¿Qué es la vitamina E?
La vitamina E es una vitamina liposoluble y un antioxidante que se encuentra en muchos alimentos, especialmente en los aceites vegetales, los frutos secos y las semillas. La vitamina E se compone de ocho compuestos diferentes, cuatro tocotrienoles y cuatro tocoferoles. El alfa-tocoferol es la forma más común y activa de la vitamina E en el cuerpo humano.
La vitamina E fue descubierta por dos investigadores británicos, Herbert McLean Evans y Katharine Scott Bishop, en 1922. En sus investigaciones con ratas, Evans y Bishop descubrieron que una dieta deficiente en ciertas grasas causaba problemas de fertilidad y otros problemas de salud en los animales. Posteriormente, se aisló una sustancia de gérmenes de trigo y aceite de maíz que previno estos problemas de salud, y esta sustancia fue llamada vitamina E. Los investigadores también descubrieron que la vitamina E tiene propiedades antioxidantes, lo que significa que puede ayudar a proteger las células del cuerpo contra el daño causado por los radicales libres. Por su descubrimiento de la vitamina E, Evans y Bishop recibieron el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1935.
La vitamina E es importante para la salud de la piel y el cabello, así como para el sistema inmunológico. Además, tiene propiedades antioxidantes que ayudan a proteger las células del daño causado por los radicales libres, que son moléculas inestables que se producen durante el metabolismo normal del cuerpo y pueden causar daño celular y contribuir al envejecimiento y a enfermedades crónicas.
Los estudios han demostrado que la vitamina E puede tener beneficios para la salud del corazón, ya que puede ayudar a prevenir la oxidación del colesterol LDL (el “colesterol malo”) y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas. También se ha investigado la relación entre la vitamina E y la prevención del cáncer, aunque los resultados han sido mixtos.
Los requisitos diarios de vitamina E varían según la edad, el sexo y otros factores individuales. En general, se recomienda una ingesta diaria de 15 mg para los adultos. Sin embargo, es poco común tener una deficiencia de vitamina E, ya que se encuentra en muchos alimentos comunes y se utiliza en muchos productos alimenticios procesados.
Se ha investigado el uso de suplementos de vitamina E en la prevención y el tratamiento de diversas afecciones, como enfermedades cardíacas, cáncer y enfermedad de Alzheimer, aunque los resultados de los estudios han sido mixtos y en algunos casos contradictorios.
Los requerimientos diarios de vitamina E varían según la edad, el sexo y otros factores individuales. Las recomendaciones de ingesta diaria de vitamina E en miligramos (mg) son las siguientes:
- Bebés y niños pequeños (hasta 3 años): 4-6 mg
- Niños de 4 a 8 años: 7 mg
- Niños de 9 a 13 años: 11 mg
- Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mg
- Adultos de 19 años en adelante: 15 mg
Las mujeres embarazadas o lactantes pueden necesitar cantidades ligeramente mayores de vitamina E. Sin embargo, es poco común tener una deficiencia de vitamina E, ya que se encuentra en muchos alimentos comunes y se utiliza en muchos productos alimenticios procesados.
Es importante tener en cuenta que el consumo excesivo de vitamina E a través de suplementos puede ser peligroso. Los suplementos de vitamina E pueden interactuar con ciertos medicamentos, como los anticoagulantes, y pueden aumentar el riesgo de sangrado.
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