¿Cuáles son las porciones de la médula espinal?

La médula espinal, un componente vital del sistema nervioso central, reside resguardada en el conducto vertebral, envuelta meticulosamente por sus membranas meníngeas protectoras. Este conducto provee una fortaleza ósea que asegura la integridad de la médula espinal y las raíces nerviosas espinales, facilitando así su función primordial en la transmisión de señales entre el cerebro y el resto del cuerpo.

Determinar el límite superior de la médula espinal presenta un desafío, ya que se extiende desde la médula oblongada después de la “decusación piramidal”. Desde la perspectiva ósea, dicho límite se alinea con el arco anterior del atlas y el diente del axis. En cuanto al límite inferior, este se establece en el vértice del cono medular, situado a la altura del disco intervertebral entre la 1.ª y 2.ª vértebra lumbar en adultos. Este vértice se prolonga mediante el filum terminal, cuya extremidad distal se ancla en la 1.ª vértebra coccígea.

La médula espinal, con su estructura cilíndrica ligeramente aplanada en sentido anteroposterior, exhibe dos intumescencias fusiformes. La primera de ellas se localiza en la médula cervical, mientras que la segunda emerge en la médula lumbosacra. Estas áreas ensanchadas preceden y separan dos segmentos más estrechos de la médula, destacando la adaptación anatómica a las demandas funcionales específicas de los nervios que inervan los miembros superiores e inferiores.

Porciones de la médula espinal

1. Porción Superior de la Médula Espinal: La porción superior de la médula espinal, craneal a la intumescencia cervical, abarca desde el arco anterior del atlas hasta la 3.ª vértebra cervical. Esta sección da origen a las raíces del plexo cervical, destinadas a inervar el cuello y la nuca.
2. Intumescencia Cervical: La intumescencia cervical se extiende topográficamente desde la 3.ª vértebra cervical hasta la 3.ª vértebra torácica. De esta región se originan la 4.ª raíz cervical, responsable del nervio frénico, y las raíces del plexo braquial, que se extienden desde la 5.ª vértebra cervical hasta la 1.ª vértebra torácica.
3. Porción Torácica de la Médula Espinal: La porción torácica de la médula espinal se encuentra entre la intumescencia cervical y la intumescencia lumbosacra, abarcando desde la 3.ª hasta la 9.ª o 10.ª vértebra torácica. Desde esta región se originan las once raíces de los nervios intercostales.
4. Intumescencia Lumbosacra: La intumescencia lumbosacra se extiende desde la 9.ª o 10.ª vértebra torácica hasta la 2.ª vértebra lumbar. Es el origen de las raíces de los plexos lumbar y sacro, que inervan la región lumbar y la pelvis.
5. Cono de la Médula Espinal: El cono de la médula espinal constituye el extremo inferior de la intumescencia lumbosacra. Aquí se originan las últimas raíces sacras y las raíces coccígeas. Rodeado por las raíces de la cola de caballo, se sitúa frente a la 2.ª vértebra lumbar, marcando el punto de referencia del extremo inferior de la médula en el adulto.
6. Filum Terminal: El filum terminal es la prolongación de la médula espinal que se extiende caudalmente desde el cono medular. Su apariencia es filiforme. Inicialmente, hasta el extremo inferior de la cisterna lumbar, está envuelto por piamadre, denominándose porción pial del filum terminal. Posteriormente, sigue descendiendo cubierto únicamente por duramadre hasta insertarse en la segunda vértebra coccígea, siendo entonces llamado porción dural del filum terminal.

porciones de la médula espinal

Discrepancia entre la médula y la columna vertebral

En el recién nacido, la médula espinal se extiende a lo largo de la totalidad del conducto vertebral, ocupando todo el espacio disponible en la columna vertebral. Sin embargo, a medida que el individuo se desarrolla hacia la adultez, la médula espinal experimenta un fenómeno conocido como “ascenso medular”.

En el adulto, la médula espinal se detiene y termina su curso a nivel de la 2.ª vértebra lumbar. Este fenómeno de ascenso se debe al crecimiento desigual entre la columna vertebral y la médula espinal, donde la columna vertebral sigue creciendo a una tasa más rápida que la médula espinal. Como resultado, las vértebras lumbares se desplazan hacia abajo, y la médula espinal queda “atrapada” en su posición más alta.

Es importante destacar que, a pesar de que la médula espinal termina a nivel de la 2.ª vértebra lumbar en el adulto, las raíces nerviosas que emergen de la médula espinal continúan su recorrido hacia abajo dentro del conducto vertebral antes de salir por los forámenes intervertebrales correspondientes. Esta discrepancia entre los niveles de la médula espinal y las vértebras a las que se asocian crea una situación en la que las raíces nerviosas más caudales realizan un trayecto más extenso antes de alcanzar los forámenes intervertebrales por los cuales saldrán hacia las distintas regiones del cuerpo.

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