Farmacoterapia y polifarmacia en ancianos
La polifarmacia es un fenómeno complejo que se define de diversas maneras, pero en general se refiere a la condición de tomar o estar prescrito una multitud de medicamentos, ya sean recetados o de venta libre. Este fenómeno es especialmente relevante en adultos mayores, ya que se ha observado que ocurren más eventos adversos relacionados con medicamentos en este grupo de edad en comparación con pacientes más jóvenes. Esta disparidad se debe a una serie de factores interrelacionados.
A medida que una persona envejece, su capacidad para metabolizar los medicamentos puede cambiar debido a modificaciones en la función renal y hepática. Por ejemplo, el aclaramiento renal de muchos fármacos puede disminuir con la edad debido a una reducción en la tasa de filtración glomerular (GFR), lo que puede llevar a una acumulación de medicamentos en el cuerpo. Del mismo modo, la capacidad del hígado para descomponer y eliminar los medicamentos también puede disminuir, lo que aumenta el riesgo de toxicidad.
Además, los adultos mayores suelen tener una mayor carga de enfermedades crónicas, lo que significa que pueden estar tomando múltiples medicamentos para tratar diferentes afecciones. Estos medicamentos pueden interactuar entre sí de diversas formas, exacerbando sus efectos secundarios o reduciendo su eficacia. Por ejemplo, un medicamento puede potenciar o inhibir la acción de otro, o pueden surgir interacciones adversas debido a la combinación de fármacos.
La polifarmacia en sí misma se ha asociado con una serie de consecuencias negativas para la salud. Los estudios han demostrado que los adultos mayores que toman múltiples medicamentos tienen un mayor riesgo de caídas, deterioro cognitivo, hospitalizaciones y mortalidad. Estas complicaciones pueden ser el resultado de una variedad de factores, que van desde la toxicidad de los medicamentos hasta la confusión causada por la complejidad de los regímenes de medicación.
Es importante destacar que muchas de las hospitalizaciones de emergencia relacionadas con eventos adversos por medicamentos en adultos mayores son el resultado de medicamentos comúnmente recetados, ya sea utilizados solos o en combinación. Esto subraya la importancia de una revisión cuidadosa de la lista de medicamentos de los pacientes mayores y una gestión adecuada de la polifarmacia para minimizar los riesgos asociados.
Medicación crónica
Cuando se trata de medicamentos recetados para el manejo de enfermedades crónicas en adultos mayores, es fundamental seguir un enfoque cuidadoso y gradual en cuanto a la dosificación. Esto se debe a varios factores relacionados con la fisiología y la respuesta del cuerpo a los medicamentos en esta población.
En los adultos mayores a menudo experimentan cambios en la función de órganos como el hígado y los riñones, lo que puede afectar la forma en que procesan y eliminan los medicamentos. Además, debido a la posible presencia de comorbilidades y la probabilidad de polifarmacia, existe un mayor riesgo de interacciones medicamentosas y de efectos secundarios adversos.
Por lo tanto, es prudente iniciar los medicamentos para el manejo de enfermedades crónicas en dosis bajas, preferiblemente en el extremo inferior del rango de dosis recomendado para adultos, y luego ajustar gradualmente la dosis según sea necesario. Este enfoque permite evaluar la tolerancia del paciente al medicamento y minimizar el riesgo de efectos secundarios graves. Además, permite que el cuerpo se adapte lentamente al medicamento, lo que puede reducir la probabilidad de reacciones adversas.
Sin embargo, es importante equilibrar la necesidad de iniciar con dosis bajas con la necesidad de alcanzar una dosis terapéutica efectiva. Es crucial que los adultos mayores reciban la cantidad adecuada de medicamento para tratar sus enfermedades de manera efectiva y prevenir complicaciones. Esto es especialmente cierto en condiciones como la depresión, donde la subdosificación inicial puede llevar a un manejo inadecuado de la enfermedad y un aumento del riesgo de recurrencia o complicaciones asociadas.
Por lo tanto, se requiere un enfoque cuidadoso y una monitorización continua para encontrar el equilibrio adecuado entre iniciar con dosis bajas para minimizar los riesgos y alcanzar dosis terapéuticas efectivas para garantizar una gestión óptima de las enfermedades crónicas en adultos mayores. Este proceso debe ir acompañado de una comunicación abierta y transparente entre el paciente y el profesional de la salud, así como de una evaluación regular de la respuesta al tratamiento y los posibles efectos secundarios.
Adherencia al tratamiento
La adherencia óptima a la medicación es crucial para el éxito del tratamiento en pacientes con enfermedades crónicas, pero varios factores pueden dificultarla, especialmente cuando se trata de regímenes complejos de medicamentos. Estos obstáculos pueden tener un impacto significativo en la capacidad de los pacientes para seguir sus tratamientos de manera adecuada.
Uno de los desafíos principales es el aumento en el número de píldoras y dosis que los pacientes deben tomar. La complejidad del régimen de medicación puede abrumar a los pacientes, lo que lleva a una disminución en la adherencia. Además, el costo elevado de los medicamentos puede representar una barrera significativa, especialmente para aquellos con recursos financieros limitados o aquellos que carecen de seguro médico adecuado.
La comunicación deficiente sobre los cambios en la medicación y los beneficios y efectos secundarios esperados también puede afectar la adherencia. Cuando los pacientes no comprenden completamente por qué están tomando ciertos medicamentos o qué efectos pueden esperar, es menos probable que sigan el tratamiento de manera consistente.
Otros factores que influyen en la adherencia incluyen el deterioro cognitivo, problemas de seguro médico y barreras psicosociales. Los pacientes con dificultades cognitivas pueden tener dificultades para recordar cuándo y cómo tomar sus medicamentos correctamente. Los problemas de seguro médico, como la falta de cobertura para ciertos medicamentos o la necesidad de autorizaciones previas, pueden dificultar el acceso a la medicación necesaria. Además, las barreras psicosociales, como la falta de apoyo social o la depresión, pueden afectar la motivación y la capacidad de los pacientes para seguir su régimen de medicación.
Para abordar estos desafíos, los clínicos pueden implementar varias estrategias. Simplificar los horarios de dosificación y reducir el número de píldoras y dosis puede facilitar la adherencia. Esto puede lograrse mediante la prescripción de formulaciones combinadas cuando sea posible. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las formulaciones combinadas pueden complicar los ajustes de dosis futuros. Además, proporcionar instrucciones claras y concisas sobre los cambios en la medicación, así como educar a los pacientes sobre los beneficios y efectos secundarios esperados, puede mejorar la adherencia.
Otras técnicas de gestión de medicamentos útiles incluyen el uso de una sola farmacia, el uso de pastilleros o conjuntos de medicamentos empaquetados por la farmacia, minimizar los cambios en la medicación, y proporcionar instrucciones claras utilizando el método de comunicación “teachback”. Es importante también preguntar a los pacientes sobre su capacidad para costear sus medicamentos y ofrecer asesoramiento sobre estrategias para contener los costos, como cambiar a un plan de Medicare Parte D más asequible durante el período de inscripción abierta y buscar alternativas más económicas en los formularios de medicamentos.
Reconciliacion de medicamentos
La reconciliación de medicamentos es un proceso crucial en la atención médica de los pacientes, especialmente en el caso de adultos mayores y aquellos con condiciones médicas crónicas. Este proceso implica comparar la lista de medicamentos que un paciente está tomando actualmente con cualquier nueva prescripción o cambio en el régimen de medicación, con el fin de evitar errores de medicación y mejorar la seguridad del paciente.
Es fundamental que el paciente o su cuidador lleven consigo todos los medicamentos, incluidos los recetados, los de venta libre y los suplementos, en cada visita médica. Esto proporciona al médico una imagen precisa de todos los medicamentos que el paciente está tomando, lo que facilita la reconciliación de medicamentos y permite una instrucción detallada sobre su uso adecuado, dosificación, frecuencia de administración y posibles efectos adversos.
La reconciliación de medicamentos cobra especial importancia cuando un paciente consulta a múltiples médicos, ya que cada uno puede realizar cambios en el régimen de medicación sin tener en cuenta las prescripciones de otros proveedores de atención médica. Esto aumenta el riesgo de errores de medicación, duplicación de terapias y el desarrollo de interacciones medicamentosas perjudiciales.
Es esencial que los médicos estén al tanto del concepto de “prescribing cascade” (cascada de prescripción), en la que se prescribe un medicamento para contrarrestar el efecto secundario de otro medicamento. Esta práctica puede conducir a un aumento innecesario en el número de medicamentos que el paciente está tomando y aumentar el riesgo de efectos secundarios y complicaciones.
Además, el riesgo de toxicidad aumenta con el número de medicamentos prescritos, por lo que es crucial minimizar la polifarmacia siempre que sea posible. Se deben monitorear cuidadosamente ciertas combinaciones de medicamentos conocidas por causar interacciones farmacológicas, como warfarina y muchos antibióticos, inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ACE) y AINE, y opioides y sedantes-hipnóticos.
Cuando la indicación original de un medicamento no está clara o el paciente experimenta efectos secundarios, se debe considerar la interrupción del medicamento, un proceso conocido como “deprescripción”. Esto es especialmente relevante en pacientes con expectativa de vida limitada, donde los beneficios modestos, o incluso inexistentes, de ciertos medicamentos pueden no justificar los riesgos asociados.
Para ayudar a los clínicos en la prescripción segura de medicamentos para adultos mayores, existen herramientas clínicas como “STOPP/START” y los Criterios Beers de la AGS (American Geriatrics Society), que proporcionan pautas específicas para la identificación y gestión de medicamentos potencialmente inapropiados en esta población vulnerable.
Anatomía del hígado
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