¿Cómo se clasifican las articulaciones?
La clasificación de las articulaciones es fundamental para comprender su estructura, función y capacidades de movimiento. Las articulaciones son estructuras anatómicas donde se encuentran dos o más huesos y están diseñadas para permitir el movimiento y proporcionar estabilidad al cuerpo.
Según el grado de movimiento, las articulaciones se pueden clasificar en tres categorías principales:
- Articulaciones móviles: Estas articulaciones permiten una amplia gama de movimientos. Los ejemplos incluyen la articulación del hombro y la articulación de la cadera. Estas articulaciones están compuestas por superficies articulares cubiertas de cartílago, una cápsula articular que las rodea y ligamentos que las estabilizan.
- Articulaciones semimóviles (anfiartrosis): Estas articulaciones tienen un grado limitado de movimiento. Ejemplos de articulaciones semimóviles son las articulaciones intervertebrales de la columna vertebral y las articulaciones púbicas en la pelvis. Estas articulaciones están diseñadas para permitir una pequeña cantidad de movimiento, pero brindan una mayor estabilidad.
- Articulaciones inmóviles: También conocidas como sinartrosis, estas articulaciones no tienen movimiento significativo. Se encuentran principalmente en los huesos del cráneo y están unidas por suturas o sindesmosis. Estas articulaciones proporcionan una estructura sólida y protección a los órganos internos.
Además de la clasificación según el grado de movimiento, las articulaciones también se clasifican según sus ejes de movimiento:
- Rotación alrededor de ejes ortogonales: Algunas articulaciones están diseñadas para permitir el movimiento de rotación alrededor de ejes perpendiculares. Un ejemplo de este tipo de articulación es la articulación del cuello, que permite el giro de la cabeza.
- Traslado en los planos perpendiculares a sus ejes: Otras articulaciones están diseñadas para permitir el movimiento en planos perpendiculares a sus ejes. Un ejemplo de este tipo de articulación es la articulación del codo, que permite el movimiento de flexión y extensión.
Además, las articulaciones se pueden clasificar según el tipo de tejido que se encuentra entre las superficies articulares:
- Articulaciones fibrosas: Estas articulaciones tienen tejido fibroso interpuesto entre las superficies articulares. Son articulaciones fuertes y estables que permiten un movimiento limitado. Un ejemplo de articulación fibrosa es la sutura craneal.
- Articulaciones cartilaginosas: Estas articulaciones tienen cartílago interpuesto entre las superficies articulares. El cartílago actúa como un amortiguador y permite un movimiento suave. Las articulaciones entre las costillas y el esternón son ejemplos de articulaciones cartilaginosas.
- Articulaciones sinoviales: Estas articulaciones tienen una cavidad articular con líquido sinovial que lubrica y reduce la fricción entre las superficies articulares. Son las articulaciones más comunes en el cuerpo humano y permiten una amplia gama de movimientos. Ejemplos de articulaciones sinoviales incluyen la articulación del hombro, la articulación de la rodilla y la articulación de la muñeca.
Es importante tener en cuenta que la sisarcosis no es una articulación verdadera, sino una estructura que involucra músculos y espacios conectivos de deslizamiento. Por ejemplo, la articulación escapulotorácica está formada por el espacio interserratotorácico y el espacio interserratoescapular, y permite el movimiento de la escápula sobre la caja torácica.
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