La contractura de Dupuytren es un trastorno relativamente común caracterizado por una hiperplasia de la fascia palmar y estructuras relacionadas, lo que lleva a la formación de nódulos y a la contractura de la fascia palmar. Esta condición se caracteriza por un crecimiento anormal del tejido conectivo en la palma de la mano, lo que provoca que los dedos, en especial el cuarto y quinto, se curven hacia la palma, limitando la movilidad. Aunque la causa exacta del trastorno sigue siendo desconocida, se ha observado que la contractura de Dupuytren presenta una predisposición genética significativa, con una heredabilidad estimada en un 80%. Es más prevalente en hombres blancos mayores de 50 años, particularmente aquellos de ascendencia celta.
La incidencia de esta afección es considerablemente más alta en personas con trastornos relacionados con el consumo de alcohol, especialmente en aquellos que sufren de alcoholismo crónico. Además, la contractura de Dupuytren también se encuentra con frecuencia en pacientes que padecen trastornos sistémicos crónicos, especialmente en aquellos con cirrosis hepática. La enfermedad está asociada con el síndrome de fibrosis sistémica, un conjunto de condiciones que involucran la formación de tejido fibroso en diferentes partes del cuerpo. Entre estas condiciones se incluyen la fibromatosis plantar (presente en el 10% de los pacientes), la enfermedad de Peyronie (1-2%), fibrosis mediastínica y retroperitoneal, así como el estruma de Riedel.
Aunque en algunos casos la aparición de la contractura de Dupuytren puede ser aguda, lo más común es que se trate de una enfermedad crónica de progresión lenta, que evoluciona de forma gradual, con síntomas que empeoran con el tiempo.
Manifestaciones clínicas
La contractura de Dupuytren se manifiesta típicamente a través del engrosamiento nodular o en forma de cordón de la fascia palmar, que puede afectar una o ambas manos. En la mayoría de los casos, los dedos más comprometidos son el cuarto y el quinto, que experimentan una alteración progresiva de la movilidad. Los pacientes suelen referir sensación de rigidez o tensión en los dedos afectados, acompañada de una deformidad de flexión fija en las articulaciones metacarpo-falángica (MCP), interfalángica proximal (PIP) o en ambas. Esta flexión permanente de las articulaciones impide la extensión completa de los dedos, generando una limitación funcional significativa.
Aunque la deformidad resultante puede tener un impacto estético, en general, los pacientes suelen tolerar la afección en las primeras etapas de su evolución, ya que los síntomas no suelen ser tan severos. La intervención médica o quirúrgica se plantea en general cuando la deformidad fija de la articulación MCP alcanza un ángulo de 30 grados o cuando la flexión en la articulación PIP supera los 15 grados. En este punto, la incapacidad para extender los dedos puede interferir con las actividades cotidianas del paciente, lo que justifica la necesidad de tratamiento para mejorar tanto la funcionalidad como la apariencia de la mano.
Tratamiento
Tratamiento no quirúrgico
Existen diversos tratamientos no quirúrgicos disponibles para la contractura de Dupuytren, que van desde terapias farmacológicas hasta enfoques de fisioterapia. Entre las opciones farmacológicas se incluyen los corticosteroides, los cuales pueden administrarse de diversas formas: oral, intramuscular, tópica o intralesional. Estos medicamentos actúan reduciendo la inflamación y la proliferación del tejido fibroso, aunque su eficacia no está completamente demostrada en estudios de gran escala. Otra opción es la vitamina E, utilizada por sus propiedades antioxidantes, y el furazolidona, un antibiótico con propiedades antiinflamatorias que, en algunos casos, ha mostrado cierto beneficio. También se ha probado la administración de Aminosyn, una solución de aminoácidos, y el tamoxifeno, un modulador selectivo de los receptores de estrógenos, que ha mostrado potencial para reducir la progresión de la enfermedad en algunas investigaciones.
El tratamiento con oxígeno hiperbárico y la radioterapia han sido evaluados en estudios, pero los resultados son mixtos y no hay una evidencia sólida que respalde su eficacia como tratamiento primario para la contractura de Dupuytren. Por otro lado, las terapias físicas, que incluyen el uso de ultrasonido terapéutico, la inmovilización con férulas, el masaje friccional y la aplicación de calor para facilitar el estiramiento de las articulaciones afectadas, son prácticas comunes para intentar mejorar la flexibilidad de los dedos. Sin embargo, nuevamente, la evidencia científica que demuestre la efectividad a largo plazo de estos enfoques es limitada.
En los casos en los que el nódulo palmar crece rápidamente, algunas opciones de tratamiento más específicas pueden ser útiles. Las inyecciones de triamcinolona, un corticosteroide potente, pueden ser eficaces para reducir el tamaño del nódulo y aliviar la inflamación. En situaciones donde los cordones de colágeno son particularmente contracturados, las inyecciones de collagenasa Clostridium histolyticum (CCH) se han empleado como un tratamiento emergente. La collagenasa es una enzima que descompone el colágeno, lo que puede ayudar a romper los cordones fibrosos y mejorar la movilidad de los dedos al reducir la contractura. Aunque estos tratamientos pueden ofrecer una mejora temporal, aún no existe consenso sobre su eficacia a largo plazo, y la decisión de utilizarlos debe basarse en la evaluación clínica individualizada de cada paciente.
Tratamiento quirúrgico
Las opciones quirúrgicas para el tratamiento de la contractura de Dupuytren incluyen la fasciectomía abierta, la fasciectomía parcial y la aponeurotomía percutánea con aguja, las cuales están indicadas para aquellos casos en los que las contracturas de flexión son graves y no responden a tratamientos conservadores. La fasciectomía consiste en la extirpación del tejido fibroso de la fascia palmar, lo que permite una mejor extensión de los dedos. La fasciectomía parcial implica la eliminación de solo una parte de la fascia, mientras que la aponeurotomía percutánea con aguja es un procedimiento menos invasivo en el que se utiliza una aguja para cortar el tejido fibroso y liberar la contractura. Aunque todas estas técnicas pueden ofrecer mejoras significativas en la función de la mano, los procedimientos quirúrgicos generalmente se reservan para los casos más severos.
Tras la cirugía, el uso de férulas es beneficioso para mantener la posición correcta de los dedos y evitar que se forme nuevamente tejido cicatricial, lo que contribuye a la rehabilitación. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las tasas de recurrencia y los eventos adversos tienden a ser más altos después de la cirugía en comparación con los tratamientos no quirúrgicos. En particular, las recidivas son más frecuentes en las articulaciones interfalángicas proximales (PIP), lo que sugiere que estas articulaciones son más difíciles de tratar en comparación con las metacarpo-falángicas (MCP), en las cuales los resultados quirúrgicos tienden a ser más favorables.
Cuando se trata de condiciones severas que afectan a varios dedos, las fasciectomías suelen ser más eficaces debido a la capacidad de extirpar grandes cantidades de tejido fibroso y corregir contracturas múltiples de manera más completa. Por otro lado, la aponeurotomía percutánea con aguja es un procedimiento más rentable y generalmente se recomienda para casos más leves o para la afectación de un solo dedo. Esta técnica ha mostrado, en algunos estudios, resultados clínicos superiores en comparación con las inyecciones de collagenasa Clostridium histolyticum (CCH), particularmente en cuanto a la mejora de la funcionalidad de los dedos. Sin embargo, también se ha observado que las inyecciones de collagenasa pueden asociarse con una mayor tasa de complicaciones menores, lo que podría influir en la elección del tratamiento según las características del paciente y la gravedad de la enfermedad.

Fuente y lecturas recomendadas:
- Goldman, L., & Schafer, A. I. (Eds.). (2020). Goldman-Cecil Medicine (26th ed.). Elsevier.
- Loscalzo, J., Fauci, A. S., Kasper, D. L., Hauser, S. L., Longo, D. L., & Jameson, J. L. (Eds.). (2022). Harrison. Principios de medicina interna (21.ª ed.). McGraw-Hill Education.
- Papadakis, M. A., McPhee, S. J., Rabow, M. W., & McQuaid, K. R. (Eds.). (2024). Diagnóstico clínico y tratamiento 2025. McGraw Hill.
- Rozman, C., & Cardellach López, F. (Eds.). (2024). Medicina interna (20.ª ed.). Elsevier España.
- Nanchahal J et al. Treatments for early-stage Dupuytren’s disease: an evidence-based approach. J Hand Surg Eur Vol. 2023;48:191. [PMID: 36638105]