es un retinoide sintético que se utiliza especialmente en el tratamiento de la psoriasis pustular, una variante de la psoriasis caracterizada por la presencia de pústulas en la piel. Se administra por vía oral en dosis de 0,5 a 0,75 mg por kilogramo de peso corporal al día. Es importante realizar un seguimiento regular de las enzimas hepáticas y los niveles de lípidos en la sangre durante el tratamiento con acitretina, ya que este medicamento puede afectar la función hepática y los niveles de lípidos.

La acitretina es conocida por ser un teratógeno, lo que significa que puede causar malformaciones congénitas en el feto si es utilizado durante el embarazo. Además, se acumula en los tejidos grasos y puede persistir en el organismo durante 2-3 años después de completar el tratamiento. Por lo tanto, las mujeres en edad fértil deben esperar al menos 3 años después de finalizar el tratamiento con acitretina antes de considerar un embarazo para evitar el riesgo de malformaciones fetales.

Aunque los retinoides, incluida la acitretina, pueden reducir la gravedad de las placas psoriásicas, rara vez producen una eliminación completa de las lesiones cuando se utilizan como agentes individuales. Sin embargo, su efectividad se maximiza cuando se combinan con la fototerapia, ya sea con luz ultravioleta B (UVB) o con psoraleno más luz ultravioleta A (PUVA), ya que actúan de manera sinérgica para mejorar los resultados del tratamiento.

Por otro lado, la ciclosporina es un medicamento inmunosupresor que ha demostrado ser altamente efectivo en el tratamiento de casos graves de psoriasis. Sin embargo, es común que se produzca una rápida recaída de los síntomas (rebote) después de suspender la terapia con ciclosporina. Por esta razón, se recomienda agregar otro agente terapéutico si se decide interrumpir el tratamiento con ciclosporina para mantener el control de la enfermedad.

Los inhibidores del factor de necrosis tumoral (TNF), como etanercept (Enbrel), infliximab (Remicade), certolizumab (Cimzia) y adalimumab (Humira), son medicamentos biológicos eficaces en el tratamiento de la psoriasis en placas pustular y crónica, así como en la artritis psoriásica asociada. Estos medicamentos funcionan al bloquear la acción del TNF, una proteína proinflamatoria implicada en la patogénesis de la psoriasis y la artritis psoriásica. Infliximab suele proporcionar una respuesta más rápida y puede ser especialmente útil en casos graves de brotes pustulares o eritrodermia, una forma grave de psoriasis que afecta a la mayor parte o a toda la superficie de la piel.

Etanercept se usa comúnmente para el tratamiento a largo plazo de la psoriasis, administrándose a una dosis de 50 mg por vía subcutánea dos veces por semana durante los primeros 3 meses, y luego reduciendo la dosis a 50 mg una vez por semana. Es importante tener en cuenta que los inhibidores de la TNF pueden inducir o empeorar la psoriasis en algunos pacientes como efecto secundario.

Por otro lado, los anticuerpos monoclonales IL-12/23 (como ustekinumab, guselkumab, risankizumab y tildrakizumab), los inhibidores orales de TYK2 (como deucravacitinib) y los anticuerpos monoclonales IL-17 (como secukinumab, brodalumab e ixekizumab) son tratamientos biológicos alternativos que pueden ser más efectivos en algunos pacientes. Estos medicamentos funcionan mediante la inhibición de diferentes vías inmunológicas implicadas en la psoriasis, proporcionando así una opción adicional para aquellos que no responden adecuadamente a los inhibidores de TNF.

El apremilast es un inhibidor oral de la fosfodiesterasa-4 aprobado para el tratamiento de la psoriasis y la artritis psoriásica. A diferencia de los medicamentos biológicos, apremilast tiene efectos inmunosupresores mínimos y no requiere monitoreo de laboratorio periódico. Actúa mediante la modulación de la actividad de ciertas enzimas en las células inmunes, lo que ayuda a reducir la inflamación y los síntomas de la enfermedad. Esto lo convierte en una opción atractiva para algunos pacientes que prefieren un tratamiento oral y que desean evitar los efectos secundarios asociados con los medicamentos biológicos.

 

 

 

 

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