Etiología de la influenza o gripe

Etiología de la influenza o gripe
Etiología de la influenza o gripe

La influenza, comúnmente conocida como gripe, es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los seres humanos. Su alta tasa de contagio se debe a varios factores relacionados con la naturaleza del virus y los mecanismos de transmisión. En primer lugar, el virus de la influenza se propaga principalmente a través de la vía respiratoria, lo que significa que se transmite cuando las personas inhalan gotitas respiratorias infectadas que son liberadas al aire cuando alguien infectado tose, estornuda o habla.

La transmisión de la influenza se produce principalmente a través de pequeñas partículas líquidas que contienen el virus, conocidas como núcleos de gotitas. Estas gotitas son expulsadas al aire desde el tracto respiratorio superior de una persona infectada y pueden permanecer suspendidas en el aire durante períodos de tiempo variables, dependiendo de factores como la humedad y la temperatura ambiental. Cuando una persona sana inhala estas gotitas, el virus puede entrar en su sistema respiratorio y comenzar a replicarse, lo que resulta en la infección.

Un factor clave que contribuye a la alta transmisibilidad de la influenza es que las personas infectadas pueden transmitir el virus incluso antes de que desarrollen síntomas. Esto significa que una persona puede estar propagando el virus a otros sin saberlo, lo que dificulta la contención de la enfermedad. Además, el virus de la influenza puede sobrevivir en superficies durante un período de tiempo limitado, lo que proporciona otra vía de transmisión indirecta a través del contacto con objetos contaminados, aunque este no es el principal modo de contagio.

Otro aspecto importante es que la influenza puede afectar a grandes grupos de población en un corto período de tiempo, lo que facilita su propagación rápida en comunidades, entornos de trabajo, escuelas y otros lugares donde las personas están en contacto cercano. Esto se debe a que el virus puede propagarse rápidamente de persona a persona en entornos con alta densidad de población y contacto interpersonal frecuente.

Además, la capacidad del virus de la influenza para mutar con relativa rapidez también contribuye a su alta contagiosidad. Los virus de la influenza pueden experimentar cambios genéticos que les permiten evadir el sistema inmunológico y adaptarse a nuevas poblaciones hospedadoras, lo que puede conducir a la emergencia de nuevas cepas virales con mayor capacidad de transmisión.

 

Agente causal

Los virus de la gripe, conocidos científicamente como virus influenza, son agentes infecciosos que pertenecen a la familia Orthomyxoviridae. La razón detrás de la diversidad de tipos de virus de la gripe que infectan a los humanos, así como su capacidad para infectar a diferentes especies, radica en la estructura y la variabilidad genética de estos virus.

Es crucial comprender que existen tres tipos principales de virus de la gripe: A, B y C. Cada uno de estos tipos tiene características únicas que influyen en su capacidad para infectar a los seres humanos y otros animales. El tipo A es el más diverso y se ha encontrado en una variedad de mamíferos, incluidos humanos, cerdos y aves. Esto se debe a la amplia gama de hospedadores que pueden albergar el virus de tipo A, lo que facilita su transmisión entre diferentes especies.

Por otro lado, los tipos B y C de virus de la gripe tienen una distribución más limitada y tienden a infectar casi exclusivamente a los seres humanos. Esto se debe a que estos tipos de virus tienen una menor capacidad para adaptarse a otros hospedadores y, por lo tanto, se encuentran predominantemente en la población humana.

Dentro del tipo A de virus de la gripe, se distinguen aún más subtipos basados en las proteínas de superficie hemaglutinina (H) y neuraminidasa (N) que expresan. La hemaglutinina es una proteína que permite al virus unirse a las células huésped, mientras que la neuraminidasa está involucrada en la liberación de nuevas partículas virales de las células infectadas. Esta clasificación basada en las proteínas de superficie es crucial para comprender la diversidad y la variabilidad genética de los virus de tipo A de la gripe.

Hasta la fecha, se han identificado dieciocho subtipos de hemaglutinina y once subtipos de neuraminidasa en los virus de la gripe tipo A. Esta diversidad genética dentro del tipo A contribuye a su capacidad para infectar a una variedad de hospedadores y para evadir el sistema inmunológico de los huéspedes.

Las epidemias anuales de gripe tienden a aparecer en otoño o invierno en climas templados debido a una combinación de factores relacionados con la biología del virus de la gripe y las condiciones ambientales durante estas estaciones.

Durante los meses más fríos del año, las personas tienden a pasar más tiempo en espacios interiores y en contacto cercano con otros individuos. Esto crea condiciones ideales para la transmisión del virus de la gripe, que se propaga principalmente a través de gotitas respiratorias expulsadas al aire cuando una persona infectada tose, estornuda o habla. En entornos cerrados y con una mayor densidad de población, como escuelas, oficinas y transporte público, el virus puede propagarse rápidamente de persona a persona, facilitando la aparición de epidemias.

Además, se ha observado que la estacionalidad de la gripe está relacionada con la humedad y la temperatura ambiental. Los estudios han demostrado que el virus de la gripe puede sobrevivir y propagarse más eficientemente en ambientes fríos y secos. Las bajas temperaturas y la baja humedad pueden aumentar la estabilidad del virus en el aire y en las superficies, prolongando su viabilidad y facilitando su transmisión. Estas condiciones climáticas son más comunes durante los meses de otoño e invierno en climas templados, lo que contribuye a la aparición estacional de epidemias de gripe.

En cuanto a las pandemias de gripe, que están asociadas con una mayor mortalidad y ocurren a intervalos más largos y variables, son el resultado de cambios genéticos significativos en el virus de la gripe. Estos cambios pueden ocurrir debido a un reordenamiento genético importante (cambio antigénico) o a la adaptación de un virus animal a los seres humanos. Por ejemplo, el virus H1N1 de la pandemia de 1918, que causó una gran mortalidad a nivel mundial, surgió como resultado de la adaptación de un virus aviar o porcino a los humanos.

El caso del virus de la gripe A H1N1 de origen porcino, que surgió en México en 2009 y causó una pandemia mundial, ilustra cómo un virus puede surgir a partir de la combinación de diferentes linajes virales y reemplazar a las cepas estacionales previas. Este nuevo virus resultó de un triple reordenamiento de linajes de virus porcinos, humanos y aviarios, y se propagó rápidamente debido a su capacidad para infectar a una gran cantidad de personas y su transmisibilidad entre humanos.

 

 

 

 

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